*Érika*
Tras tres horas y media de seminarios, por fin se han terminado por esta semana. Mi móvil vibra y lo saco del bolsillo mientras me despido de mis compañeras. Entre otros de los mucho mensajes, el más destacado es de Will.
*WhatsApp*
Cuando llegues a casa, avísame. Hablamos.
Acabo de salir, cojo el bus y cuando llegue te mando un mensaje.
Empujo la puerta principal del instituto y el aire helador choca contra mi rostro. Me abrocho el abrigo y me coloco la bufanda. Parece mentira que estemos a finales de abril un miércoles a las cinco de la tarde. Camino entre dos luces hasta a la parada del bus. Un ruido extraño me pone en alerta: unos pasos y la puerta de un coche suenan cerca de mí. Miro a mi alrededor hasta encontrar un coche a pocos metros de mí, aparcado al lado de la parada del bus. Las luces del coche se encienden y me ciegan por unos breves instantes. Coloco la mano sobre mis ojos para intentar reconocer la matrícula o el modelo del coche, pero es inútil. Me aferro al teléfono móvil como si no hubiera un mañana y marco el número de la policía por si la situación lo requiere. Camino lentamente hasta la parada y el tiempo parece detenerse. Siento cada latir de mi corazón como si lo tuviera en un puño agarrándolo. Llego hasta la parada del bus e intento mirar el interior del coche: cristales tintados, perfecto. La ventanilla del conductor se baja y el corazón me pega un vuelco al reconocerlo.
-¿Qué se supone que haces aquí, James?- torno los ojos en blanco mientras se quita las gafas negras.
-Un "hola James, ¿qué tal estás?¿Estas bien?" No vendría mal de tu parte, ¿no crees?- abre la puerta y se apoya en el capó del coche.
Luce un traje gris con una corbata a juego y una camisa negra. Tengo que ser sincera: le queda espectacular el traje. Varios pensamientos pasan por mi mente, pero ninguno lo suficientemente adecuado para decir en alto. Me sonrojo sólo de pensarlos y miro hacia otro lado para intentar dejar de pensar.
-Sinceramente, eres la última persona con la que hablaría- meto las manos en los bolsillos y miro en dirección a la carretera a la espera del autobús.
-Eso me ha dolido princesita- coloca una mano en el pecho haciéndose el ofendido mientras se ríe- ¿a dónde vas?
-Voy a coger el bus para ir a mi casa- miro el reloj impaciente- ¿no tienes otras cosas que hacer que tienes que venir a verme?
-Pasaba por aquí y me preguntaba dónde estaría mi chica favorita- me recorre de arriba a abajo con la mirada y me da la sensación de que me desnuda con cada pasada que da.
-¿Tu chica favorita? Creo que hoy te caíste de la cama y no sabes lo que dices- me río- además, no me creo que te hayas dejado caer por aquí por casualidad.
-No te creas el centro del universo, princesita- se acerca decidido hacia mí y noto como mis pulsaciones se van acelerando a cada paso- ¿necesitas que te acerque hasta casa?- se detiene justo a centímetros de mi cara notando su aliento con olor a menta.
-Ya te dije que cogía el bus- mi voz se vuelve temblorosa, ¿por qué? ¿Qué me pasa cuando James está cerca? Siento que me controla cada instante, me manipula a su libre antojo siendo una marioneta para él.
-Entiendo- sus ojos se fijan en los míos, decisivos- sube al coche- mira el reloj y se aleja un par de pasos pudiendo yo, al fin, respirar.
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¿A quién tienes miedo?
Novela JuvenilÉrika tiene una vida normal de adolescente: estudios, fiestas... Pero todo cambiará cuando llegue William Brown, un chico de ojos verdes endemoniadamente sexy que moverá todos los pilares de la aburrida viva de Érika y es que... ¿Quién no se puede r...