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El ambiente estaba más tenso de lo normal, de las cinco audiciones que se habían llevado acabo por el momento, solo dos parecían valer la pena. Los ya selectos de años anteriores o la "old school" como se hacían llamar, dudaban que fueran muchos los alumnos de nuevo ingreso ese año.

La situación comenzaba a ser más aburrida que otra cosa hasta que el director alzó la voz nombrando al pequeño de lentes "Huang Renjun, es su turno, mucha suerte" la voz grave de Donghae resonó por el lugar, este último conocía muy bien al extranjero, su padre y él eran muy amigos, se habían conocido en un acto escolar y desde ese día fueron inseparables, Yixing, el padre de Renjun se mudó a China con su familia cuando terminó el colegio y se mantuvieron en contacto.

Todos los años se reunían, él era prácticamente el tío del menor y fue quien le transmitió su amor por la música, al enterarse Donghae de la estadía permanente de la familia Huang en Corea lo primero que hizo fue inscribir a Renjun en el conservatorio donde daba clases. Las reglas fueron claras, no iba a tener ningún privilegio y mantendrían en secreto la relación que tenían, solo los profesores sabían de aquello y estuvieron completamente de acuerdo cuando Donghae lo planteó. Confiaba en las habilidades de su sobrino y también sabía que Renjun no quería ser marcado como "el sobrino del director" o algo parecido, él quería ganarse su lugar.

Los chicos miraban expectantes al de cabello grisáceo desde sus asientos, la mayoría de ellos apostaron al chico nuevo luego de lo dicho por Jaemin más temprano. Era el momento de saber si sus elecciones fueron correctas, pero todas las dudas se borraron al ver como con delicadeza y seguridad Renjun colocaba sus partituras en el atril de en medio, corrió la silla hacia un lado ya que prefería estar parado y levantó su instrumento, dando una última mirada a la tribuna, una mirada que compartió por segundos con Jeno.

- Espera un momento, buenas tardes Renjun, soy el profesor de viola, Im ChangKyun, ¿podrías decirme qué vas a tocar para nosotros hoy? - preguntó uno de los profesores mientras tomaba nota de todo lo que veía, levantó la vista y pudo ver la pequeña sonrisa del joven, algo que lo extraño -

- Caprice No.2 - soltó con naturalidad - de Niccolò Paganini -

Los chicos abrieron los ojos y se miraron entre ellos, quienes debían audicionar aún y también los que ya lo habían hecho parecieron rendirse con solo escucharlo. Con mucha practica, demasiada para ser sinceros, podías tener una hermosa réplica de esa obra. Todos los jóvenes del lugar siguieron un modelo en sus años de aprendizaje, comenzar por lo más simple e ir avanzando, el contrario a Renjun, desde que supo las posiciones, las escalas, las diferentes formas de realizar un vibrato y desde el momento en el que pudo realizar cada una de ellas, comenzó con lo difícil.

Practicó muchísimas obras y no paro con ninguna hasta conseguir una versión perfecta de esta, al comienzo sus padres le recomendaron tomar clases particulares con un experto, pero al mes Renjun se aburrió. No quería dedicarle horas al suzuki ni tocar notas al aire, así que ya con lo básico comenzó a estudiar solo en su habitación.

Eso fue una de las muchas cosas que sacaban al chino del aburrimiento, sus padres trabajan mucho y no tenían tiempo para gastar con él pintando mariposas, y como era hijo único, recurrió a las actividades extraescolares. Ballet, violín, canto, contemporáneo, artes plásticas, etc. También tenía muchos amigos, pero no compartían sus gustos, por lo que nunca tuvo una gran conexión con ellos.

Volviendo a la actualidad, todos en el auditorio miraban expectantes los movimientos de el extranjero, hacía parecer al violín y al arco como lo más ligero del mundo y juraban que podían notar la resina desprenderse de las cerdas, manchando el puente del instrumento.

Cuando terminó su obra, colocó su violín en posición de descanso e hizo una reverencia de 90° hacia el jurado. Todos lo aplaudieron y entre aplausos tomó asiento algunos lugares antes que Jaemin y Jeno.

Oh, ¿qué decir de esos sos? mantenían sus manos unidas y cuando el más bajo se sentó cerca de ellos, sólo se miraron con la boca abierta. Tenían que hablar con ese niño, cuanto antes.

↳orquesta ; norenmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora