*Érika*
7:30 am.
La odiosa alarma no para de retumbar por toda la habitación. Me dispongo a levantarme de la cama y apagarla tras más de diez minutos sonando. Me cambio y bajo a la cocina a desayunar. Mi madre está con la radio a todo volumen bailando como si la vida la fuera en ello, dándolo todo como una adolescente horas antes de la mejor fiesta de su vida. Entro sin interrumpirla, abro el frigorífico y saco los cereales y la leche.-Érika, no te había escuchado entrar, ¿todo bien anoche con William?- pregunta acercándose a mi.
-Sí, me lo pasé bastante bien aunque...- empiezo a recordar cómo Will me dejó en mi casa sin mediar casi palabra.
-¿Aunque...? ¿Pasó algo?- se extraña.
-No nada, no pasó nada- digo sonriendo.
Mientras desayunamos, Tom y mi madre hablan sobre sus respectivos trabajos, sobre futuros viajes...en resumen, más de sus vidas que otra cosa. Me dispongo a asearme antes de partir hacia el infierno (osea, el instituto) y coger el coche antes de que comiencen las clases.
8:15 am.
Llego con el tiempo súper justo para entrar a la primera clase cuando, literalmente, medio campus, se dirige hacia las plazas de los coches del equipo de Will. Camino hacia allí mientras me abro paso entre toda la multitud para ver qué ocurre. Los jugadores, algunos de ellos con alguna magulladura en la cara, están alrededor del coche de Will dando voces y golpes a todo lo que encuentran hasta que el timbre que da comienzo a las clases les interrumpe y empiezan a irse. Busco a Will entre tanta gente hasta que le veo, de espaldas y apoyado en el coche hablando con Logan y Alan. Me acerco hacia ellos. Alan me ve y le da un ligero toque en el hombro a Will y entonces, se gira. Me quedé de piedra y sin poder articular palabra. Tenía un ojo morado e hinchado y un corte en el labio inferior.-¿Qué ha pasado?- pregunto alterada.
-Los Hawks no fueron muy amistosos ayer que digamos- dice Alan con una sonrisa falsa.
-¿Sólo tienes esto?- le toco la cara y la aparta dolorido.
-Sí, son sólo unos rasguños, estoy bien.
Logan coge su mochila del coche de Will y mira su teléfono.
-En cuanto les volvamos a tener cerca se van a enterar de quienes somos- se cabrea.
-Logan, ya has escuchado al entrenador, otro percance como este y estamos fuera de la liga- dice Alan calmando a Logan.
-¡Encima! Que asco...- se va hacia el instituto.
Will no dice nada, coge sus cosas y cierra el coche.
No me imagino a Will peleándose con alguien, y mucho menos pegando. Quiero preguntarle tantas cosas...pero...no voy a conseguir ninguna respuesta que consiga tranquilizarme de verdad. Desisto y, sin mirar a nadie, me dirijo a clase.
En clase de psicología, el profesor comienza a hablarnos sobre la importancia de los momentos, de aprovecharlos y recordarlos, aunque sean malos ya que de ellos también aprendemos y mejoramos en nuestras decisiones futuras. Para ser sincera, es la primera clase en lo que llevamos de curso que me interesa. En cuanto quiero darme cuenta, el timbre suena y todos mis compañeros se levantan. Recojo mis cosas y voy hacia la cafetería para intentar despejarme, aunque sea intentarlo. Me pido un capuchino y escojo una mesa en la que no haya nadie para hacer unos trabajos en el portátil. Cascos, spotify y tres trabajos son la mejor manera de pasar cuatro horas libres en la cafetería.
De vez en cuando, levanto la vista y miro por las ventanas para coger inspiración o simplemente para descansar. De repente, las personas empiezan a aglutinarse a la puerta y a hacer comentarios y cuchichear. Me acerco y veo a las animadoras repartiendo unos folletos. Lily, sentada entre otras chicas, me lanza una mirada asesina y despiadada. (Si las miradas matasen, ahora mismo estaría enterrada)
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¿A quién tienes miedo?
Fiksi RemajaÉrika tiene una vida normal de adolescente: estudios, fiestas... Pero todo cambiará cuando llegue William Brown, un chico de ojos verdes endemoniadamente sexy que moverá todos los pilares de la aburrida viva de Érika y es que... ¿Quién no se puede r...