Como habían planeado, a las doce salió el vídeo con la canción.
Ni Chan ni Jisung les habían contado a los demás en lo que habían estado trabajando, así que fue una sorpresa para todos, que estaban haciendo las cosas que solían hacer un domingo por la noche: la mayoría estaban reunidos en el salón, salvo Hyunjin, que dejó de llorar por el drama que estaba viendo para ir corriendo junto al resto, y Jisung, que lo vio desde su habitación porque le daba demasiada vergüenza enfrentarse a todos a la vez.
El vídeo había quedado increíble y la canción era exactamente lo que había tenido en mente cuando la escribió años atrás. Era una buena forma de volver a su vida normal.
Cuando terminó de verlo, dejó su teléfono a un lado y cerró los ojos. Estaba tumbado boca arriba en su cama, pensando con emoción y nervios en lo que le esperaba al día siguiente cuando alguien tocó a la puerta.
Minho se asomó y pidió permiso para entrar.
Jisung se sentó en la cama, con los pies colgandos, y se quedó quieto cuando vio que el contrario se arrodillaba delante de él y apoyaba la cabeza en sus piernas.
—He escuchado la canción. Chan ha dicho que la escribiste antes de que debutáramos.
Cerró los ojos cuando Jisung le acarició el cabello con suavidad.
—¿Y? —preguntó—. ¿Qué opinas?
—Es genial, Hannie, como todo lo que haces. —Hizo una pausa en la que abrió los ojos y se echó para atrás para poder verle la cara—. ¿De quién hablabas?
Jisung abrió la boca, aunque no sabía qué iba a decir, y se le escapó una risa nerviosa.
—Lo sabes —dijo en voz baja.
—Tú solo dímelo.
Minho apoyó las manos en sus rodillas para animarle y Jisung agachó un poco la cabeza para que no le viera la cara mientras decía lo que iba a decir.
—Soy mío y tuyo... Soy tuyo desde el principio.
Al mayor no le hizo falta escuchar nada más para levantarse y alcanzar sus labios, empujándole hasta que su espalda tocó el colchón y pudo colocarse encima.
—¿Sabes que tienes una voz preciosa? —le dijo.
—Hyung... puede entrar alguien.
Minho sabía que eso podría ser un problema, pero tener a Jisung debajo de él, pegado a su cuerpo y dispuesto a besarlo pese al miedo de que los descubrieran, hizo que no pudiera evitar sujetarle de la barbilla y alzarle el rostro para tener un mejor acceso a su boca.
En cuanto se rozaron, sintió la misma calidez que había sentido la primera vez y deseó no olvidar nunca ese instante. Se apartó unos segundos para observarle, todavía con los ojos cerrados, y llevó las manos a sus mejillas para acariciarlas.
—Ahora deberíamos ir con los demás, seguro que quieren verte.
Jisung asintió y ambos se levantaron sin añadir nada más. Sin embargo, antes de que el menor abriera la puerta de su cuarto para reunirse con el resto, la voz de Minho le frenó:
—Yo también soy tuyo —dijo.
Se acercó hasta el pequeño, llevó una mano a su cuello y posó sus labios sobre su frente.
—Vamos.
Abrió la puerta y, cuando Jisung la atravesó, con el corazón latiéndole con fuerza, se dio cuenta de que nunca estaría solo, de que siempre tendría a los chicos y de que ellos se ocuparían de quererlo por ser él mismo. No tendría más razones para estar triste ya que a partir de entonces, la vida siempre sería primavera.
Porque para Jisung, Minho era primavera.
«Mi triste corazón sintió la cálida primavera,
y una flor floreció justo en su centro».
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You had me at hello [Minsung]
Fanfiction«Mi triste corazón sintió la cálida primavera, y una flor floreció justo en su centro». --- -Actualizado-