CAPÍTULO SIETE.

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Son las cinco de la mañana, no tengo sueño, así que decido levantarme e ir a ver la televisión.

P: Cariño, son las cinco. ¿Qué haces despierta?

___: Nada papá, no podía dormir.

P: ¿Chicos?

___: No…

P: Ya…. Bueno me voy a dormir. –susurro entre risas.

Durante esas dos horas que se suponía que miraba la televisión, en verdad, estaba pensando si ir a la hora del patio a hablar con ellos, o si mejor, averiguarlo de otra manera. Por una parte, sería mejor hablarlo, y cuanto antes mejor. Pero por otra, empiezo a pensar que quizás luego se sientan incomodos o algo. Y claro, no, no quiero enfadarme con ellos. La hora de irse al instituto se acerca, y como no, la hora de que los gemelos vengan a buscarme. Así que decido vestirme, casual, hoy decido dejarme le pelo suelto. Me pinto un poco (un poco de base y rímel) y bajo a desayunar.

M: Buenos días… ¿te has decidido ya?

___: No, aún no… ya veré, depende de cómo estén hoy.

De repente aparece mi padre por la cocina.

P: ¡Sabía que era sobre un chico!

___: ¡Papá, para!

En ese momento me levanto, cojo el bocadillo que ayer, por la noche, mi madre me dejó preparado y cojo la maleta.

DING-DONG.

¡Justo a tiempo! Mientras me dirijo hacía la puerta, voy decidiendo si habalr con ellos o no. Pero nada, sigo sin aclararme. Abro.

D: Hola.

J: Hey.

___: Hola… ¿vamos?

J: Sí, pero hoy tenemos que ir andando, porqué nadie nso puede llevar.

Mamá: Yo, si queréis, puedo.

___: No mamá, no hace falta. Ya vamos andando.

Mientras cierro la puerta me da tiempo a ver como mi madre me guiña un ojo, y supongo que ya se el porqué. De camino al instituto decido sacarles el tema de ligoteo y eso, haber.

___: Bueno, ¿y vosotros qué, enamorados?

J: ¡Qué va!

D: No, ¿por?

___: No sé, por hablar de algo.

J: Pues mejor hablemos de lo de la hostia que le metiste al chico ese, ¿no?

___: ¿Ahora?

D: ¿Qué me he perdido? ¿Qué hostia?

___: Nada, que un niño, bueno un guarro, me dijo que mi culo no pasaba hambre, y entonces me giré y le pegué.

Estamos a unos minutos del instituto cuando oímos la sirena. ¡Ya ha empezado! Arrancamos a correr, haber si por suerte, llegamos antes que la tutora. Nos paramos delante del aula, y antes de que abriésemos nosotros, abre la profesora.

P: ¿A qué esperabais? –dice mientras me mira a mi.

___: Estábamos a punto de entrar…

Me siento en mi sitio, miro hacía ellos, y bueno, creo que se lo voy a preguntar. De una manera u otra se van a enterar, y prefiero que sea por mi. Queda nada para que suene el timbre… y será la hora de hablar con ellos.

No me olvides.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora