Capítulo 9

2.1K 226 98
                                    

Pov Gustabo

Llevábamos aquí poco más de un mes, no había vuelto a saber nada de Conway en todo este tiempo. ¿Qué estaría haciendo? ¿Habrá pensado en mi durante este mes? Eran preguntas que no me había hecho antes, tampoco hablé con Segismundo del beso. Me importaba más Conway, aquel hombre que nos usaba como muñecos y que hacía con nosotros lo que quería, la verdad es que no me lo explicaba.

Estábamos Horacio y yo sentados en el patio de la cárcel cuando de repente vinieron unos policías y nos esposaron.

-G: ¡Hehehehe que coño hacéis!

-P: Tenemos buenas noticias para vosotros, ¡Han venido a sacaros de aquí! Así que ya os estais dando prisa para coger vuestras putas cosas, os están esperando.

Nos dieron nuestras cosas metidas en una bolsa negra y nos acompañaron hasta la puerta. Salimos y en el parking había un coche de policía aparcado y un hombre fumando apoyado en el capo del coche. A medida que nos íbamos acercando nos fuimos dando cuenta de quién era ese hombre que estaba apoyado en el coche.

C: Vosotros dos capullos, conmigo, ¡Ya!

H: Si señor intendente. Vamos Gustabo.

Nos subimos los tres en el coche patrulla y nos llevó a casa.

C: Ya hemos llegado. Quedaros en vuestra puta casa capullos, no os quiero volver a ver por mí comisaría. ¿Queda claro anormales de carrito?

H: Clarísimo super intendente.

Yo no dije ni una palabra, no me podía creer lo que estaba pasando, ¿Porque nos sacó de la cárcel? ¿No quería que nos pudriésemos allí?

Horacio y yo nos bajamos del coche. Vi como el coche de Conway se alejaba y me di la vuelta para entrar en casa. Al rato me llegó un SMS, era de él. No entendía nada, primero nos dice que nos pudriésemos en la cárcel, luego nos saca de alli y después nos dice que no quiere volver a vernos, ¿Que le pasa?

El mensaje no decía nada, solo era una ubicación.

Estuve unos días pensando en si ir o no, pero quería saber qué era lo que quería, quería saber qué se le pasaba por la cabeza, por qué era tan bipolar con nosotros, por qué lo era conmigo.

Era de noche, Horacio estaba durmiendo y no quería que supiese que me iba a ver con Conway, así que me fui mientras él dormía.

Antes de llegar le avisé para que supiese que iba a la ubicación que me mandó, básicamente para que no le pillase desprevenido.

Cuando llegué me di cuenta de que era una casa bastante acogedora, era de un color amarillo mostaza y parecía bastante grande. Con lo que ganan los policías no me extrañaba nada que él viviese aquí.

Llamé a la puerta y espere a que me abriese, pero al ver que no me abría empecé a llamar con más ímpetu.

-C: Pasa coño no hace falta que llames tantas veces.

-G: ¿Por qué querías que viniese aquí?

-C: Queria hablar contigo, a solas.

Estaba nervioso pero no se me notaba ya que tenía una mirada firme, o eso creía. Entré al salón de su casa y me quedé de pie mirándole fijamente a los ojos. Noté que se puso nervioso y no puedo negar que sonreí levemente.

-G: Vale, ya estamos solos, ¿Qué querías decirme?

-C: Dime la verdad, ¿Por qué lo besaste?

En ese momento empecé a sentir una presión en el pecho que nunca había experimentado. El corazón me latía muy rápido. ¿Por qué estaba tan interesado en saber la razón?

-G: Ya te lo dije, me besó y no pude apartarme.

-C: ¿Cómo que no pudiste? Tienes manos para empujarlo. No te creo Gustabo, ¿Querías besarlo?

-G: ¿Qué? ¡Claro que no! Además, ¿A ti que coño te importa si quería besarlo o no?

Estaba empezando a ponerme nervioso, no entendía porque estaba tan interesado en saber la razón de ese beso.

-C: ¡Por que yo no quiero enamorarme de alguien que se va besando con otras personas! ¿No lo entiendes Gustabo? Te he sacado de la puta cárcel porque no soportaba el echo de no verte tocarme los cojones, echaba de menos tus vaciles y como me llamabas súper indigente solo para cabrearme. Te echaba de menos.

No podía decir nada, me había quedado sin palabras. Mi cabeza daba vueltas, necesitaba irme de ahí pero sabía que Conway no iba a dejarme.

-C: No vas a decir nada?

-G: Yo... No se qué decir.

-C:¿No se qué decir? Podrías decir mil cosas: Conway, yo también siento cosas por ti, Conway, no me gustas una mierda, Conway, vete a tomar por culo, ¿Pero tienes que decir que no sabes que decirme? De qué vas, en la sala de interrogaciones me dijiste que no me sacabas de tu puta cabeza, ¿Dónde se ha quedado eso? ¿Te lo inventaste solo para salir de ahí?

-G: Y es verdad, no puedo sacarte de mi cabeza, pero estoy confundido.

-C: ¿Como que estás confundido?

-G: Confundido por qué siento cosas por Segismundo, y también por ti, y lo que siento por ti es mucho mayor.

En ese momento Conway se acercó rápidamente a mi y de un empujón me estampó contra la pared, apoyando sus brazos en la pared dejándome encerrado.

-C: Repítelo

-G: ¿Por qué?

-C: Que lo repitas.

-G: Siento cosas por ti Jack Conway.

Y, sin esperarmelo,
me besó.

Eres Mío PutitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora