11. Hablemos

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El ambiente era tenso. Anái obviamente estaba molesto, pero más que eso se sentía traicionado. Frente a él, sentados estaban Kenickie y Alexey que miraban hacia el piso.

‒ ¿Y bien? ‒ dijo el castaño

‒ Anái, por favor, esto no es fácil para Alexey, tan solo escuchalo ‒

Anái miró a ambos chicos, el pelirrojo parecía en verdad preocupado y su chico rubio estaba a punto de romper en llanto. La situación se volvió más confusa cuando el timbre del apartamento de Lexy sonó. Nick se levantó para dejar entrar a quien estaba a punto de unirse a la reunión. En ese breve instante solos, Lexy levantó un poco su mirada para encontrarse con la del castaño.

‒ Alexey ... por favor dime lo que está sucediendo entre tu y Kenickie ‒

Alexey estaba apunto de abrir la boca cuando fue interrumpido por una femenina voz chillona.

‒ OK ¿Me pueden decir qué está pasando aquí? ‒ dijo Ellie aún más confundida que Anái.


...


Horas antes.

Anái se encontraba a un par de calles de Margotte's. Había querido regresar a ese lugar desde su cita con Lexy, pero no había tenido oportunidad de pedirle que fuera con él nuevamente a aquella cafetería que tanto encantaba al menor, pero ahora que Lexy prácticamente había escapado a dios sabe dónde sin contactarlo en días, el castaño veía esa posibilidad que hace varias semanas se sentía tan palpable, casi imposible.

El castaño prefería su café amargo, pero repentinamente apeteció un latte de vainilla ocasionado por la nostalgia, así es que en una especie de rabieta salió de su apartamento para conseguir aquella bebida que con su sedosa textura y dulce sabor aderezado de un delicioso aroma, esperaba le trajera sensaciones vívidas de los momentos en que Alexey estaba junto a él.

No quería ser egoísta, después de todo Alexey y él no tenían el tipo de relación donde Anái tuviera derecho de preguntarle dónde ha estado o porque razón no le había enviado ni siquiera un mensaje, la situación lo frustraba.

Por estar sumido en sus pensamientos la distancia hasta la cafetería pareció corta y cuando estaba a un par de metros de la entrada, vio salir por la puerta que él se disponía a cruzar, a un pelirrojo nervioso con un par de bebidas y bocadillos envueltos para llevar; Nickie no se percató de Anái quien lo miraba a tan solo un par de pasos.

No debería parecer extraño encontrarse a algún conocido en una cafetería local que después de todo, no quedaba lejos de su residencia, pero Nickie había estado actuando extraño últimamente y el castaño no podía evitar preguntarse si de alguna manera tenía eso relación con la repentina desaparición de Lexy, ya que ambos casos ocurrieron simultáneamente. En cualquier otra situación, Anái hubiera saludado a Kenickie, pero en vez de eso lo miró marcharse en una rápida caminata.

Anái repasó la situación en su mente:

1 Nunca había escuchado que Nickie frecuentara Margotte's.

2 Nick había dicho que estaba ocupado con "cosas" relacionadas con la facultad y de repente estaba ahí comprando cafés y pastelería fina, alejado del campus así como de cualquier otro centro donde trabajaba de practicante.

3 ¿Por qué llevaba tanta prisa?

4 ¿Por que estaba caminando en dirección hacía la casa de Alexey?


...


Por un segundo Anái se sintió como verdadero tonto siguiendo al pelirrojo ¿Acaso, eso no lo convertía en un acosador? aún así continuaba siguiendolo, quería corroborar que era él quien sobre analizaba las cosas y que definitivamente no había ninguna relación entre la desaparición de su pequeño rubio y el comportamiento anormal de Nick.

Quería convencerse sobre que, el hecho de estar ambos merodeando por la zona donde vivía Alexey era pura coincidencia, estaba a punto de rendirse y retirarse por lo absurdo que resultaba el escenario en que se había involucrado, hasta que casi sin poder creerlo, el pelirrojo entró directo y seguro al edificio donde vivía el menor.

Desde apenas una cuadra de distancia, Anái miró perplejo cómo su amigo entró en aquel edificio. Era ya esto demasiado ¿qué más podría estar haciendo Nick en ese lugar con un paquete de Margotte's?

El castaño dudó en seguir a Nick hasta el final, tal vez solo debería llamar a Alexey para preguntarle cómo ha estado (en una plática casual,claro) de esa manera despejará sus dudas y le contaría su razón personal para ausentarse por varios días de una forma precipitada; con cualquier respuesta Anái se quedaría tranquilo, creería cualquier cosa.

Respiró profundo y sacó su móvil.


Beeep un timbre

El corazón le latía violentamente.

Beeep dos timbres

El número que intenta contactar no está disponible.


Mierda. Tengo que entrar. pensó el castaño.


...


Anái estaba frente a la puerta del apartamento de Alexey inmóvil. Tan solo tenía que tocar el timbre y así obtendría respuestas.

Inhaló profundo y tocó.

Pudo escuchar que alguien se había acercado a la entrada pero esta persona vaciló en abrir, Anái pudo sentirse observado a través de la mirilla; después de unos segundos que parecieron eternos, se escuchó el sonido de la puerta abriéndose de manera lenta.

Ahí frente al castaño estaba Alexey, visiblemente demacrado y ojeroso, su fino cabello dorado lucía desordenado mientras enmarcaba su rostro con expresión preocupante.

‒ Anái, entra ‒

El joven de cabello castaño entró al apartamento sin decir palabra alguna, estaba muy contento de volver a ver al rubio, tanto que no recordó todas las preguntas que tenía que hacerle, iba a abalanzarse sobre Lexy con un abrazo, restando importancia a la extraña atmósfera que se había empezado a sentir, hasta que una voz conocida lo trajo de golpe a la realidad; volteó rápidamente para toparse con la mirada melancólica de un pelirrojo.

‒¿Qué es esto? ‒ preguntó Anái obviamente molesto, miró fugazmente el lugar y observó en una mesita las bebidas y bocadillos que Nick había comprado en Margotte's. Sus temores ahora eran reales.

‒Anái... ‒ dijo Lexy con voz temblorosa

‒ Alexey hay que decirle ‒

‒ ¿!Decir qué!? ‒ dijo el castaño exaltado.

‒ Anái cálmate ‒

Alexey había empezado a llorar mientras Anái cuestionaba a Nickie, éste no recordaba alguna vez haber visto tan molesto al castaño, es más, nunca lo había visto molesto en todo el tiempo que llevaba de conocerlo.

‒Vamos a la sala, hay que hablar pero primero voy a llamar a Ellie para que también escuché esto ‒ dijo el pelirrojo.

...

Lo que somos tu y yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora