Viernes

21.

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Emilio

La cosa es, mis amigos pueden ser unos tarados pero son mi familia

Al crecer siendo hijo único pasaba mucho tiempo solo en casa, lo que me llevo a sentirme poco comprendido la mayor parte de mi infancia, realmente no era que no tuviera amigos, los tenía (el tarado ex novio de Joaquin incluido), sin embargo nunca pude sentir una conexión con ninguno de ellos hasta que conocí a Diego

El "desastroso hijo mayor de los Valdés" como mi madre lo llamaba y al que parecía no gustarle el hecho de tener que bañarse todos los días y hacer los deberes de la escuela, pero no era que fuera malo (aun que mi padre lo insinuara), él simplemente hacia lo que quería y se divertía con lo que encontrara, aún que eso significara estar sucio la mayor parte del tiempo o que su madre tuviera que comprarle nuevos pares de zapatos frecuentemente por que arruinaba los suyos tanto que al final parecían irreconocibles

Sin embargo, cuando comenzamos la adolescencia todo cambió y realmente yo no sabía si era que posiblemente Diego hubiese madurado o simplemente asumió que estar manchado de lodo no es atractivo para las chicas, al menos que sea por haberte resbalado en el campo en una cancha de fútbol, razón por la cual ahora se la pasa metido en equipos y partidos cada que puede, aun que yo lo considero, ademas de la música, una manera de descargar su energía, por que él tiene mucha y es la que lo lleva a estar siempre sonriente y animado

Por mucho tiempo fue mi único mejor amigo y casi hermano, él que me animo a ir por aquella cita que tanto deseaba con un chico lindo que estudio segundo año de secundaria con nosotros, cuando yo todavía me sentía inseguro de admitir que me gustaban tanto los chicos como las chicas

Él era también, el que se quedaba a pasar la noche conmigo cuando mi padres se gritaban tanto y tan seguido que realmente pensé que llegarían a separarse

Fuimos Diego y yo contra el mundo hasta el día que conocimos a Emmanuel y Andrés, en una tonta fiesta a la que nos colamos y en donde nos topamos, recién entrando, a dos mejores amigos que al igual que nosotros pasaban por los problemas normales de la adolescencia y que compartían el mismo sueño de querer ser músicos algún día; ninguno de ellos cree en el destino y ese tipo de cosas pero sinceramente no puedo otorgarle a nada más el hecho de habernos encontrado, por que desde entonces, hemos sido prácticamente inseparables

Diego me abraza por el hombro y habla acerca de lo emocionado que está por la presentación del viernes, hoy invitará a todo el equipo de soccer y también a las porristas por qué hay una que le llama la atención (aun que en realidad son como tres), terminamos las clases y está listo para su entrenamiento mientras Andrés y Emmanuel se dirigen a su taller cultural

Se despide entusiasmado después de parlotear al rededor de 10 minutos y yo me encamino hacia el lugar en el que quede de encontrarme con Joaquin, todavía tengo una hora antes de ir al trabajo y él también tiene algo de tiempo

No lo he visto desde el fin de semana de ensueño que termino con broche de oro esa noche después de que él regresara de la obra, con un pequeño convivo improvisado con mis amigos y los suyos, con mucha cerveza y un karaoke improvisado

Nada ha podido quitarme el buen humor después de esos días, sobretodo al tener en mente de que si firmamos un contrato discográfico con la casa productora de Tom no solo estaremos cumpliendo nuestro sueño, sino que también estaría a un paso más cerca de lograr estabilizarme para comenzar a planear la mudanza con Joaco