CAPÍTULO DIECINUEVE.

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Soy consciente de que él, dentro de un mes y dos días cumple 16 años. Eso significa que no creo que aguante mucho más, sin pedirme que quiere hacerlo. No estoy preparada, no sé como reaccionaría si me lo pidiera. Tiene que tener en cuenta, de que yo tengo 14 años, de que nos llevamos un año. Y de que aunque no lo parezca, aún soy pequeña. En realidad, no sé porqué estoy pensando esto. 

Me giro y, con los ojos cerrados, voy a darle un beso de buenos días. Noto que no está, es como si hubiese dado un beso al aire. Voy al baño, me lavo la cara y me peino, me visto y decido bajar a la cocina a desayunar algo. Al entrar en ella veo a una sombra con un delantal, por asombro es Dani. Me está haciendo el desayuno: un zumo, torradas; en forma de corazón, y mermelada.

Dani: Ya era hora bella durmiente.

Dani se acerca para darme un pico, justo a medida que se va acercando voy sonriendo. Me da el beso justo en el momento en el que estoy sonriendo, ¿cómo en algunas fotos de esas que a veces se ven por Internet? Pues así.

Dani: ¿Te unto la mermelada o ya sabes tú?

___: Ya sé, pero me da taaaanto palo... -digo con cara de pillina.

Dani: Ya he pillado la indirecta. Anda, trae pa' ca'. -dice mientras me coge la torrada.

Dani es un cielo. Es ese chico que es cariñoso, pero no empalagoso. O al menos eso me parece a mi. Podría pasarme todos los días mirándolo, observándole, y sobretodo, viendo como sonríe. 

No me olvides.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora