.Nightmares.

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Stiles se encontraba sentando en un cómodo bar a las afueras de Beacon Hills, la música estaba en un nivel perfecto, la iluminación era cómoda y todo el mundo parecía estarla pasando bien. Se podía decir que este estaba muy cómodo y de buen humor, algo bueno después de tanta desgracia.

Hace tan solo un par de días había "acabado" el asunto de Monroe y el pobre ya no podía con tanto estrés, dolor y desesperación, todo aquello se encontraba en niveles altamente elevados, tanto así que se había decidido por dejar las clases para ser agente, al menos por un tiempo indefinido.

Al principio no tenía muchas ganas de ir a aquel lugar, pero un conocido de la escuela le había recomendado aquel lugar y había insistido en que la pasaría bien, con la excusa de que se veía muy mal y aquello no era bueno para su salud.

Y después de pensarlo mucho allí estaba, sentado en un taburete forrado por cuero color vino, bebiendo un vaso de vodka combinado con alguna clase de bebida dulce, técnicamente aún no tenía 21 y no debía estar tomando aquello, pero de alguna forma su mal estado le hacia verse un poco más mayor, sin contar que este llevaba la chaqueta de su escuela, nadie quería meterse con lo que ellos creían ser un "agente", aquello era suficiente información para los guardias y el bartender.

Su primera hora en el lugar fue bastante solitaria, solo llevaba una pequeña bebida y no se dedicaba a nada más que observar a la gente entrar y salir.

— Bonito lugar, No es así? -preguntó una voz femenina a sus espaldas.

Ligeramente curioso Stiles se dio media vuelta y observo a la chica, quien sin despertarle la mirada, en segundos se colocó en el taburete vacío a su lado.

— Amanda -se presentó con una delicada sonrisa, extendiendo la mano hacia este.

Stiles la observo ligeramente embobado, era una mujer muy linda, probablemente un par de años mayor que él. Era simplemente despampanante, con una cabellera rojiza abajo del hombro, enormes ojos verdes, labios regordetes y rojos, el doble de pecas que él y un aroma exquisito.

— Stiles -respondió después de un momento, apretando su mano- — Stilinski -agregó.
— Thorn -le imitó, acabando con el apretón- — Y bien Stiles, Qué haces tan solito? -preguntó con curiosidad.
— Pues...vine a pensar...relajarme un poco, no la he pasado muy bien últimamente...realmente no se me ocurrió invitar a alguno de mi amigos -confesó.
— Oh, pobre de ti, Stiles -fingió un puchero- — Bueno, si no te importa te haré algo de compañía esta noche, mi hermano tuvo que dejarme por algún problemita en su trabajo y realmente odio estar sola -contó.
— Oh, esta bien no te preocupes -sonrió ligeramente- — Es bueno tener a una compañera tan hermosa -confesó.

Jamás habría imaginado que aquello no terminaría muy bien.

Stiles despertó ligeramente exaltado, realmente no tenía ni la menor idea de en que momento se había quedado dormido, lo único que recordaba es haber sido abrazado por un largo rato, porque a pesar de que este no lo demostraba mucho, Derek sabía que debía hacerlo, en parte porque también le ayudaba a controlarse, para no ir y crear un mar de sangre.

Volviendo al principio, la mirada de Stiles se perdió en el techo de du habitación, este se sentía ligeramente enfermo, completamente asqueado y débil.

— Pesadillas? -preguntó Derek desde alguna parte de la habitación.

Realmente no tenía ganas de descubrirlo en ese momento.

— Si...-confesó sin energía.
— Cada cuanto? -susurró ligeramente ronco.
— Casi siempre -respondió, escuchando como Derek se acercaba a él.
— Quieres que...yo podría ayudarte -sugirió, colocándose a su lado derecho.
— Derek -lentamente giró su rostro para observarlo- — No quiero...no quiero que veas lo qué pasó-soltó en un tono suave.
— Pero Stiles...no puedes seguir atormentándote así...no es justo para ti -le observo con preocupación.
— Estaré bien, siempre lo hago...por favor no te metas más en ello, si insistes tendrás que irte y no podrás volver -agregó sin ningún sentimiento en su voz.

Con dificultad Derek se trago todo lo que quería decir y asintió lentamente, realmente no podía luchar contra él en ese momento. Si Stiles le echaba de su vida no habría nadie a su lado, poniéndole mucho más en riesgo. Con hombres lobo persiguiéndole no podía tomar ninguna chance.

— Tu padre preparó el desayuno -cambió de tema- — Deberías bajar a comer, parece que tuvo un mal día...puedo olerlo -suspiró pesadamente.
— Tu también...deberías bajar -sugirió- — Después de todo parece que estarás una larga temporada por aquí, no es así? Tiene que acostumbrarse a tu presencia -dijo, recibiendo un asentimiento inseguro por parte de Derek.

Noah y Derek no se llevaban tan mal como antes, después de que el sheriff de entero de todo lo que había hecho el lobo se podía decir que este lo toleraba mucho más, pues ya podía mantener charlas normales y el mayor ya no le juzgaba sin informarse bien sobre el asunto. Pero sin embargo, este no estaba seguro que fuese lo mismo tratándose de su hijo, pues este era lo más valioso en su vida.

Sin más arreglaron sus ropas y bajaron, no podían negar que morian de hambre, pues no habían comido desde el día anterior, algo ligeramente malo para Derek, que al ser hombre lobo necesitaba extra proteína.

Lo primero con lo que se toparon al llegar a la cocina fue a un uniformado Noah, sentado silenciosamente en el comedor, comiendo un par de huevos revueltos con papa, tocino y queso, acompañados por un poco de pan con mantequilla y enorme café negro.

Y definitivamente este no parecía estar de muy buen humor.

— Papá -llamó la atención del mayor, pues este parecía perdido en su café.
— Hijo -murmuró llevando su mirada hacia este- — Derek -sonrió ligeramente desganado- — No creí que bajarías, pero creo qué hay suficiente comida para ambos...pueden tomar lo que quieran -sonrió de la misma forma.
— Gracias, Derek quédate aquí -murmuró Stiles, apartándose para preparar los platos de ambos.
— Hay algo en lo que pueda ayudar? -preguntó Derek, pasando sus manos por una de las sillas, para luego estirarla y sentarse frente a este.
— No te preocupes Hale, fue una noche dura, nada nuevo en mi trabajo, perdimos a un par de hombres en un tiroteo afuera de una tienda de autoservicio -contó.
— Lo lamento -contestó con suavidad.
— Yo también -suspiró con cansancio- — Por cierto, Derek, si no es mucha molestia, Se podría saber que hacías en el cuarto de mi hijo? -preguntó cambiando a un tono de padre preocupado.
— Me está ayudando con un asunto personal, anoche perdimos la noción del tiempo y terminamos dormidos -respondió Stiles, colocando dos platos más en la mesa- —Café? -preguntó llevando su mirada a Derek.
— Cremoso, dos de azúcar -contestó ligeramente incómodo, recibiendo un asentimiento.
— Entiendo -respondió el sheriff, en un tono ligeramente extraño, observando cómo su hijo se retiraba de nuevo.

Era curioso ver a su hijo de aquella forma, pues últimamente no solía hablar demasiado y raramente bajaba a comer por las mañanas.

— Esta bien si Derek se queda al rededor por un tiempo? -preguntó Stiles, colocando dos tazas en la mesa.
— No quiero incomodar -murmuró Derek tomando su taza.
— No, para nada, eres bienvenido cuando quieras -comentó en un tono que parecía distraído.
— Perfecto -agregó Stiles con seriedad, sentándose junto a ellos.

Ha decir verdad miles de ideas con el mismo final pasaban por la cabeza del sheriff, quien no podía evitar pensar en que esos dos habían hecho algo más durante la noche. Pero por un momento Stiles parecía ligeramente distinto, se podía decir que se encontraba un poco más expresivo y hablador, al menos más de lo que había estado en las últimas semanas. No quería echar aquel momento por la borda y si Derek era la solución entonces no se metería.

Hi! Los extrañé!.

Changed. -Sterek-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora