Capítulo 9: La Caja Pequeña

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Llegué y lo ví a el, sentado.. con la luz de su celular iluminando su rostro, el parque estaba muy solo para lo normal, lo cual me quita un peso de encima, no tendré que estarme ocultando de la demás gente. Yo estaba un poco lejos de Dylan, y estuve parada por aproximadamente 1 minuto viéndolo, haciendo la lucha de mi mente contra mis instintos para decidir si ir con él o no, al fin de cuentas decidí la primer opción, tal vez no sea tan mala idea.

Idiota.

-Hey!- Dije con alegría.

-ohh! hey!- dijo el pecoso de la misma manera, guardando su celular en la bolsa de su pantalón.

Me senté en el mismo banco que el, mis fosas nasales se inundaron del distinto olor de Dylan, nunca he podido descifrar con exactitud a qué se asemeja ese olor, es lindo y raro al mismo tiempo, pero no es nada del otro mundo.

-¿Y bien? ¿cuál es el problema?- Dije colocando mis codos en mis piernas, y ladeando mi cabeza hacia él.

-Yo.. sólo vengo a darte esto- Dijo dándome una caja pequeña.

-¿Qué es esto? ¿un anillo de compromiso?- Dije bromeando, a lo que el río, pero.. nerviosamente.

-No tontita, no es un anillo, pero tampoco te puedo decir lo que es, lo tienes que ver por misma- Dijo para luego checar la hora.

Yo lo mire seria, puse mi mirada en dirección a la pequeña caja e iba a abrirla, pero su mano me detuvo.

-No aquí- Dijo con una voz casi inaudible.

-¿por qué?- pregunté incrédula.

El ignoró mi pregunta por completo y se puso de pie, caminando hacia no se donde.

-¡Hey! ¿A dónde vas?- Dije un poco molesta y me paré.

-No es de tu incumbencia- escupió seco para irse y no dar vuelta atrás.

Yo quedé como una tonta parada enfrente de ese banco, la verdad es que este tipo es un chico demasiado bipolar y no lo tolero, no me puede tratar así, a mí me valió un carajo lo que me advirtió y abrí la pequeña caja..

-¿qué mierda es esto?- Dije en un susurro, para luego cerrar la cajita.

fuí a la camioneta con Adam (Decidí cambiarle el nombre al chófer) y partimos de nuevo a la casa, le dí un poco de dinero para que no le dijera nada a mis padres, este asintió y arrancó a mi casa de nuevo.

Abrí la puerta y noté que un silencio invadía la casa, caminaba hacia todos lados y no veía a nadie por ninguna parte, caminé hacia la cocina y me encontré una nota.


• Emma, hola, de seguro ya notaste que no estamos, quisimos darte un día de descanso y lamento la bofetada que te dí, de verdad no lo hice para mal, sino para que reaccionaras a la estúpida idea de ir de nuevo con ese idiota después de lo que sucedió, en fin, espero y si hayas vuelto sana y salva.

Te amamos.


Yo sonreí inconcientemente al leer esto, doblé la carta, la guardé en un cajón, después de esto me dirigí a las escaleras y subí al segundo piso.
Me dirijo a mi recámara, abro la puerta y veo a... Alyssa leyendo un libro en mi cama acostada.. ¿Aún no se va?.

The Strange Life Of Emma PhilipsWhere stories live. Discover now