↳orquesta ; norenmin

d i e c i s é i s

Los ojos de Jaemin se enfocaban con insistencia en la luz proveniente de la pequeña pero poderosa lámpara en el techo de su habitación. Hacía un poco de calor, tenia una remera blanca ligera y esas bermudas veraniegas de playa, debería de estar cambiado ya que en pocos minutos Renjun estaba por pasar por su casa, para ir juntos por Jeno y luego tener un picnic en el Río Han, querían enseñarle ese hermoso lugar a "su chico" como dijo Jeno en el chat grupal que compartían los tres. 

Escuchó su celular sonar con ese ringtone personalizado para el grupo y no tardó un segundo en abrir el mensaje, Jeno avisaba que ya estaba listo y Renjun avisaba que estaba buscando sus llaves y en cualquier momento salía rumbo al hogar del menor. Así que Jaemin lo tomó como un aviso para vestirse decentemente. Tomó unos pantalones de jean celestes, su remera blanca junto a sus botitas vans del mismo color, ni un accesorio más y estaba listo, solo le bastó cepillar un poco su pelo y lavar su cara y dientes. Cuando tomó su mochila azul para llevar lo más importante, el timbre sonó avisando la llegada de Renjun.

Pudo oír a su madre abrir la puerta mientras se miraba por última vez al espejo, posiblemente confundida por no ver a Jeno. "Jaemin, hay un niño bonito en la puerta buscándote" gritó, y solo pudo soltar una carcajada mientras se acercaba a la puerta, dejó un beso en la mejilla de su mamá y en cortas palabras le comentó su plan, tomando la mano de un sonrojado Renjun, quien saludaba en voz baja mientras así una reverencia a la señora frente a él.

En camino a la casa de Jeno no soltaron sus manos, tuvieron una charla corta sobre su día, sin ánimos de desperdiciar una conversación en la cual el pelinegro que faltaba podía estar incluido. Fue un viaje corto y silencioso, pero muy cómodo, más que nada por esas pequeñas manos que le transmitían más de un sentimiento a Jaemin.

El encuentro con Jeno fue gracioso, ya que este salía casi corriendo de su casa porque solo estaba su hermana mayor en la casa, y no quería que lo molestara con chistes de doble sentido frente a los otros dos chicos. Ambos quedaron sorprendidos por la vestimenta del coreano, ya que usualmente Jeno portaba un estilo callejero o como lo llamaba el, menos formal, pero hoy se encontraba bastante arreglado, con unos pantalones de vestir negros, una camisa con un patron de colores azules y sus típicas converse a juego con el fondo blanco y liso de la camisa.

-¿Qué le pasó a mi Jeno?¿Por qué no tienes cargos?- Soltó Jaemin haciendo reír a Renjun.

-Es una ocasión importante chiquillos, no todos los días tengo un picnic con dos niños bonitos- Dijo y río luego.

Y emprendieron viaje, pero esta vez al Río. La conversación empezó muy básica y se fue desarrollando hasta llegar a un debate sobre aliens, planteado por Renjun y sus creencias locas.

-Lamento interrumpirte lindo, pero acabo de notar que ninguno trae comida- Jeno frenó de golpe al decir eso, ganando una mirada de reproche de Ren por frenar su historia.

-Dijimos ayer por la noche que íbamos a comprar todo hecho, no pudimos ponernos de acuerdo en cómo repartir las recetas, así que decidimos ir por el lado fácil- Dijo Jaemin retomando caminata.

-Dejaste de responder los mensajes justo cuando comentamos eso Jen- Renjun se unió a la caminata, seguido de unos pasitos rápidos de Jeno.

-Me dormí, me mantuve todo el día despierto para lograr dormir mucho y despertarme temprano hoy, agradezcan que no conteste.

Se quedaron quietos esperando a cruzar la calle y recibiendo miradas de una señora que pasaba frente a ellos. Cómo hacía calor y ambos coreanos querían tomar la mano de Renjun, este último pensó algo diferente para no juntar sus manos transpiradas. Jeno y Jaemin estiraban sus dedos meñiques, mientras el chino los tomaba con sus manitas en medio de los dos. Así que sí, se llevaron muchas miradas curiosas, que realmente no les importó.