(っ˘з(˘⌣˘ ) ❤️

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Entré a la sala de archivos como un alma que le lleva el diablo y la ví. No sé parecía en nada a la mujer que había conocido esa noche, era diferente.

La mujer que tenía frente a mí era lo que dirían "ratita de biblioteca" pero yo y mí cuerpo éramos testigos de la mujer fatal que era cuando se ponía esas botas negras que le llegan hasta mitad del muslo y se ponía ese vestido ajustado, corto, de tiras finas y de color blanco que hace pecar a cualquier hombre que se le a travesara.
Su cabello estaba enmarañado en un moño mal hecho pero sé lo sensual que es cuando su cabello negro como la noche y largo estaba suelto.

Ella se giró y me miró sorprendida. Aquellos ojos que esa noche me conquistaron y de forma misteriosa que desaparecieron luego de la mejor noche de mí vida, y ahora estábamos aquí, ella estaba mirándome asombrada y yo estaba mirándola deseoso al saber quién era en realidad.

-¿Pasa algo señor Reid?- dijo tímidamente y mí cuerpo reaccionó a su dulce voz que se ha mantenido en mí cabeza desde esa noche.

Sus gemidos me habían desvelados desde que ella había abandonado mí cama, vivían en mí mente.

- Necesito tu ayuda.- dije seguro.

-¿M-mia?- dijo incrédula y sonrojada.

- Si.- dije serio.- Acompáñame.

Ella asintío y caminó detrás de mí a pasos inseguros.
La guíe hasta el cuarto de conserje, allí no habría nadie. Ella acariciaba a su aún poco notable vientre, aquel que estoy seguro que lleva mí semilla.
Sabía que ella esperaba a mí hijo y la emoción de ser padre me estaba consumiendo sin embargo esperaría para demostrarle lo que estoy sintiendo.

-¿Señor Reid? ¿Que hacemos aquí?- dijo nerviosa mientras entraba.

- Hablaremos.- dije cerrando la puerta con pestillo.

- ¿De que?-dijo retrocediendo a medida que yo avanzaba hacia ella y la terminé acorralando entre la pared y mí cuerpo.

- ¿Estuviste en Club LaValler alguna vez?

Ella me miró sorprendida y pude leer la verdad en sus ojos.

- Responde, TN.

Ella se sobresaltó y se sonrojó más para luego asentir lentamente.

-¿Y fue allí donde concebiste al bebé?- pregunté muy cerca de ella. Su aroma era adictivo y comprobé que era el mismo de aquella noche.

- Eso no le incumbe.- dijo en un intento de ser ruda. Algo que lejos de darme molestia, incrementó mis ganas de besarla como ansiaba.

- Yo creo que si.

Busqué en mí bolsillo y saqué la pulsera de plata con el trébol de cuatro hojas y con las piedras rojas en ellas. Sus ojos se abrieron de sorpresa cuando la vió. Estaba confirmado.

TN era mí chica misteriosa.

- ¿Lo reconoces?- dije sonriendo al saber que había ganado.

- ¿Donde lo encontró? ¿Por que lo tiene?- dijo agarrandolo y fue cuando nuestras pieles se tocaron y sentí un cosquilleo invadirme pero fue leve el momento del tacto.

Lentamente me acerqué a su oído, embriagandome de su aroma adictivo y refrescante. Mí corazón latía con fuerza y mí cuerpo hormigueó cuando su calor y el mío se tocaron.

-Porque, cariño, lo dejaste esa mañana en mí cama cuando me abandonaste sin decir nada.- dije para luego tomarla de la cintura y ella se tensó.

Ella me miró asombrada y parece pensarlo hasta darse cuenta de lo que decía. Me miró preocupada para decirme.

-¡¿Usted es el hombre del club?!- dijo alarmada.

Me acerqué lentamente a sus labios y la miré a los ojos para rozar mis labios con la de ella.

- Si cariño.- susurré y ella me miró deseosa, conocía perfectamente esa mirada.- Yo soy el padre de tu hijo.

Y sin más que decir la besé fundiendo mí aliento con el de ella. Su calor me invadió y mí corazón se alegró. Al fin había resuelto ese misterio que me había mantenido ocupado y ahora lo tenía entre mis brazos. Esa mujer provocaba cosas en mí que jamás imaginé, mí lado salvaje y primitivo se despertaba y ansiaba poseerla con la fuerza de un león y amarla como Eros amó a Psique. Yo la conquistaría ¿Cómo? Aún no lo sé, pero ese misterio también lo resolveré. No descansaria hasta que esa mujer vuelva a estar en mí cama y sobre todo, a mí lado.

Dulce Misterio ( Spencer Reid x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora