You had me at hello [Minsung]

3

Jisung no sabía cómo agradecerle a Chan que le hubiera preparado la comida después de que él se fuera a dormir. Quería disculparse por no poder ser el mismo chico activo y sonriente de antes, por no poder volver a ser el que era pese a esforzarse. 

Pero aún se sentía demasiado inseguro para hacer eso. No quería ser el débil.

Esa mañana volvió a la empresa y volvió a repetir la misma rutina que el día anterior. Normalmente, cuando acababa las lecciones iba a comer algo con los miembros o se quedaba descansando un rato con el teléfono hasta que decidía ponerse a trabajar en otras cosas si no tenían más ensayos. 

Sin embargo, ahora tenía otras cosas que hacer, así que se concentró en la melodía, y esta vez no se olvidó de comer.

Unas horas después ya había retocado la letra y solo le quedaba hacer lo mismo con la base. Estaba cerca de terminar cuando alguien golpeó la puerta e hizo que se girase sorprendido para mirar a través del cristalito, donde vio la cara de Felix.

Le hizo un gesto para que entrara y este lo hizo dando pasitos suaves, como si se sintiera culpable por haberle interrumpido.

—Te he traído café —dijo, dejando un vaso de plástico junto al ordenador.

—Oh... No hacía falta —respondió con una sonrisa—. Muchas gracias, Lix.

—Es que... cuando llegué ayer y pasé por aquí para la lección de canto, te vi. Luego me quedé por allí haciendo cosas —comentó, señalando hacia una de las paredes para hacerle saber que se refería a las salas de baile—, y me fui a casa a las siete y tú seguías aquí. No te quise molestar, pero me parece que te estás exigiendo mucho.

Jisung apartó la mirada.

—Solo estoy trabajando. Ya sabes que no lo hice la semana pasada.

—Sunggie... —Felix se acercó a la silla de su izquierda y le pidió permiso para sentarse. Cuando lo hizo, le puso una mano en el hombro—. Sabes que conforme estabas no podías hacer mucho. De todas formas, ¿cuántas horas te has pasado aquí sin parar? No creo que puedas tener mucho más trabajo.

—Solo estoy componiendo. Ya he terminado con todo lo que tenía retrasado, estoy al día.

Felix suspiró y esperó a que Jisung sorbiera de su café.

—Channie hyung parecía triste hoy.

—¿Triste? 

—Me ha dicho que estás así por culpa suya, por lo que te dijo.

Jisung abrió los ojos por la sorpresa y negó con la cabeza.

—Pero sabes que no es verdad. Chan solo me estaba diciendo lo que tenía que decirme, y tenía razón. No había forma de que él supiera nada, solo... solo lo sabes tú porque compartimos cuarto.

—Pensaba que era porque somos amigos.

Ambos sonrieron ligeramente.

—Luego hablaré con él —dijo Jisung.

Felix asintió.

—Tengo que hacer unos ejercicios de coreano, ¿crees que me puedo quedar contigo?

—Claro.

La siguiente hora la pasaron totalmente en silencio, cada uno concentrado en sus cosas, hasta que Jisung se quitó los cascos y miró al menor.

—Tengo que irme —comentó mientras recogía.

—¿A casa?

—Al estudio, tengo algo que grabar.

—¿En serio? ¿Puedo ir contigo? Porfa, porfa, porfa.

Jisung le observó durante unos segundos, planteándose la posibilidad de decirle que sí. No obstante, negó con la cabeza al recordar que, pese a que Felix supiera más sobre él que el resto, quería abrirse así solo con una persona. 

Sonrió para no parecer tan antipático.

—No me importaría en cualquier otro caso, pero lo que voy a grabar...

—Tranquilo —dijo Felix, moviendo la mano para restarle importancia—. Ve, luego nos vemos en casa. Llámame si necesitas algo.

Jisung se despidió y se marchó a toda prisa, rezando porque no hubiera nadie. No eran más de las seis, así que todavía tenía tiempo, pero si no conseguía grabar la canción ese día... No sabría qué hacer al llegar a casa, porque su intención era volver más temprano para poder solucionarlo todo.

Por suerte estaba vacío, así que entró, cerró y se puso manos a la obra.

Eran las ocho cuando estuvo seguro de que lo que acababa de hacer era exactamente lo que quería y de que no había nada que le gustaría cambiar. Quizá no era perfecta, pero no era eso lo que buscaba, sino hacer entender lo que tenía dentro. 

Expresarse cantando siempre había sido mucho más fácil que hacerlo hablando.