✽ Capítulo 03✽

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Mira con detenimiento a aquél chico que comía como si nunca lo hubiera hecho en su vida, la armadura que había cargado y con la cual había derrotado al monstruo, había desaparecido por arte de magia, la había buscado disimuladamente con la mirada pero no la encontraba en ninguna parte.

-¿Me dirás... quién eres?- dice tímidamente JiMin mirando al chico que había parado de comer.
Le había traído comida al templo a petición del chico.

-Habían enviado a un Cíclope en tu búsqueda y sólo te importa quién soy- dijo irónico el chico mirándolo con una ceja alzada.

-¿Qué es un Cíclope?- pregunta curioso e ignora el regaño del chico.

-Son ogros gigantes de un ojo, comen seres mortales como tú- responde mientras bebe un poco de agua en un vaso.

JiMin asiente con lentitud, tenía sentido.

-¿Quién eres tú?¿Cómo... es posible que un ogro exista?- cuestiona nuevamente mirándolo y el peli-rojo suspira agotado de sus preguntas.

-Soy Lee Dong Yeol, mejor conocido como Xiao- se presenta con una sonrisa de oreja a oreja.

-¿Xiao? Ese no es...

-Sí... ese mismo, Dios imperdonable- dice el chico de malas.

JiMin no lo podía creer ¿Un Dios?¿Al frente suyo? Niega repetidas veces, era todo una locura, él no creía en ello.

-¿Por qué... ese ogro me buscaba?- cuestiona jugando con el cierre de su chaqueta.

-No lo sé, debemos preguntarle a la madre naturaleza del por qué envío a uno de sus hijos aquí- lo mira y le sonríe.

-¿Debemos?

-Sí... estás en peligro chico, soy uno de los encargados de protegerte junto con Changbin... pero ese chico es más torpe e insoportable que yo- se queja frunciendo el ceño al recordar todas las estupideces de su hermano.

-¿No es la pareja de Felix?- pregunta. Si mal no recordaba, sus padres le habían dicho que el Dios Changbin era la desgracia de la humanidad quien se encargaba del sufrimiento de los humanos y junto con él estaba el Dios de la reflexión, Felix.

-Sí... mis hermanos, aún así Changbin es insoportable- se queja suspirando- bien debo volver a mi trabajo... te estaré observando algodón rosa.

El chico en un abrir de ojos desaparece dejando a JiMin en shock, lo llama repetidas veces pero la entrada de sus padres al templo lo detienen.

-¿Ya terminaste hijo?- pregunta su padre observándolo algo nervioso cosa que halló raro el peli-rosa.

JiMin les había contado todo a sus padres, la actitud de estos había sorprendido al joven, sus padres se miraban mutuamente nerviosos y le habían dicho que no era nada, que era "normal" y no debía preocuparse, pero que se asegurara de cuidarse y llamarlos si algo así volvía a suceder.

En el transcurso del fin de semana los Sres. Park no dejaban que su hijo pisara el templo en ningún momento, no siquiera para rezar con ellos en cada mañana, JiMin estaba cada vez más inquietante, ya no sentía esa sensación de que lo observaban pero el cambio drástico de sus padres y la repentina visita que le había hecho aquél "Dios" (porque aún dudaba si en verdad era la realidad y esos seres que sus padres tanto le hablaban eran verdaderos) lo ponía aún más nervioso, inquieto y curioso.

Al comienzo de la semana volvió a su hogar sin problemas, decidió no comentarle nada a su chica, sabía que no le creería y lo tomaría por loco, Aisha, su novia, lo esperaba en la mañana con un delicioso desayuno, comieron juntos sin intercambiar muchas palabras y JiMin lleva a Aisha a su Universidad, como todas las mañanas y luego va a la suya.

-¡He!

-Jiminie ¿Por qué esa cara de espanto?- pregunta Jinwoo mirando a su amigo.

JiMin los mira y niega diciendo que no era nada y que no había dormido bien, el día había transcurrido normal hasta salir de la Universidad. Se despide de sus amigos y entra a su vehículo, se abrocha el cinturón y antes de encender el auto observa a través de su espejo que algo se movía en los asientos traseros.

Se gira lentamente y ve a una preciosa chica casi desnuda que le dedicaba una sonrisa inocente.

-¿Quién...?- las manos de la chica en su garganta interrumpieron su pregunta. Se subió encima de JiMin mientras éste forcejeaba, aunque fuera mujer tenía una fuerza de 100 hombres.

JiMin sentía como se debilitaba y el apretón de su garganta se intensificaba, cierra sus ojos con fuerza hasta que nota como el agarre en su cuello se aflojaba. Abre sus ojos con lentitud y asustado mira a la chica, tenía una gran cuchilla clavada de oreja a oreja, el chico peli-rojo aparece en el asiento del co-piloto y hace que la chica se acueste en los asientos de atrás.
JiMin lo mira asustado y en shock.

-¿Qué?- pregunta el chico alzando una ceja hacia el peli-rosa.

-¿Por qué...?- sin completar la oración por el tener su garganta seca y adolorida, toma un poco de agua de su botella y mira al chico en busca de explicaciones.

-Nuevamente una de las hijas de la Diosa madre vino por ti ¿qué es lo que tienes con los monstruos chico?

-No parecía un monstruo- se excusa, él tampoco sabía que tenía con esos seres.

-Era una Ninfa, son mujeres del bosque, vengan a los criminales pero... no sé por qué han venido por ti... pareces un gatito en vez de un tigre- explica el chico mirándolo pensativo.

JiMin no responde y en cambio toca su cuello adolorido.

-Hay que hacer revisar eso... vamos, te llevaré con Soobin- le dijo Xiao sonriendo mientras hace aparece un volante delante suyo y empieza a manejar. Rápidamente JiMin abrocha su cinturón.

-¿Soobin?- pregunta JiMin.

-El hijo de Yugyeom y Joy... el Dios de la medicina es el único que puede curar heridas de Dioses- responde el chico como si fuera lo más lógico- ¿Y te haces llamar Politeísta?

-No creo en los Dioses- responde JiMin viendo el camino.

Xiao no responde y con seriedad sigue manejando hasta un túnel donde al pasarlo un mundo completamente distinto al de la realidad aparece.

 ✽Dioses: Los Titanes y el gobierno de los cosmos✽Yoonmin✽Terminada✽  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora