No me olvides.

CAPÍTULO DOCE.

Se lo conté todo a laia, y ella a mi todo lo que le había ocurrido. Estuvimos como media hora hablando, o quizás un poco más. Al colgar miré por la puerta del supermercado y dani seguía allí, mirándome. Me acerqué y le pedí perdón por la llamada, y seguidamente me lancé.
___: Verás... tengo que hacerte una pregunta, pero no te rías de mí. 
D: No, tranquila. 
Estube como 7 segundos mirando hacia abajo, cuando el me cojió la barbilla y con un suave movimiento me levantó la cabeza.
D: Oye, tú a tu tiempo, tranquila. No te pongas nerviosa.
___: Gracias Dani... Pero ya estoy lista.
D: Tú verás. 
___: ¿Os gusto?
Ahora el que miraba hacia el suelo era Dani, se le notaba nervioso, y quizás a la vez perdido.
___: No hace falta que respondas. 
D: Quiero responderte. Pero mejor en otro sitio. Ven, sígueme. 
Dani me cojió la mano, y no dejaba de decir que le siguiera. Cuando llevábamos diwz minutos andando paró. Me dijo que me esperara allí. Y así hice. Sin que yo lo viera me abrazó por detrás, me tapó los ojos y siguiendo sus pasos acabé sentada en un banco. Al fin me destapó los ojos. Estabamos en un terreno precioso. En una montaña, donde las vistas eran estupendas. 
___: ¿Qué hacemos aquí, Dani?
D: Quería que vieras las vistas desde aquí. Y... respondiendo a tu pregunta... sí, si que me gustas. O al menos eso creo.
___: ¿Y por qué no me lo has dicho antes?
D: Porqué estoy confuso. No sé si me gustas de verdad, o te siento más como una mejor amiga.
___: Eso me pasa a mi contigo. Y con Jesús. ¿A él le gusto? Ayer intenté hablar con él, pero nos interrumpió Juan Carlos. Y entonces se fue.
D: Si te digo la verdad no lo sé. Quizás le pase como a mí. 
Puede que sí. En todo caso ya estoy más tranquila. A ellos les sucede lo mismo que a mi.
___: Pues de momento dejémolo. Si tiene que pasar algo que pase. Ya nos iremos dando cuenta.
D: La verdad es que también te he traído aquí por otra cosa.
___: ¿Por qué?
Dani me mira de una forma especial. Nunca antes me había mirado así. Cada vez lo siento más cerca. Nuestros labios están a centímetros. Siento su aliento cerca, y él debe sentir el mío. Coloca sus manos en mi cara cuidadosamente. Y finalmente me besa. Siento sus labios intensamente rozando los míos. Es un beso apasionado. Como los de película. Durante varios segundos me he sentido distinta. Me he sentido querida y amada.