Capítulo 39

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Me pongo el vestido que Franki me acaba de regalar, es precioso. Es largo, de color azul y con un escote sencillo. Él me mira y sonríe, me da la mano y comienza a darme vueltas para luego abrazarme por la cintura.

–Estás preciosa cariño.
–Gracias jo...

Nos besamos y nos abrazamos. Nos miramos a los ojos fijamente y sonríe.

–Ahora vamos a bajar a cenar y otra cosita que haremos.

Le miro sonprendida y emocionada, me coge de la mano y bajamos hasta el comedor, que está totalmente vacío. Vamos hacia la única mesa del lugar, que está en medio, y me retira la silla. Me siento después de agradecerle y se sienta él. Viene un camarero, que echa vino en nuestras copas y se retira. Las cogemos y las levantamos.

–Hoy brindamos por nuestro amor, porque aunque llevemos poco tiempo, nos hemos demostrado muchísimo. Hoy brindamos porque estos momentos se repitan más. Hoy brindamos por ti y por mí.

Sonreímos, brindamos y bebemos. Viene de nuevo el camarero y nos deja un plato con carne y risotto. Comemos mientras hablamos de todo y reímos. Sin duda, este momento no lo olvidaré nunca. Es el mejor.

Después de comer, se levanta y me levanta cogiendome de las manos. Tira un poco de mí y nos quedamos a unos metros de la mesa. Le hace una señal a alguien y comienza a sonar una música lenta. Pone una mano en mi cintura y con la otra, sujeta la mía.

–¿Sabes bailar?
–Muy poco.
–Entonces dejate guiar por mí.

Comenzamos a bailar, como él nos guia al son de la música. En todo momento nos estamos mirando a los ojos fijamente, él con una sonrisa. Me pega más a él y nos besamos.

–¿Te gusta?
–Me encanta todo, gracias enserio.
–No se dan princesa.

Bailamos un rato más y luego, cogiendome de la mano, me lleva hacia una terraza. Me da un abrigo y vemos cómo comienza a nevar. Miro todo fascinada, me flipa la nieve. Miro a Frank, que me mira con una sonrisa, y me abraza por la espalda. Me empieza a dar besos por el cuello, obligandome a cerrar los ojos de lo bien que estoy. Me doy la vuelta y nos besamos apasionadamente. Nos separamos, para recuperar el aire y juntamos las frentes, mientras cerramos los ojos.

–Franki, quiero entregarme a mí.
–¿Lo dices de verdad? No quiero obligarte.
–Estoy muy segura, tú eres la persona que buscaba en mi vida y siento que eres a quién si puedo darle algo valioso, y es esto.
–Entonces vamos a la habitación.

Abrimos los ojos, me coge de la mano y subimos por las escaleras, a paso rápido. Llegamos, abre con la tarjeta, y entramos. Andamos lentamente hasta la cama y me quita con delicadeza el abrigo. Lo deja sobre una silla y enciende unas velas que hay. Una vez lo están, me mira, se acerca y me abraza.

–Si en algún momento te sientes incómoda, me lo dices ¿vale? Quiero lo mejor para ti.
–Vale Franki.

Me besa apasionadamente y luego se va hacia mi cuello. Cierro los ojos y noto como algo en mí se va encendiendo. Me quita los tirantes del vestido y me besa en la boca. Vuelve a bajar a mi cuello y tras un par de besos, baja un poco más. Se separa, me mira a los ojos y se quita la camisa. La tira al suelo y nos volvemos a besar. Caminamos hasta ponernos delante de la cama, me sienta en esta y me mira. Me tumba, con cuidado, y se pone encima mía. Volvemos a besarnos y me va quitando el vestido, con delicadeza. 

Una vez me lo ha quitado y lo ha dejado en la silla, se quita los pantalones. Me sonríe, para tranquilizarme, y me besa apasionadamente. Comienza a rozar cada parte de mi cuerpo con ternura, deteniéndose al borde de mi sujetador. Me mira, pidiendo permiso, le asiento, y me lo quita. Mira mis pechos, sonríe y comienza a darme besos alrededor, se me endurecen los pezones.  Noto como me voy encendiendo más, ya estoy empezando a mojarme y mi cuerpo me pide más. Le cojo de la cara y hago que me mire.

-Frank...necesito más.

Sonríe y con su boca, atrapa una de ellos. Gimo y va chupando, provocando que me active más. Muevo la pelvis, sin darme cuenta, y él me mira.

-No te haré esperar mucho, tranquila.

Ríe y vuelve a mis pechos. Ahora va al otro y me hace lo mismo, mientras con una de sus manos coge la otra y masajea. Gimo, dios cuanto placer. Vuelve a mis labios y me mira, con lujuria. Con su mano y por encima del pantis, roza mi zona íntima, provocando que suelte un gemido. A la vez, sigue con mis pechos.

Después de entretenerse unos minutos en mis pechos, comienza a darme besos húmedos por la tripa mientras sigue bajando. Jadeo, mientras cada vez se me humedece más mi zona íntima. Me mira, pidiendo permiso, asiento y me la quita con delicadeza. Él se quita la poca ropa que le quedaba y miro a su zona, ya excitada y preparada. Trago, mientras desvío los recuerdos y le sonrío.

-Si te duele mucho, me avisas por favor.    -Vale...

Se pone, de nuevo, encima mía e introduce con cuidado su aparato reproductor. Me escuece y me duele, pero decido no decirle nada y dejar que continúe. Comienza entrar y salir a un ritmo lento y noto como el dolor se va convirtiendo en placer. Gimo y acelera el ritmo, haciendo que gima aún más. Me sujeto por su espalda, arañando. 

Tras un buen rato así, entre besos y juego con mis pechos también, llego al orgasmo. Frank también, pero la saca antes y se corre fuera. Se tumba a mi lado y nos abrazamos. Recuperamos el aliento y las energías, me mira.

-¿Estás bien?                                       
-Mejor que nunca.

Nos besamos y me envuelve con sus brazos. Me da un beso en la cabeza y cierro los ojos, con la sonrisa en mi boca.

-Lo he hecho fuera para que no...ya sabes.

Asiento y sin darme cuenta, me quedo dormida.

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Bueno, después de un largo tiempo, vuelvo con algo que muchos y muchas me estuvisteis pidiendo. Espero que os guste, de verdad. Tengo ganas de volver con esta novela, así que si veo muy apoyado este capítulo, seguiré más rápido. Por cierto, ya tengo preparado como será el final de esta historia, pero aún quedan como mínimo 20 capítulos. ¡Darle a la estrellita y comentad!

Mi profesor de Historia [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora