Dulce Misterio ( Spencer Reid x TN)

V

Narra TN.

Estaba limpiando los estantes del archivero, ya que eso consistía  mí "trabajo", estaba pensando en que haría ahora que sabía que estaba embarazada.

Obviamente estaba buscando al padre, necesitaba saber que problemas de salud puede tener mí bebé, me importaría poco exigirle que se haga cargo del bebé, yo lo criaré como mí hijo y solo mí hijo. Tenía tres semanas de embarazo y tenía miedo de todo, quería que mí bebé esté bien.

Me senté a descansar y me quedé pensando en "mí hombre lobo", el papá de mí bebé o cachorro, me reí ante ese pensamiento. Él había sido tan caballeroso y divertido. Aún recordaba el sabor de sus labios, el sonido de su voz ronca y varonil, su excitante aroma y sus hipnóticos ojos. Pero no recordaba su cara, había tenido la máscara todo el tiempo, seguro que no durante el sexo pero ni siquiera recuerdo  ese momento.

Penélope está en la búsqueda de ese hombre pero lo veo difícil de encontrar. Acaricié a mí vientre, me sentía cansada  por no dormir bien pensando en ese hombre que me atormenta en sueños, lo más raro es que sueño que Spencer es ese hombre pero eso nunca pasará.
Aunque Spencer al fin me notó desde el ascensor, ahora hablábamos mucho sobre cualquier cosa, era mí sueño hecho realidad, mí crush me hablaba.

-¿TN?

Hablando del rey de Roma. Me levanté y miré a Spencer entrar.

- Señor Reid ¿Se le ofrece algo?- dije atenta a él.

- Solo venía a pedirte unos archivos.- dijo dándome un papel y comencé a buscarlo.- ¿Te encuentras bien? Hace un momento me pareció verte triste.

- No pasa nada yo...¡ah!- entonces me mareé y me resbalé de la escalera pero Spencer me sostuvo.

Sus brazos eran fuertes y seguros.

-¿Estás bien, TN?- dijo Spencer preocupado.

-S...s-si y-yo- estaba nerviosa y sonrojada.- s-solo me mareé.

- Debería llevarte al doctor, puede ser algo grave.- dijo preocupado.

- No-n-no es nada, e-es normal.- dije mientras él me miraba preocupado.

- ¿Normal? No deberías trabajar en este estado, estás muy delgada y casi te rompes la cabeza.

- Últimamente no pude comer bien.- dije recordando lo cansada que estaba y los vómitos.

- Ahora mismo iremos a comer algo, yo invito y no acepto un no por respuesta.- dijo al ver que me  iba negar.

- E-esta bien.

(*)

- Ordena lo que quieras, yo pago todo.- dijo Spencer.

Lo que quería era una hamburguesa no comida elegante.

Abrí la carta de menú y mis ojos casi salen de su cavidad orbitaria cuando vi el precio.

-¿Señor Reid?- él me miró.- Espero no parecerle mal educada o una malcriada, ni ofenderlo, pero creo que sería mejor comer no sé...¿en un McDonald's? Es que esto es muy caro y la verdad yo solo quiero comer una hamburguesa o pollo frito.- dije avergonzada.

-Oh... Bueno, no hay problema, hay un McDonald's en la esquina, solo que pensé que te gustaría este restaurant.- dijo avergonzado.

- Oh no se ofenda ni se avergüence, me gusta la comida italiana pero... Tengo hace tiempo que no pruebo una hamburguesa, pero si usted quiere comer aquí podemos quedarnos.

- No, no hace falta.- él me sonrió.- ahora que lo dices se me antojó el pollo de McDonald's.

Ambos nos levantamos y él le dió una excusa al mesero y nos fuimos de allí. Caminamos un poco hablando de la comida y cuando llegamos al McDonald's él se ofreció hacer la fila con los pedidos mientras yo buscaba una mesa.