2. ¡Acércate!

9 1 0
                                    

Ellie y Lexy habían llegado al lugar donde ya había comenzado la fiesta, se supone que ahí se encontrarían con los demás.

Intencionalmente la chica había arreglado al rubio; peinando su cabello hacia un lado ligeramente alborotado, incluso lo convenció de poner un par de piedritas que parecían diamantitos debajo de sus ojos, como en esos maquillajes que se usan para ir a los festivales de música. Llevaba un tanktop estilo oversize que peligrosamente dejaba ver parte de sus exquisitas costillas y unos jeans ajustados sin nada especial. Alexey pensó que la chica se había excedido cuando le mostró un choker negro con hebilla para que se lo pusiera. Bufó pero aceptó, se colocó el accesorio en su cuello pálido y aunque no lo admitió expresamente, si que le había encantado.

‒Te ves jodidamente sexy, Lexy‒

‒Esto es demasiado, ahora si parezco mujer‒

El ojiverde tomó una bomber jacket, que también era algo grande para su cuerpo delgadito; aunque nadaba en la prenda, pensó que así se vería un poco más masculino.

Ellie estaba orgullosa de como todo el mundo se mordía los labios cuando veía a su amigo. Quería que Anái y los chicos llegarán de una maldita vez.

Anái: Ya llegamos. Estamos entrando.

Ellie: Estamos en la parte trasera de la casa, en el jardín. Vengan.

Al castaño le latía el corazón al mil por hora y sentía que se moría cuando vio a su amiga saludandolo a unos pocos metros de distancia. Camino apresuradamente y se detuvo en seco frente al rubio y la chica, clavando su mirada en esos ojos color esmeralda que lo miraban desorientado. Algo no encajaba, antes de que pudiera pensar o decir algo, la voz de Ellie lo saco de un mini trance:

‒Anái, ÉL es Lexy. Es mi AMIGOO y COMPAÑERO en la carrera ‒

...espera... ¡QUEE!

...

Ellie había presentado a sus otros amigos con Alexey, este ya había bebido un par de tragos así es que platicaba ordinariamente con su amiga y respondía una que otra pregunta que le hacían los amigos de Anái; este se sentía demasiado avergonzado consigo mismo y no quería estar demasiado cerca de ellie o de lexy, así es que se quedó en una esquina cerca de sus otros acompañantes. Al no saber qué más hacer, empezó a beber más rápido de lo recomendado.

Anái sentía una leve y agradable sensación cálida en su cuerpo, consecuencia de todo el alcohol que había ingerido.. En ese estado al fin se dio coraje a sí mismo para observar a Lexy desde su lugar. El rubio era guapo, tenía un estilo andrógino, pero si lo miras con un poco de atención, era obvio que era un chico.

Anái recorrió el cuerpo de Lexy con su mirada, la bomber jacket se le había deslizado de uno de sus delgados hombros hasta un omóplato. Era demasiado provocador. Esa imagen lo hacía desear ver un poco más de aquella piel tersa y pálida del rubio, continúo paseando sus ojos por las clavículas del chico.. por su cuello.. hasta que se perdió en los mechones rubios que caían de forma sublime sobre una carita perfecta con expresión felina.

Cómo era posible que existiera alguien con una hermosura mística combinada con un destello de peligro.

En ese momento, a Anái le dio completamente igual el género de Lexy. Así es que continuó mirándole mientras daba un sorbo a su vaso con whiskey.

....

‒ Me decepcionas ‒ Le dijo Ellie en un susurro al oído.

El castaño no respondió y volvió a beber de su whiskey evitando la mirada de la chica pelinegra.

‒Deberías hacer algo más a parte de comerlo con la mirada... no te sonrojes... es que eres demasiado obvio ‒

Ambos voltearon a ver Lexy que acababa de ser abordado por un chico de cabello rojo deslavado, casi naranja como zanahoria; ese pelirrojo había colocado su antebrazo en el hombro de Lexy mientras seguía sosteniendo una cerveza y le contaba cosas que habían hecho que el rubio soltara risitas.

‒ Mira nada más, por tus torpezas Nickie se te adelantó ‒ Exclamó Ellie con fastidio.

Kenickie era amigo y roomie de Anái, ambos vivían en un departamento algo pequeño considerando que compartían el espacio con otras dos personas, para así dividirse los gastos de alquiler. El pelirrojo estaba en la misma carrera que el castaño, pero cursando su último periodo, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo en galerías o recintos culturales como pasante y practicante.

Ellie pudo ver como Anái lloraba por dentro y volvía a sorber whsikey, así es que pensó que tendría que ayudarlo más directamente o de lo contrario, Nickie terminaría yéndose del lugar con la ninfa dorada.

Kenickie no era un mal muchacho, era gentil y gracioso pero un poco promiscuo. En un instante breve, la chica tuvo que elegir si arruinar los planes pasionales del pelirrojo o dejar que Anái sufriera por su indecisión.

Cuando Ellie volteo a ver a su amigo castaño, notó éste tenía un semblante de una desilución genuina; así es que la chica le arrebató el trago a Anái, le dio un sorbo hasta el fondo, lo miró a los ojos, le tomó con firmeza de la chaqueta y le dijo:

‒ Una oportunidad ‒

Anái miró con ojos entrecerrados como la chica bajita con cabellera negra, camino rápido y directo hacia Lexy que se encontraba sentado en la esquina de un sofá, mientras Nickie empezaba a acortar la distancia entre su cuerpo y el del rubio.

Mientras caminaba, Ellie pensó ¡JODER! ya no había vuelta atrás y probablemente Kenickie se lo iba a reprochar de por vida... pero aún así la chica decidió anteponer a su amigo Anái, rogando por que no echara a perder la oportunidad que ella estaba apunto de crear con la esperanza de que eso dos pudieran estar solos en algún momento durante la noche.

‒ Lexy, bebé ‒ Dijo mientras besó la pálida mejilla de su amigo rubio ‒ Algunos de los chicos y yo creemos que es hora de irnos a "fumar" por ahí, a otro sitio más privado ‒

Ellie volteo a ver a nickie, rozó suavemente la mejilla del pelirrojo y asegurándose de que Lexy pudiera escuchar perfectamente, dijo en un tono coqueto:

‒ Acabo de ver a esa chica con la que desapareciste la otra noche... hay que invitarla, si quieres... se pueden quedar a ju-gar en alguna habitación. Iremos a la casa de Lexy por ser la más grande. A él no le molesta ¿Cierto? ‒

La chica volteo a ver a su amigo rubio, quien negó ante la pregunta, mientras éste formaba una sonrisa arrogante, aparentando indiferencia ante el comentario que había escuchado.

‒ ¡Vámos! ‒

Ellie jaló a Lexy del brazo hasta que llegaron al auto, inmediatamente empezó a informar a cada uno, el orden como debían hacerse caber en el vehículo.

‒ Oye, nickie ‒ Miró al pelirrojo y a su nueva acompañante ‒ Ustedes dos ya no caben en el auto porque ahora vamos a subir Lexy y yo... hmm.. no te preocupes les pediré un uber, así pondré yo la dirección.. espera ya lo estoy pidiendo... ‒

‒ No te preocupes, creo que iremos a otro lado ‒ Dijo el chico de pelo como zanahoria, mientras tomaba de la cintura a su chica improvisada.

‒ Como gusten ‒ Respondió Ellie con una sonrisa ladina al mismo tiempo que se despedía.

En ese momento, Ellie agradeció que Nickie no tuviera ni una pizca de autocontrol sobre sus instintos. Subió al auto y recobró el ánimo cuando notó que Anái se había sentado junto a Lexy en la parte trasera del auto.

En el carro iban de conductor y copiloto dos amigos de Anái y de la chica pelinegra: Mark y Aike, mientras que en los asientos traseros, Alexey y Ellie sentados cada uno junto a una ventana y Anái estaba congelado en medio de los dos bailarines. 

...

A ti que has llegado hasta esta parte. ¡Muchas Gracias! 


Lo que somos tu y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora