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El día parecía empezar bien, apenas se levantó el olor a comida lo llevó a la cocina de su hogar, donde sus padres se tiraban besos melosos y charlaban comodamente, su mamá preparaba su típico jugo de naranjas mientras Yixing se esforzaba para no quemar las tostas. Tenía que admitir que él era el único que cocinaba bien en su hogar, normalmente sus padres lo ayudan haciendo la cena, para ellos era una forma de pasar tiempo, además de que comían cosas sin sabor a quemado, era uno de los dotes escondidos de Renjun, ya que entre las muchas actividades que hizo a lo largo de su corta vida, se encontraban las clases de repostería y algunas de comida saladas o algo parecido que no recordaba por completo.

Luego de comentar a sus padres que ese día saldría con sus amigos y recordarles pedir algo para comer o no quemar la casa, fue corriendo a su habitación a bañarse y vestirse. Tal vez había mentido un poco al irse tan temprano, con los chicos planearon tomar un café alrededor de las 4 de la tarde y cuando salió de su casa apenas eran las 11. Con su polera blanca y su abrigo gris tan largo como él, salió. Planeó muchas cosas antes de reunirse con sus amigos, pasó primero por un tienda donde vendían las pinturas que él solía usar, algunos pinceles y algunos stickers de gatitos, porque se verían muy bonitos pegados por el borde de su espejo.

Mientras caminaba hacia el parque, donde terminaría su travesía comenzó a pensar en todo el tiempo que dedicaba a el arte. Horas de ensayos con su violín, otras largas horas de pintura a las que él llamaba "error y ensayo" y sus constantes investigaciones relacionadas con los mismos temas. Hacía un largo tiempo en el que no cuidaba de sí mismo o se tomaba un rato para relajarse, podía jurar que hace semanas no dormí lo justo y necesario, pero, mierda. Le costó mucho encontrar ese balance en su vida, donde puede disfrutar lo que hace y pasar tiempo con quienes más ama, y le aterraba pensar que un pequeño cambio en su rutina podía mandar todo su trabajo a la basura.

Volvió a la realidad al sentir como una se sus mejillas se mojaba un poco por las lágrimas que inesperadamente bajaron de sus ojos, se encontraba entrando al pequeño parque, ese bonito lugar que poca gente solía recorrer ya que muchos de los juegos para niños estaban rotos y había tantos árboles que parecía un bosque, la multitud se acomulaba en la plaza central, donde su primera y última vez visitando la misma, un niño arrojó helado en sus zapatos y un perro lo mojó sacudiendo su cuerpo justo a su lado.

En ese lugar todo era más pacífico, lo frecuentaban adolescentes en búsqueda de la misma tranquilidad que él, por lo que era agradable. Tomó asiento bajo la sombra de un árbol, con sus audífonos puestos y escuchando el soundtrack de Moomim Valley. Su cabeza flotaba y sentía el viento rozar su rostro com parsimonia, trataba de no pensar de más, de no crear historias en su cabeza y tal vez sólo recordar anécdotas lindas, pero no funcionaba.

Pasó varias horas sentado sobre el húmedo césped, leyendo "La chica que amaba a Tom Gordon" porque lo había empezado hace meses y nunca le dio la suficiente atención. Pero de pronto un llamada de Sana lo asustó, con su dulce voz su amiga preguntaba si prefería que lo pasaran a buscar o iría solo, así que mientras juntaba sus cosas en su mochila celeste y se levantaba, avisó a Sana su situación.

 Pero de pronto un llamada de Sana lo asustó, con su dulce voz su amiga preguntaba si prefería que lo pasaran a buscar o iría solo, así que mientras juntaba sus cosas en su mochila celeste y se levantaba, avisó a Sana su situación

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La campanilla de la tienda llamó la atención de muchos, él estaba seguro de que era eso, pero para todos era su apariencia la que llamaba tanto la atención. Reconoció al instante a Taeil en la barra del café y con un saludo amistoso de manos y algunas señas raras, Renjun pudo entender que sus amigos estaban en la terraza del lugar. Ya con su pedido hecho subió rápido, como un niño en navidad, extrañaba demasiado a sus amigos y había algunos de ellos a quienes no veía hace un tiempo, como Sana y Chenle. Los encontró riendo escandalosamente, Donghyuck acariciaba con cariño el cabello de su pareja mientras hablaban probablemente de temas al azar.

Al notar su presencia, Chenle saltó a abrazarlo, escondiendo su carita en el saco del mayor, diciendo en chino lo mucho que lo había extrañado y lo mucho que lo quería. Con amor abrazó su cintura y dejó un beso en su cabello. Lele era el hermano menor que nunca tuvo, y la forma en la que demostraba constantemente el aprecio que le tenía le parecía invaluable.

Caminaron pegados hasta la mesa, donde el chino menor decidió que era momento de soltar a Renjun, y este último saludo a todos sus amigos con abrazos y risas. Y todo estaba más que bien al parecer, sus pedidos habían llegado luego de que un mesero llegó para tomar nota de sus preferencias, menos las de Renjun. Pero de pronto, entre charla y charla, recordaron que Mark había invitado a un par de amigos y estos estaban en camino. Oh joder, cuándo Jeno y Jaemin aparecieron al borde de la escalera tomados de la mano Renjun quería que se lo tragara la tierra.

Luego de la "charla de presentación" que tuvieron por celular, siguieron chateando durante el resto de los días, y Renjun se sentía tan mal, pero que había creado varios escenarios en su cabeza, donde Jeno, Jaemin y él eran mejores amigos o algo más, hasta soñó con una mañana donde despertaba con ambos chicos a su lado y no podía estar más avergonzado de eso. Claramente ellos no tenían idea de lo sucedido, pero estar cerca de ellos le recordaba todas sus fantasías.

-¿así que ya se conocían?- repite una vez más Mark asombrado por el inesperado encuentro -

-Por quinta vez Lee, si, se conocieron en la orquesta- dijo Sana, ya harta de la sorpresa en la cara de su amigo -

Hablaron mucho y compartieron algunas anécdotas con Renjun, algunas con Jeno y Jaemin, para poder unir a todos en la conversación. El chino mayor sabía que Jaemin lo estaba observando aunque se encontrara sentado a su lado, por un lado lo ponía incómodo, pero si lo miraba de otra forma, era lindo pensar en que el pelirosa tenía cierto interés en él.

Tal vez en un futuro, podrían ser mejores amigos, contarse todos sus secretos, juntarse a ver películas o simplemente pasar un rato juntos, tal vez estaba pidiendo demasiado, tal vez ellos no sentían lo mismo.

↳orquesta ; norenmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora