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Tal y como le había dicho a Minho hacía solo unos días, Jisung iba a incorporarse, poco a poco, a la vida que llevaba anteriormente. Había mejorado mucho, pese a que sabía que era algo que siempre se quedaría dentro de él y que en el futuro podría volver a sentirse de esa forma. Con todo, él era consciente de que, si había progresado una vez, lo podría hacer dos.

—Channie hyung —dijo tras abrir la puerta del estudio en el que se encontraba el mayor.

El aludido se quitó los cascos y miró a Jisung con una sonrisa.

—¿Como es que has venido? ¿Estabas con la psicóloga?

—No, no. He venido por otra cosa. —Se sentó en la silla que Chan le ofreció—. Sé que estás muy ocupado, pero si en algún momento tienes un rato libre... ¿me podrías ayudar?

Chan miró su ordenador, guardó el proyecto en el que estaba trabajando y salió del programa.

—¿Qué necesitas?

—¿Ahora?

—Ya tengo un rato libre, cuéntame.

Jisung no esperaba que fuera a ser tan inmediato, así que no estaba del todo preparado. Juntó sus manos sobre sus piernas y las miró para evitar los ojos de Chan.

—Sabes que el lunes que viene vamos a reunirnos con los fans y que, desde que hemos debutado, nunca había estado tan alejado de ellos o de las redes sociales...

Chan asintió con interés.

—¿En qué estás pensando?

—Quiero grabar algo.

—¿Algo? ¿Una canción?

Jisung asintió.

—La escribí cuando conocí a alguien hace mucho tiempo. Nunca he hablado de ella porque siempre la he tenido un poco escondida y apartada.

—¿Y ahora piensas que es el momento de sacarla?

—Eso creo —dijo, apretándose un poco las manos con nerviosismo.

—Muy bien. ¿La tienes aquí?

Esa misma mañana había estado apuntando la canción en su teléfono y añadiendo varios cambios, así que lo sacó y se lo tendió. Chan lo cogió, la leyó en silencio y luego lo dejó sobre la mesa.

—Si no me equivoco, tengo algo por aquí que, con algunos retoques, puede quedar bien con esto. Lo busco y me dices que opinas.

Después de unos segundos de silencio, Chan sonrió y señaló con el ratón del ordenador una las pistas.

—¿Cómo sabes cuál es la que buscas entre todo eso? —preguntó Jisung con confusión.

—La costumbre. Escúchala y me dices qué quieres cambiar o si prefieres que busquemos otra.

Jisung cogió el teléfono cuando empezó a reproducirse y trató de mezclar en su mente la letra de su canción con la melodía de Chan. Cuando terminó, permaneció unos segundos de más mirando la pantalla.

—¿Sunggie? Tengo más, estoy seguro de que alguna te gustará. Si no, siempre podemos hacer una nueva, tenemos algo de tiempo hasta el lunes.

—No —respondió en voz baja, levantando la cabeza—, así es como me la he imaginado todo este tiempo. La quiero así.

Chan sonrió con alegría y volvió a dirigir su atención al ordenador.

—Pues el siguiente paso es hacer los cambios que quieras. ¿Por dónde empezamos?

—La quiero así, hyung —repitió—. Sin cambios.

El mayor alzó las cejas y luego asintió.

—Antes de nada... ¿me vas a contar en quién pensabas al escribirla?

Jisung titubeó unos instantes. Había besado a Minho y él sabía lo que sentía, pero nunca había pronunciado esas palabras.

Pero Chan siempre le había dado la confianza de contarle lo que necesitara, y quizá ahora era el momento.

—En Minho —dijo.

El mayor asintió como si no le sorprendiera.

—Pues vamos a cambiarle el nombre a la pista y vamos arriba a grabarlo. Mañana podemos intentar hablar con alguien para ver si hay alguna posibilidad de preparar un vídeo. Ahora empecemos por el principio, ¿tienes un título?

—Close.

You had me at hello [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora