My King = ||Kookmin||

CAPITULO IX

Era la hora del desayuno, SeokJin aún tenía muchas dudas acerca de la nueva relación del rey con aquel rubio omega, pero la mayoría las ignoraba.

— Jungkook, tendrás que decirle al pueblo que has encontrado pareja — Jin habla en medio del desayuno.

— Lo se... — susurra él alfa — lo dire cuando Tae y Hoseeok vuelvan a Gwangju— decide el rey.

— No te preocupes SeokJin, nosotros nos vamos mañana — dice Hoseok al ver el rostro preocupado del mayor.

— Está bien — suspira con alivio SeokJin.

Y el desayuno siguió sin ningún problema o comentario.

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Ya era la mañana siguiente y Jimin se despertó al recordar que TaeHyung y Hoseok iban a partir devuelta a Gwangju ese mismo día. El rubio notó que Jungkook no estaba en la habitación, por lo que apresuradamente se dirigió a la entrada del castillo. Cuando llegó, noto que JungKook, SeokJin, TaeHyung y Hoseok estaban allí, así que Jimin se acercó.

— ¡TaeHyung! — exclamó Jimin en cuanto lo vio

El peliazul corrió ignorando los gritos preocupados de su alfa y fue a abrazar al rubio. Cuando Jungkook vio esa escena, sonrió. Puede que nunca se haya llevado bien con su hermano, pero igual le hacia feliz que TaeHyung se llevará bien con su "pareja", pues aún cuando todo era falso, Jungkook sabía que ese rubio era su pareja predestinada.

— Espero verle pronto, hyung — el menor habló.

— Espero poder volver pronto — sonrió TaeHyung — ¡O puedes venir tu a Gwangju! —

— Creo que quisiera conocer Gwangju—  Jimin sonrió.

Ambos omegas se despidieron. Jimin pudo ver cómo TaeHyung y Hoseok subían en el mismo carruaje en el que habían llegado, ese azul con detalles de oro. Dentro del carruaje, TaeHyung agitó su mano a modo de despedida y Jimin le respondió con una sonrisa.

— Ahora... debes decirle al pueblo que has encontrado a tu omega — dice SeokJin en cuanto el carruaje se pierde de vista.

— ¡Déjame al menos un minuto de descanso, SeokJin! — reclama Jungkook frotando desesperado su rostro.

— Sabes que es importante que se enteren — el mayor intenta hacer razonar al alfa — Sabes que después de los 25 años te quitan el trono si no encuentras a tu pareja —

— Solo tengo 20 años — le reclama el alfa frunciendo el ceño.

— Pero ahora tienes a tu omega, ya no hay que preocuparse — sonrío SeokJin volteando hacia Jimin — Ven Jimin, te prepararé para que vayamos al pueblo —

— ¿¡Iremos ahora!? — el rubio se sorprendió.

— ¡Si! Entre más antes, mejor — el pelirrosa arrastró al rubio hacia la habitación del rey.

En cuanto SeokJin llegó a la habitación de Jungkook, agarró una de las ropas que eran de Jimin y que estaban guardadas en un mueble. La ropa que le dio era muy elegante, como aquella que se había puesto el día que Tae y Hoseok habían llegado al castillo, pero esta era de un color diferente, pues era de una tonalidad marrón.

Cuando Jimin y SeokJin bajaron, pudo ver a Jungkook ya cambiado, además de que en su cabeza tenía una corona de oro con una que otro gema color azul ¿Cuándo y donde se cambió? Fue lo que se preguntó Jimin en cuanto lo vio.

Al rubio le había gustado demasiado la corona, el también quería una así, por más infantil que sonora. Jimin se acercó a Jungkook viendo fijamente la corona, cosa que no paso desapercibido por el rey.

— ¿Yo también tendré una así? — Jimin apuntó la cabeza de Jungkook y este le miró con confusión.

— Cuando te cases con el tendrás tu propia corona — SeokJin habló a espaldas del rubio, sonrojando a ambos menores.

Cuando los tres salieron; porque si, SeokJin los acompañaría al ser quien cuida de Jimin. El rubio pudo ver un carruaje, pero a diferencia del de TaeHyung y Hoseok, este era negro, pero este también tenía detalles de oro. Los tres subieron a aquel carruaje.

Jimin estaba nervioso ¿Cómo reaccionara el pueblo? ¿Les agradare? Y más preguntas así se hacían en la mente del pequeño omega, su nerviosismo era evidente, por lo que Jungkook tomó su mano, captando inmediatamente la atención del rubio, quien abrió ligeramente la boca ante el contacto.

— No debes preocuparte por lo que piensen — le susurra el alfa

— Pero y si no les agrado... yo enserio quiero agradarles, aun si esto es falso —Jimin susurró con sumo cuidado para que SeokJin no escuchara, pero él pelirrosa estaba distraído con otras cosas.

— No te preocupes, ellos no importan — Jungkook sonríe, la primera sonrisa real que ha visto Jimin durante el tiempo que llevaba allí en el castillo.

Jimin agachó la mirada mordiendo su labio inferior, más el contacto de las manos aún estaba allí. SeokJin cuando volteó a verlos para decirles algo, pudo ver las manos enlazadas y sus palabras quedaron en el olvido. El mayor volteó a ver ambos rostros, notando al rubio un poco sonrojado y al alfa con una sorprendente sonrisa. El pelirrosa sonrió al ver aquella escena, el sabía que Jimin era el indicado para poder cambiar a aquel amargado y arrogante rey que había dentro del alfa, para convertirlo en un rey bondadoso y amigable.

Jimin se dió cuenta que habían llegado al pueblo, debido a que unas casas empezaron a aparecer, además de que se empezaba a ver gente. Y mientras menos se lo esperaban, ya había mucha gente alrededor del carruaje. Todos los pueblerinos estaban sorprendidos, pues el rey nunca visitaba el pueblo, a menos que sea importante o que haya algo de lo que el pueblo tenga que enterarse.

El carruaje por fin se detuvo, la puerta es abierta y SeokJin es el primero en salir, tras el, sale el rey y todos en aquel pueblo reverencian como es debido, pero el hecho de ver al rubio salir del carruaje, deja a todos aturdidos y sorprendidos. Jimin notó que frente a él, había un gran lugar, casi como una mansión, pero no tan grande.

Jungkook es el primero que empieza a caminar cuando están fuera del carruaje, el alfa nota que Jimin ya sabe cómo debería actuar, pues lo ve detrás de él, con la cabeza gacha, casi sumiso, algo que sorprende al alfa ¿Cómo sabrá que debe comportarse así? El alfa supone que debe estar copiando el comportamiento de TaeHyung cuando llegó al castillo.

De aquel gran lugar frente al rey y los otros dos omegas, sale una persona. El rubio lo reconoce de inmediato como un alfa, el cual se inclina en cuanto nota que es el rey que está allí.

— Rey Jeon — pronuncia en medio de la reverencia.

— Choi SiWon — contesta el rey.