7. Calm before the storm

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Alexey estaba sentado en una sillita del pequeño camerino que le había sido asignado, miró su móvil. Ya habían transcurrido 40 minutos desde que aquella profesora lo abordó al terminar su presentación.

‒Alexey, por favor cambiese y espere en su camerino, en cuanto finalice el programa iré verlo para conversar... y es en enserio, no vaya a ninguna parte hasta que hable con usted ‒

Estaba comenzando a desesperarse, sabía que era lo que la profesora le diría, entonces llegó un mensaje de su amiga de cabello oscuro:

Ellie: Wow. No puedo creer lo que ví ... pero estuviste increibleeee. El programa ya casi termina, así es que los chicos y yo te esperamos afuera para ir a celebrar.

Alexxey: ¡Gracias! Pero estoy en problemas, al parecer quieren hablar conmigo así es que tardaré un poco ¿ok?

Ellie: LOL Te esperamos (guiño)

Después de otros minutos eternos, por fin se abrió la puerta y más que segura la profesora entró, cerró con fuerza y se sentó en la silla que quedaba libre.

‒ Muy bien Alexey, lo escucho ‒

‒ ¿Qué cosa? ‒ preguntó el rubio fingiendo que no entendía lo que pasaba.

‒ Seré más clara. Explique porque decidió cambiar su rutina sin haber informado a nadie ‒

‒ Hmm por expresión artística ‒

La profesora lo miró con seriedad.

‒ ¿Por expresión ... artistica? ‒

‒ si ‒

‒ Al parecer no lo estoy entendiendo ¿a que se refiere con expresión artística?

‒ Pues... sentí que necesitaba cambiar la coreografía y bailar lo que sentía ‒

‒ Ah, lo que sentía usted ‒

‒Si ‒

‒Entonces, considera que las horas y semanas de trabajo que usted mismo y otros profesores han invertido en su preparación profesional para coreografiar esta rutina, pueden simplemente hacerse a un lado porque usted necesita "bailar lo que siente" en su primer evento como estudiante de danza contemporánea ¿es correcto? ‒

Alexey miró al suelo, quería contraatacar pero de alguna manera sabía que la profesora tenía razón, había actuado muy impulsivo aunque la realidad, es que no se arrepentía, si tuviera la oportunidad lo volvería a hacer.

Al no tener respuesta del estudiante rubio, la profesora continuó.

‒Escuche Alexey, nadie le impuso esa rutina, usted la construyó con esfuerzo y es una grave falta de respeto para usted mismo como artista y para sus profesores que haya actuado de esa manera, cambiando todo justo en el acto y sin el consentimiento de ninguno de sus instructores. No siempre se trata de bailar lo que sentimos y no puede volver a actuar de esa manera. ¿está de acuerdo?

‒ si ‒

‒¿Sabe que no puedo pasar esto por alto ?

‒ si ‒

‒ Alexey ‒ resopló la profesora ‒ Su rutina fue impecable, incluso sus descarados e improvisados movimientos mostraron control sobre lo que hacía... hecho que demuestra que ha aprovechado cada minuto de sus clases... y aunque no estamos en la escuela media como para castigar a los estudiantes como si fueran adolescentes, si no se le otorga alguna amonestación, otros de sus compañeros pueden verse tentados por la idea de hacer algo similar a lo que usted hizo.

‒ OK ‒

Hubo unos segundos de silencio, mientras la profesora pensaba que decirle al rubio.

‒ Deberá hacer el aseo del salón principal de ensayos ... tres veces a la semana por un mes, que son los días que se utiliza ‒

‒ Eso quiere decir que ... ‒

‒ Quiere decir que tendrá que esperar a que otros grupos, además del suyo, terminen sus ensayos para poder limpiar piso y espejos ‒

‒ OK ‒

La profesora salió del camerino y Alexey se apresuró a tomar sus cosas y salir al encuentro de sus amigos quienes lo estaban esperando desde hace un largo rato. No pensó mucho en el castigo que acababan de darle porque en verdad tenía prisa por marcharse de una vez.


...


Ellie, Kenickie, Anái y Lexy estaban concentrados en el menú de la pizzería, cuando por fin estuvieron listos hicieron su pedido al mismo tiempo que ordenaron algunos tragos. Habían elegido ese lugar porque era ese momento del día en que era muy tarde para comer pero demasiado temprano para cenar, así es que una pizza funcionaba como un alimento neutral que podía disfrutarse a cualquier hora de la tarde, además que con seguridad, podrían tomar un par de cócteles en ese mismo lugar.

‒ ¡¿ Te castigaron ?! ‒ dijo Ellie de forma incrédula pero sin lograr ocultar el hecho de que le causaba gracia.

‒ Sabía que me diría algo sobre "mi falta de profesionalismo" pero nunca pensé que terminaría limpiando ‒ resopló el rubio que recién se daba cuenta de su sanción ‒ Pero ... definitivamente lo volvería a hacer ‒ dio un sorbo a su bebida mientras lanzó una mirada al castaño, quien le sonrió a cambio.

Kenickie que había presenciado esa acción fugaz, terminaba de comprobar que entre Anái y Lexy había algo recíproco. Por un momento el pelirrojo consideró el hecho de empezar a ver al rubio como lo que en verdad podrían llegar a ser: amigos (más por deber que por convicción) le dolió un poco tener que desprenderse de aquel muchacho que despertaba sentimientos y deseos en su interior, pero no se puede perder algo que nunca se tuvo, pensó.

Durante todo el rato que estuvieron en la pizzería, se vio a sí mismo como testigo silencioso de cómo poco a poco lograba consolidarse algo entre el hermoso rubio y su amigo.

Si todo dependiera solo de él... Nickie gustoso correría hacia un escenario donde Lexy estuviera a su lado, porque alguien excepcional como el rubio merecía ser felíz cada día, merecía a alguien que le fuera devoto, merecía lo mejor ... y tal vez lo mejor para Alexey era Anái.

Nickie pensó que estaba siendo soberbio al pretender saber qué era lo mejor para Alexey. Pero tan solo con observar la manera en que esos dos se miraban y sonreían, no dejaban ningún cabo suelto.

El pelirrojo quería al castaño. Lo conocía bien, después de todo vivían juntos; Anái además de ser guapo, era gentil, amable y honesto. Era tan diferente al bailarín, pero justo por eso combinaban tan bien juntos.

‒ ¿Lexy cuando empiezas a limpiar jaja ?‒ preguntó Nickie

‒ La próxima semana ¿quieres ayudarme? ‒

‒ Paso ‒ 

...

Lo que somos tu y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora