Joaquin
El sonido de una guitarra acústica se escurre a través de mis oídos y no puedo evitar cerrar los ojos para disfrutar de la música que sale por mis auriculares, una mezcla bastante agradable de acordes que le dan paso a la voz que describe con perfección lo que siento en este momento, no puedo evitar pensar en Emilio
En la manera en la que el viento alboroto su cabello hoy al salir de clase y el sol le pego directo en la piel dándole un tono dorado al bronceado que siempre lleva consigo, en la contracción de sus músculos al estirarse después de estar tanto tiempo sentado y en la tierna arruga que se formó en su entrecejo al bostezar, para después surcar una tímida sonrisa hacia mí como despedida y humedecerse los labios con la lengua como si quisiera decir más pero no se sintiera listo para hacerlo
Lo veo desvanecerse en mi mente, como lo vi desaparecer hace unas horas en los jardines de la escuela, rodeado de sus amigos, recordando lo bien que se sentía caminar a su lado, tomando su mano haciéndome sentir seguro, para después rozar sus rojizos labios en un beso de despedida que no era más que un "hasta luego" y que terminaba por transformarse en la promesa de que al final del día nos reencontraríamos y perderíamos el uno en el otro, en su casa o en la mía, en cualquier espacio que solo compartiéramos juntos, lleno de cariño y promesas
Pienso de nuevo en la manera en la que comenzó todo, en lo egoísta que fui desde el primer momento y en lo mucho que él aportó para que las cosas funcionaran desde entonces, era obvio que la balanza se inclinara en mi contra cuando él realizara este mismo análisis, después de tantas peleas tontas y decepciones, no me sorprende que las cosas terminaran de esta manera...
-Debes parar con esto- Nikolas irrumpe en mi habitación como un huracán llevándose todo a su paso, desde la ropa tirada descuidadamente por todo el lugar, hasta las botellas de bebidas energéticas que han logrado mantenerme en pie estos últimos días, me mira irritado, como si quisiera golpearme, lo observo desde mi lugar en la cama, con la cabeza colgada permitiendo a la sangre fluir, me mareo un poco cuando me acomodo rápido al verlo acercarse y retiro los auriculares
-¿Qué?-
-Qué debes parar con esto Joaquin, es...- da un vistazo rápido a mi alrededor, hacia la caja vacía de donas que he comprado de camino a casa, por sobre los libretos que tengo regados en la cama con olor a tinta de lo mucho que han sido subrayados como parte del ejercicio para memorizarlos y sobre la sudadera que llevo puesta y que uso todos los días al llegar a casa, junto con otro par que intercalo para mantenerlas limpias, demasiado grandes para ser de mi talla, pero que a Emilio siempre le quedaron bien -Es tan...-
-¿Patético?, ¿Penoso?, ¿Lastimero?- Niko me observa bajo el color verde de sus ojos, con los labios torcidos y un gesto de profunda preocupación
Se toma su tiempo para dejar de lucir tenso, ahora ha endulzado su semblante y me mira mas allá de la pena profunda que te produce ver a las personas que quieres sufrir
-Joaquin, ha pasado un mes- lo dice suave y bajo, como si de alguna manera quisiera evitar un daño en sus palabras, no funciona- Mañana es el estreno de tu obra, deberías estar ansioso y feliz, te has esforzado tanto para esto, mereces sentirte orgulloso de tu propio esfuerzo- llega a mi lado en la cama, toma asiento junto a mi y llevo mis rodillas hacia el pecho en respuesta a su pronta interrupción y a sus acusaciones, si he evitado esta charla y a mis amigos por tanto tiempo es por que no me siento listo para tomarla
-No sé a lo que te refieres- me mira con una ceja alzada, su poca paciencia se esfuma de pronto, este nunca ha sido su fuerte y siento que tiene ganas de estamparme una almohada en la cabeza
- Hace casi un mes desde que terminaron las cosas con Emilio y has estado evitando cualquier contacto de tipo humano y amistoso después de eso, no puedes esconderte para siempre detrás de ese guion, ni del ridículo tiempo extra que le dedicas a los ensayos de una obra que seguro ya te sabes de memoria-
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Viernes
FanfictionEmilio y Joaquin han comenzado un pequeño hábito que se repite todas las semanas. Cuando se cumple un mes de ese arreglo Emilio decide que es momento de cambiar la jugada pero Joaquin piensa que están perfectamente de esa manera, sin emociones ni s...