No me olvides.

CAPÍTULO DIECIOCHO.

Después de calmarme y asimilarlo vamos a su casa nueva y me la enseña. Es como la mía, sólo que el patio tiene unos metros menos. Quiero presentarle a los gemelos. Justo cuando iba a decirle que vayamos a casa de ellos me suena el móvil, es mi madre.

___: Mamá, no te lo vas a creer. -dice entusiasmada.

Mamá: Tú si que no te lo vas a creer. A la abuela le han encontrado un bulto sospechoso en el pecho derecho. Puede que tengan que operarla y vaciarle medio pecho.

___: ¿Cómo? ¿Cuándo?

Mamá: Aún no se sabe. Esta noche me quedaré aquí con ella. Espero que no te importe.

___: No, tranquila. Que se mejore.

Mamá: Bien. ¿Qué querías contarme?

___: Nada importante.

Después de colgar le cuento toda la conversación al detalle a Laia, y después a los gemelos. Los tres me dan apoyos y me animan. Dani a tenido una gran idea. Fiesta Pijama.

Dani: ¿Porqué no os quedáis aquí a dormir?

Jesús: Fiesta pijama unisex. -dice riéndose.

Laia: Si viene ___ me dejan, si no lo dudo.

___: Bueno... está bien. Así me distraigo.

Dani me guiña un ojo. Noto a Jesús distante. Y me parece que ya sé porqué es. Laia y yo vamos a por nuestros pijamas y nuestras cosas. Llamo a mi padre y le informo. Mi padre suele pasar muchas noches fuera de casa, así que a él le da igual si me voy a dormir a fuera o donde sea. 

Ya son las 4 de la mañana y seguimos jugando, cantando y bailando. Dani me abraza por detrás y me susurra algo al oído.

Dani: No sabes las ganas que tengo de dormir abrazadito a alguien.

___: Pídeselo a Laia. -digo con tono de broma.

Dani: Me refiero a ti tonta. A más, creo que Laia ya está ocupada con Jesús. 

Los dos nos giramos a ver que hacen. Se nota que a sido amor a primera vista. Nosotros ya nos vamos a dormir y les dejamos allí en el salón. Tal como Dani deseaba nos tumbamos, abrazados. A ratitos me va dando besos en el cuello, mientras me dice da las buenas noches.