En el espacio exterior, donde el infinito universo mostraba su celestial belleza por medio de sus estrellas, planetas y demás astros, una batalla se veía desenfrenada al poner en juego el destino del planeta Tierra entre dos seres que estaban fusionados con la "fibra viva de combate", un ser proveniente del mismo espacio que dió paso a la evolución de la raza humana. En cuánto a esas dos humanas batallando entre sí, una era una adulta de platinado atuendo y cabello algo multicolor, con una pinta algo intimidante y poderosa, llamada Ragyo Kiryuin, mientras que la otra era tan solo una adolescente de rubio cabello, ojos diamante y prenda elegante y algo reveladora de unos intensos tonos rojos, amarillos y negros, que pretendía utilizar su poder al máximo para detener a la contraria, esa adolescente portaba el nombre de Ryuko Matoi, hija de la enemiga.
Ryuko se encontraba en medio de un enorme ataque de su propia madre, por medio de la ropa que traía puesta materializada en un enorme y afilado pico, clavado en casi todo su torso, ella sangraba muy rápidamente mostrando una expresión al dolor que parecía estarla aniquilando, alzando la mirada comenzó a sonreír, haciéndole creer a su madre que le había puesto su final.
-¿Lo olvidaste?, cuánto más muero, más fuerte me hago al revivir-colocando sus manos encima del pico que seguía clavado en ella, dice éstas palabras explicando exactamente que sucedía
-¡¿Recibiste mi ataque a propósito?!-exclamó con algo de inquietud, observando como su hija no se soltaba
-Si, creo que recibí eso que llaman "latigazos de amor de una madre"...-frunció ambos ceños-...hasta que Senketsu y yo hemos crecido al máximo...-
A las espaldas de la chica menor, las fibras vivas se integraban a ella, arrebatando poco a poco el poder que su rival utilizaba en su contra, de ella y del resto del universo.
-¡Pero la fibras vivas de combate no pueden herirme!-vociferó con aún más sorpresa
-¿Aunque te quite el poder de la Sumisión Absoluta?-cuestionó a sus palabras, haciendo un poco más de lógica
Observó como su prenda se hacía hilos rojos, llendo directamente a la rubia-No irás a...-
-El arma definitiva de mi padre no era la Tijera Segadora, ¡sino Senketsu y yo!, la capacidad de absorción infinita que hemos desarrollado...-
-Nos dimos cuenta durante la lucha contra el Shinra Kouketsu...-habló el atuendo rojizo de la chica menor con firmeza, mientras muchos más hilos los rodeaban-He estado absorbiendo las fibras vivas de combate para ir creciendo, he evolucionado, tengo mi propia voluntad y ahora puedo dirigirme a los humanos-
Su portadora continúo hablando-Es posible que no seamos ni humano ni ropa-
Volvió a hablar la prenda, completando la frase de su dueña-Pero al mismo tiempo somos humano y ropa, lo somos todo-
-La gente no puede ser ropa, ¡la gente es gente!, ¡y la ropa es ropa!-gritó Ryuko alzando sus antebrazos y alzando su mirada, en forma de una pequeña pose
-¡No entiendo lo que estás diciendo!-increpó Ragyo furiosa, en medio del discurso de ambos
-¡Esto es lo que somos!-exclamó en respuesta
Un puro brillo blanco se desprendió del duo, cegando inmediatamente a Ragyo, mientras que la rubia tomaba el control de las fibras que tenían apresados a los humanos del resto del planeta por medio de un micrófono, mientras gritaba con todas sus fuerzas posibles de manera autoritaria y correcta, estando encima del satélite que monitoreaba aquellas fibras en esa inmensa capa roja.
-¡Escuchen, fibras vivas de combate!, ¡la gente es gente y la ropa es ropa!-el satélite brilló casi como el mismo sol, emitiendo el mensaje a toda aquella capa rojiza por medio de varios anillos multicolores que pasaron por toda la superficie de la Tierra-¡Devuelvan su humanidad a los humanos!-
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La Fibra Viva del Destino
RomansaDurante muchas generaciones de nipones en el mundo, mucho se a hablado sobre una leyenda o cuento llamado "el hilo rojo del destino" la cual también se conoce como las llamadas "almas gemelas" "Un hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están...