El avión aterriza en el aeropuerto John F. Kennedy ubicado en Queens, Nueva York, el vuelo de la azabache había dado su fin. Tras bajar del avión, recogió su funda de guitarra, que había sido transportada con el resto del equipaje, libre de sospecha de que una letal tijera segadora se resguardaba ahí dentro, continúo su traslado, con el temporal objetivo de encontrar por lo menos un humilde departamento en donde vivir, a punto de salir del aeropuerto, la prenda divina de la chica comenzó a hablar, dentro del pequeño equipaje.
—Ryuko, vísteme... ¡ya no aguanto estar en ésta maleta!—comenzó a rogar, moviendose un poco
Frunció levemente ambos ceños, hablando disimuladamente—¿Qué acaso no puedes aguantar un par de horas más?, en cuanto encuentre un departamento podrás correr por él todo lo que quieras... y una última cosa, ¿puedes callarte?, sabes que no soy la única que te escucha ahora...—
El uniforme continúo moviendose, de manera más brusca, insistiendo—¡Por favor!, no te pediré otra cosa hasta mañana, ni siquiera que me laves o planches—
Comenzó a reír un poco ante su propuesta—Si dices cumplir tu palabra, entonces está bien, te voy a vestir—
Dió media vuelta para buscar un baño, en cuanto lo encontró tardó un par de minutos, para salir vistiendo el uniforme de marinera, su amigo comenzó a agradecerle a su portadora. Tras salir del aeropuerto, la azabache podía ver un poco lo extensa que era la ciudad a la que había llegado, lleno mayormente de edificios.
Suspiró, ya caminando por las calles—Este lugar es... algo diferente a Ciudad Honnouji... me será un poco difícil encontrar un hogar, sin que nadie decida compartirme del suyo...—se dijo a sí misma, recordando levemente a la familia de su mejor amiga
Continúo caminando, notando los varios barrios diferenciados en Queens, divisando varios departamentos en renta a diferentes precios a lo largo y ancho del distrito, quizás siendo lo único que podría parecerse a Honnouji, siendo que éste último los barrios eran demasiado diferenciados, estaba más que claro quién era rico y quién era pobre, sin embargo, en ésta enorme ciudad, todo estaba un poco más equilibrado, eso dejó tranquila a la adolescente, estar en un lugar muy diferente a su ciudad natal. Tras llegar la noche, a paso errante llegó a Long Island City, uno de los barrios más vanguardistas del distrito, llamó su atención un departamento económico amueblado entre tantos edificios residenciales de lujo y hoteles igual de económicos, a pesar de que le preocupaba si aceptarían yenes, no le impidió ir a pedir por aquella vivienda, siendo la nueva dueña minutos más tarde siendo aceptada por una adulta mayor de una actitud amable, con una renta de una buena cantidad de yenes al mes, ese detalle tarde o temprano le preocupará pronto, por el momento solo se lanzó a uno de los sillones del departamento, soltando su funda y su maleta en el suelo.
—Senketsu...ya puedes dejar de vestirme... finalmente tenemos un hogar...—susurró, para que su uniforme la dejase en ropa interior, tomando una forma un poco humana y caricaturesca
—¿Mañana vas a inscribirte a alguna escuela, Ryuko?—cuestionó algo curioso—Ese era uno de los propósitos del traslado, ¿No es así?—
Se levantó, asomándose un poco entre las cortinas, teniendo una buena vista de las calles y del parque—Si... pero no... Me inscribiré en unos cuantos días más... por ahora quiero explorar un poco ésta enorme ciudad...—volteó hacia Senketsu
Asintió, aparentando comprender sus intenciones—Ya veo... entonces está bien—
Asimismo, un par de días más tarde, más o menos unos tres, la chica visitaría varios lugares importantes, tales como Time Square, Broadway y Central Park y los demás distritos como Brooklyn y Bronx, gracias a la transformación que el uniforme le daba a su portadora junto a varios poderes, como una fuerza y velocidad increíbles, corría por los tejados de los edificios fuera de los ojos de los normales ciudadanos, pues estaba más que decidido el hecho de no ser heroína a servicio de los demás, solo intentar ser normal, cosa que no evitaría para siempre, siendo un largo y duro camino que había comenzado tras esos tres días de estancia, pues sería protagonista de su primer acto dando paso a su por ahora minúscula fama en el lugar, como una "heroína incógnita".
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La Fibra Viva del Destino
RomanceDurante muchas generaciones de nipones en el mundo, mucho se a hablado sobre una leyenda o cuento llamado "el hilo rojo del destino" la cual también se conoce como las llamadas "almas gemelas" "Un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están...