Me coloqué el móvil en la oreja preparada para escuchar lo que tuviera que decirme.
-Clau...- susurró-. Creía que no me lo ibas a coger.
Miré a Max que estaba tranquilo viendo la tele ajeno a nuestra conversación. Me metí en mi cuarto y cerré la puerta intentando hacer el mínimo ruido.
-¿Qué quieres?- le contesté fría.
-Clau tenías razón. He sido un estúpido sin corazón.
-Manuel, no- le corté al saber que intentaba.
-Sí mi amor. Fui un estúpido, vuelve conmigo por favor.
-Eres... ¡Eres un gilipollas!- grité más de lo que quería, pero ya daba igual-. ¡Malnacido! Ahora vuelves con el rabo entre las piernas, nenaza.
-Me da igual todo lo que me digas, aun te seguiré queriendo.
-¿Con que aún me quieres? ¿Y qué pasa con la zorra por la que me dejaste? Espera, ya adivino yo ¿hongos?
El chico se quedó callado.
-Sí... Y pica que no veas.
-Aja.
-Ya sé que me lo dijiste, y tienes todo el derecho a decírmelo, pero gracias a esto me he dado cuenta de que aun te quiero ¿No es bonito?
-¿Unos hongos en tu pene es lo que ha hecho que te des cuenta de que me quieres?- le pregunté sarcástica-. Sí, es súper bonito.
-No ha sido por los hongos por lo que me he dado cuenta. Más bien por la abstinencia.
-Sigue, que lo estás arreglando- le dije.
-Eso me recordó a nuestros primeros meses juntos. Las películas, los paseos, los achuchones pero sin llegar al final a hacerlo. Lo enamorado que estaba de ti en ese momento.
Me quedé sin habla por sus palabras y los recuerdos. En verdad yo estaba tan enamorada de él también en ese momento.
-Clau, te amaba. Y te sigo amando aunque no me hubiera dado cuenta hasta ahora.
-Yo...
No podía decírselo. El dolor me lo impedía.
-Yo... También te amo- me atreví a decirle.
-Se mi novia de nuevo Clau.
Me sorbí los mocos y me limpié las majillas de lágrimas que no sabía que habían salido de los ojos.
-No. Me has hecho mucho daño.
-No. Por favor, no me dejes- suplicó-. Me arrodillaré a tus pies si es lo que quieres.
-No puedo.
-Dame por lo menos una segunda oportunidad. Te la suplico. Haré lo que sea por volver a tenerte entre mis brazos.
Oh... Mierda.
-¡Gilipollas!- le grité-. ¿Crees que soy tan tonta como para no saber que estás sacando las frases de la película Amor hasta el amanecer?
Había caído en su trampa como una idiota.
-Vale, está bien, me has pillado, sabes que no se me da bien expresarme, pero te juro que las frases que he utilizado las siento de verdad.
Negué con la cabeza. Es tan, pero tan... idiota.
-Por favor Clau. Dame al menos una segunda oportunidad para conquistarte. Solo te pido eso.
Tardé mi tiempo para pensármelo detenidamente. Me mordí el labio inferior como hacia siempre. Quedar con él de nuevo no iba a matarme, ¿Verdad?
-Está bien.
-¡Sí! Oh, te quiero tanto. Te voy a llevar a cenar a un gran restaurante. No te arrepentirás de haberme dado esta segunda oportunidad.
-A ver si es verdad.
-Te recojo mañana a las ocho y media.
Me dispuse a decirle que le quería, pero opté por colgar, era más fácil. A los segundos ya me estaba arrepintiendo de haber dicho que sí. ¡Pero si no podía verle la cara sin querer partírsela!
Tiré el móvil a la cama y salí de la habitación. Espero que Max no se haya dado cuenta.
-¿Con quién hablabas?- dijo él apareciendo por mi derecha nada más salir por la puerta. El susto que me dio fue enorme.
-¡Joder!- me llevé las manos al pecho.
-¿Era tu ex verdad?- me preguntó con cara amenazadora.
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Vecinos con derechos
ChickLitElla con su corazón roto y sus necesidades. Él dispuesto a satisfacerla. Pero todo esto se enreda cuando aparecen la enemiga del instituto fardando de su vida, el ex-novio con el rabo entre las piernas y una prueba de embarazo... -Oye, no te confund...