Lexy se detuvo a unos pasos de la entrada de Margotte's al percatarse que Anái ya lo estaba esperando. El rubio vio su móvil y se dió cuenta que aún faltaban unos pocos minutos para la hora acordada.
Cuando levantó la vista, examinó al chico castaño, el cual vestía unos jeans color negro y una camisa de manga corta estilo vintage; casi había olvidado que su cita era un chico increíblemente atractivo.
Lexy comenzó a caminar hacia Anái y cuando se encontró frente a él, éste le sonrió y Alexey pudo sentir sus mejillas arder. Por un breve instante el rubio se sintió intimidado por el guapo chico de cabello castaño claro.
‒¡Que puntual! ‒ dijo el ojiverde.
Ambos se encontraban sentados en la terraza de la cafetería esperando sus bebidas.
Después de un rato, Alexey estaba súper platicador, contando lo mucho que le gustaba ese lugar, que su bebida favorita era el latte de vainilla con doble carga de café, también contó que le encantaban los postres pero trataba de controlar su alimentación debido a que seguía un régimen alimenticio que le mantuviera saludable para realizar todas las actividades físicas que exigía su carrera profesional.
Anái lo escuchaba atentamente y de vez en cuando solo hablaba para asentir o hacer alguna pregunta sobre lo que el rubio le platicaba.
Entre más lo escuchaba más le gustaba.
Ya había descubierto cuál es la bebida favorita de Lexy, que al rubio le fascina la pastelería europea, que desde pequeño había estado en clases de baile principalmente jazz, ballet y que no tenía apuros económicos porque sus padres se encargaban de sus cuentas.
El chico rubio quedó en silencio por un segundo, pensando que se sentía cómodo en compañia del castaño y que nunca había hablado de todas esas cosas con nadie que hubiera conocido anteriormente en la universidad. Quería decírselo, pero tampoco quería parecer desesperado, es decir... después de todo él ya había conseguido su número, le había escrito, lo había invitado a salir y decir algo como aquello era quizá demasiado. Así es que decidió callar.
‒Oye, Alexey uhmm ‒
‒ ¿si? ‒
‒ Está es la misma mesa donde te sentaste la vez que te hicieron la foto de perfil que tienes verdad? ‒
El rubio sonrió al percatarse que alguien había estado observando detenidamente su foto.
‒Si, es de hace un par de días. Le pedí a Ellie que me la tomara... es que este lugar en verdad me gusta ‒
Así es que había sido la chica pelinegra quien había tomado la foto. Anái se sintió un poquito tonto al haber imaginado que Lexy estuvo con algún muchacho ese día.
‒Hey Lexy ¿Puedo hacerte una foto? es decir con tu propio móvil, por si quieres ponerla de perfil algún día también.. como un recuerdo... creo que soy bueno tomando fotos ‒
Alexey se mordió un poco su labio inferior al observar la encantadora y cálida sonrisa que le mostró el castaño mientras hacía su proposición
¡Mierda! pensó.
¿Qué fue eso que sintió cuando le llamo LEXY en vez de por su nombre de pila? Se sentía caliente de la cara ¿Acaso se había puesto rojito? Estaba tomando su móvil cuando sintió que su mano tembló. ¿Se había puesto nervioso? Extendió el dispositivo y Anái hizo la fotografía, éste echó un vistazo a la imagen antes de devolver el aparato a su dueño.
El castaño miró expectante al rubio mientras éste veía su foto recién hecha. Anái si que tenía alguna especie de talento útil tomando fotos con dispositivos móviles. La luz era perfecta, tenía ese destello dorado de un atardecer. Notó que su expresión en la imagen reflejaba timidez y unas mejillas levemente sonrosadas, le sorprendió ver ese lado de sí mismo.
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Lo que somos tu y yo
RomanceCuando Anái vio a lo lejos por primera vez a Lexy, pensó que era el ser más hermoso y puro que había visto en su vida y que así era como debía sentirse el amor a primera vista... hasta que una noche conoció el lado oscuro y salvaje del chico.