IV

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Narra Spencer

La veía bailar en mí mente, ella estaba ahí sentada cruzando sus hermosas y torneadas piernas, su cabello negro y largo  caía por sus hombros para terminar en en sus nalgas, ella me sonreía y sus ojos verdes me llamaban. Ella se levantó y se sacó la ropa mostrándome dos perfectos pechos, ni tan grandes ni tan pequeños, hermosos y tiernos. Su cuerpo era de infarto. Sus caderas eran estrechas y su trasero era relleno pero no exageradamente, tenía oyuelos en su espalda baja y yo quería besarlos.

-¿Me tomará señor Lobo?- dice ella coqueta.

Y yo sentí a mí erección crecer más. Me la podía imaginar haciendome sexo oral, me la imaginaba penetrandola sobre el escritorio, me la imaginaba haciéndola gemir mí nombre. Me imaginaba haciéndola mí mujer.

Ella era una hermosa  vampiresa, una reina, ahora sabía porque el lobo feroz se había obsesionado con caperucita roja. Yo también querría "comermela" en el bosque, follarla hasta en cansancio.

Me la podía imaginar durmiendo en mí cama, a mí lado, dónde pertenece. Y entonces acabé, me corrí pensando en esa misteriosa mujer de hace tres semanas.

Me asusta pensar en lo rápido que he caído por esa mujer, no sé si es amor o obsesión pero algo me impulsa a querer buscarla.

Ya había averiguado en el bar y lo único que me dijeron es que venía con otra chica rubia disfrazada de hada madrina zombie y con un elfo zombie, no me quisieron dar sus nombres porque era confidencial.
Luego está el caso de su pulsera, lo tengo guardado en una bolsa de plástico, estuve mandando a qué busque huellas digitales o algo así pero en estás semanas estuve ocupado.

TSN ¿En donde estas?

(*)

Estaba leyendo cuando entra una chica tímida, a la oficina. Ella era bajita y con el cabello sujetó en un moño mal echo y su ropa era: una camisa, un suéter holgado, pantalones poco ajustados y unas sandalias bajas. No era atractiva pero sus ojos si, aquellos ojos verdes que se ocultan tras esos gruesos marcos lo eran. Ella sostenía su cartera y fue directamente a la guardia de García.

Pasaron los minutos y ella salió un poco alterada y se fue.
En ese momento recibí un mensaje que debía ir al sexto piso así que entre al elevador, ella me miró confundida pero no dijo nada. Pasaron unos minutos en silencio hasta que el elevador de detuvo y la luz se apagó dejando solo la de emergencia prendida.

-¡mierda!- dijo ella cuando por movimiento del el elevador casi cae pero yo la atrapo.

-¿Estás bien?- dije mirándola.

- si, gracias.- dijo recuperándose.

Saqué mí celular y ni había señal, noté que ella también lo hizo.

- no hay señal.- me dijo.- tendremos que esperar.

- será mejor sentarnos por seguridad.- dije mirando el suelo dudoso.

Ella fue la primera en sentarse y luego me senté yo. El silencio se hizo presente e incómodo.

- Eres la prima de Penélope ¿No?- dije rompiendo el hielo.

- si...-dijo tímidamente.

- spencer Reid.- dije extendiendole mí mano, ella dudo pero aceptó.

- TN García.- me sonrió ella y por Dios que era una sonrisa tan hermosa.

-¿Ya nos hemos visto antes cierto?

- si.- dijo ella.- la otra vez estuvimos en el mismo ascensor.

- si pero me refería fuera del trabajo.

Noté como ella se puso nerviosa y no sabía porque.

- estuvimos juntos en la secundaria antes que vayas a la universidad.- dijo tímidamente.- yo me sentaba detrás de ti.

Al instante recordé a una niña con sobrepeso y anteojos gruesos. Recuerdo que le solían hacer bullying pero ella era valiente. Una vez le pegó a alguien para defenderme.

- ¿Tú no eres la que le pegó a Rechel Gorji? - dije y ella asintió. Entonces mí sonrisa se hizo más grande.- te recuerdo, gracias esa vez por defenderme.

- de nada.- dijo tímidamente pero noté la emoción en sus ojos.

-¿Por que vas al techo?- dije viendo los números en el ascensor.

- necesito un poco de aire fresco, hoy ...no ha sido mí mejor día.

- ¿Puedo preguntar por qué?

Ella se debatió en decirme.

- mejor no, aún ni si quiera estoy preparada para asimilar lo que me sucede.

-tranquila espero que no sea nada malo, recuerda que todo tiene solución a excepción de la muerte... ¿No estás enferma verdad?

- no, estoy bien solo que... Asustada por lo que me está pasando.- dijo mirando a sus manos .

- estoy seguro que podrás con ello, eres una chica valiente.

- gracias.- dijo ella sonriéndome.

Una idea loca se me pasó por la mente, no sé de dónde la saqué pero por alguna extraña razón estaba allí.

-¿Puedo abrazarte? Es que... Me da miedo la oscuridad de este ascensor.- dije mintiendo.

Ella me miró sorprendienda pero luego asintió. La abracé y noté que ella se recostó en mí hombro y me olió.

- su perfume es muy hermoso.

- gracias.- dije sonriendo.

-¿Spencer?- dijo tímidamente.

-¿Si?

-¿Cree que van a tardar mucho en rescatarnos?

- no lo sé ¿La incómodo?

- no, solo... Que necesito este momento.- dijo mirándome con esos hermosos ojos.

- entonces aproveche este momento.- dije sonriendo.

(*)

Luego de una hora después aún seguimos allí pero no estábamos asustados, ambos hablábamos de muchos temas interesantes como graciosos, reíamos y disfrutábamos del momento.
Ella era divertida e inteligente y eso me agradaba.

- eh escuchado que usted es muy bueno con los trucos de magia.

- si, así es.

-¿Cómo lo hace?- dijo curiosa.

-Un mago jamás revela sus secretos.- dije sonriendo.

- no es justo jummm- dijo fingiendo estar molesta pero su sonrisa le delataba.

- pues, pequeña TN, tendrás que convencerme mejor para decirte mis secretos.

-¿Cómo podría convencerlo?

- mmm eso le tocará pensar a usted.- dije con malicia.

- está bien, señor Reid.

Y de partir de ese momento TN y yo nos volvimos más cercanos. Siempre coincidíamos en la cafetería, dónde hablábamos, y luego en el trabajo donde solía pasar a verla en los archiveros de vez en cuando. Fuera de la UAC coincidíamos en la plaza ya que ella vivía en un edificio que está de en la esquina de mi calle. Era como si el destino quería decirme algo .

Dulce Misterio ( Spencer Reid x TN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora