Amor

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¿Quién no ha intentado nunca describir el amor? Desde la definición que da la RAE y que dice del amor que es: El sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear. Hasta el amor de Don Quijote por Dulcinea, durante la existencia del ser humano han existido cientos, miles, millones de definiciones hacia el amor. Todas y cada una de ellas diferentes. Todas y cada una de ellas con matices propios de cada ser que lo siente. Todas y cada una de ellas únicas. Porque el amor es único, único de cada persona, intransferible, en cierto modo inexplicable hacia los demás.

Desde mi cabeza y mi corazón, desde mi cuerpo, mente y alma, el amor es mucho más que un sentimiento. Es algo más grande que eso, más grande que yo o que cualquiera de nosotros. Porque lo puede todo, es un chute de energía que traspasa fronteras, es una recarga de ilusión que te saca del pozo más profundo. Es más allá que un simple sentimiento, es parte de mí, de mi felicidad, de mi alegría.

Existen muchos tipos de amores, obviamente no es el mismo amor que sientes por tus padres que el que sientes por tu pareja, o el que sientes por tu deporte favorito, o por tu perro. Puedes amar cada pequeña cosa que exista en la vida, y eso te hará vivir apasionadamente y disfrutar de cada pequeña cosa que hagas, ser feliz en la vida. Pero hoy quiero centrarme en el amor verdadero, el que más te llena, el amor a primera vista, el que te enamora.

El amor a primera vista, ese instante en el que por primera vez te paras antes una persona a verla detenidamente, apreciar cada pequeño detalle de su cara, te fijas en esos ojos azules que te miran intensamente, en la nariz respingona que tiene, esos labios finos y suaves, sus manos delicadas, su ropa, su jersey de cuello alto y sus botas negras de tacón. Ese momento en el que sientes que todo fluye más lento, que se ha parado el tiempo. Que sientes que ha venido Cupido y te ha atravesado el pecho con una flecha directa al corazón sin piedad. Que te basta un segundo para verla y que te deslumbre con esa luz propia que emite. Que de un momento a otro has conocido a ese ángel como caído del cielo y tu corazón se ha acelerado a doscientos por hora, te quedas con la boca abierta sin darte cuenta, mirándola como embobado sin decir una palabra y sin poder decir una palabra. Que te basta un segundo para saber que ella es lo que quieres para toda tu vida. Y a partir de ahí, eso que te ha atravesado el pecho directo al corazón, no hará más que ir in creccendo cada día más y más. No parar de pensar en ella, querer estar a cada rato a su lado. Que ocupa casi todos tus pensamientos y solo piensas en hacerla feliz, en verla reír con esa sonrisa que te alegra el día, en verla divertirse a tu lado, en verla acercarse a tus labios y sentirla acariciándote la carita. Que cada momento a su lado es especial, y desearías que ese momento no acabase nunca, poder darle a un botón y quedarte en ese lugar, con ella, toda la eternidad. Que te hace extremadamente feliz, que cuando estás con ella no te falta de nada, y como mucho te sobra algo de ropa. Que sientes una conexión interestelar con ella, como con nadie más en este mundo. Que la sientes única, totalmente diferente a todas las demás. Tiene cosas que solo has visto en ella y es que cada pedacito suyo te encanta, te fascina. Es que no hay nadie igual, si la tienes a ella te sobran todas las demás. Y no la quieres solo con los ojos, la quieres con la cabeza, con el corazón, con el cuerpo, la mente y el alma. Que es una conexión más allá de lo visible, te sientes conectado a ella como dioses griegos, como si fueses Adán y Eva y Dios os hubiese puesto ahí juntos en ese instante porque sois los elegidos, los elegidos para amarse como nunca antes nadie lo había hecho. Amarse con locura, con el corazón, sin importar todo lo demás, apasionarse con el otro, ilusionarse con cada pequeña mueca del otro, ser feliz con una sonrisa, alegrarse con una caricia, sentirte seguro con un abrazo, animarte con una palabra, y desnudarte con un susurro al oído. Una conexión astral, más allá de lo físico, siendo uno cuando hacemos el amor, compenetrados, como dos piezas de puzzle que encajan a la perfección, un león con su leona en la sabana africana, dos Estrellas chocando, el Big Bang, una explosión orgásmica, a ritmo de Lany y Coldplay haciendo un dúo y un remix con MdMoney y Lionware, después de haber bebido demasiado y sentir que entre tu mirada y la mía hay una butaca de más, y acabar y pegarnos, abrazarnos piel con piel bajo la Luna llena y sentirnos abducidos por Zeus que nos sube al Olimpo a descansar la noche felices, juntos, en las nubes, una conexión astral, inigualable, solo entre tú y yo bebé. Que me haces tremendamente feliz R, y te quiero pa' siempre, con todas nuestras cosas malas que nos hacen únicos y las otras tantas buenas que nos hacen tan felices, porque no hay nadie como tú y te quiero solo para mí, para disfrutarte entera yo, y hacerte el amor cada noche, besarte cada mañana, hacerte la comida cada día y abrazarte durante toda la semana. Porque me elevas hasta el cielo y me haces brillar como una estrella solo como tú sabes, siendo tú la estrella que me guía en mi camino y forjando juntos una estela que será visible para toda la eternidad, te amo.

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