✽Capítulo 16✽

82 19 0
                                    

Habían pasado varias semanas y JiMin había descubierto algo sorprendente. Pensaba en ello todas las noches hasta quedar dormido, ya no sabía como actuar al frente de su mayor y tampoco sabía el hecho de como decirle lo que sentía por él porque sí, a el peli-rosa le gustaba su Señor.
Necesitaba consejos y qué mejor que ahora su fiel amigo Yeonjun. Camina por el reino en busca del peli-azul y al encontrarlo jugando con las flores en el campo de Momo, se sienta a su lado y le sonríe.

-Necesito hablar contigo- le dice algo nervioso.

-Sí, dime lo que quieras azucarito- le responde Yeonjun con una sonrisa.

-Creo... que me gusta nuestro Señor- murmura bajito con miedo a su reacción pero en cambio, Yeonjun no muestra reacción de sorpresa sino que da una pequeña sonrisa leve.

-Que bueno.

-¿Cómo "que bueno"? Necesito tú ayuda Yeonjun, no sé que hacer ni como actuar al frente suyo- se expresa JiMin angustiado por lo que sentía.

-¿Al frente de quién?- pregunta un voz detrás suyo, los dos se dan vuelta y allí estaba su Señor caminando hacia ellos y sentándose al lado del tembloroso peli-rosa.

-De nadie- responde Yeonjun sonriendo.

Jimin se acerca al oído de este cuando su Señor se distrajo y le susurra "no le cuentes, por favor", Yeonjun asiente y lo abraza en forma de apoyo.

-En la noche hablamos- musita por lo bajo con una sonrisa.

-¿Hablar de qué?- interfiere Yoongi serio y con una ceja alzada, se suponía que Yeonjun estaba de su lado.

-De nada- responde la misma respuesta Yeonjun sonriendo con arrogancia, Yoongi notó esto y frunce el ceño, "Volvamos al reino Yeonjun, tenemos que hablar" le dice el mayor y se levanta bastante serio para luego caminar a su reino.

Yeonjun ríe por lo bajo dejando a un JiMin más confundido de las actitudes de sus Dioses. Al llegar los tres al reino, con caras largas, llegan a la entrada y Yoongi mira a Yeonjun con un semblante serio.

-A mi oficina- ordena.

-Sí Señor- dice el peli-azul en todo de broma para luego irse los dos y desaparecer por el pasillo.

Confundido JiMin los sigue y cuando ya estaban los dos hablando deja su oreja apoyada en la puerta para ver si podía escuchar algo, pero nada, no podía.

"Deja de ser chusma. Él no te ama"

"¿Cómo sabes?" Gruñe enojado mientras intenta escuchar y a la vez escuchar a esa voz tan molesta.

"Lo estoy escuchando, él no te ama"

¿Y si era cierto?¿Y si su Señor no lo amaba? Suspira triste, tal vez debía dejar de intentar, aunque recién estuviese comenzando. Endereza su cuerpo y camina a su habitación, entra en esta y se sienta en el borde de su cama pensativo. ¿Su Señor sería capaz de amarlo? Suspira frustrado, era un hombre, debía dejar de ser dudoso y llorar en su cama por el amor de su Señor, entre tantos pensamientos aparece Yeonjun a tomar cartas en el asunto.

-Bien Jiminie, Hablemos- llega Yeonjun con su característica sonrisa.

-Yeonjun... ¿Qué piensas tú?¿Tengo oportunidad?- le cuestiona mientras su amigo se sienta a su lado y lo abraza.

-Absolutamente sí, no pierdes nada intentando conquistarlo- le responde.

-Pierdo su confianza... tal vez no le gusto.

-No pienses eso, tengo algunas ideas para poner a prueba si nuestro Señor siente algo por ti- le sonríe leve y le acaricia el cabello mientras responde.

Una carta es deslizada por debajo de la puerta, los dos ven la carta con confusión, JiMin se levanta y agarra la carta, tenía un sello, un cetro "igual al que tengo" piensa serio, se sienta nuevamente al lado de Yeonjun y abre la carta.

-¿De quién será?

-No lo sé- responde mientras lee la carta.

<<No hay guerra en el amor...
Tan sólo miedo...>>

Hoy
Cuando ni el corazón
Ni esas torpes pasiones que suelen llamar bajas
Lo esperaban,
Has despertado en mí
El deseo de escribirte algunos versos.

Versos de amor, sin duda,
Porque besos, caricias escogidas,
Quisiera yo envolver con mis palabras,
Hacértelos llegar por vía urgente.

Sin embargo, amor mío,
Inesperado amor de media tarde,
En este frío septiembre
Al que mi vida aboca sin remedio
Comienzan a pesarme los excesos
Y siento haber escrito demasiadas palabras,
Haberme desvelado en demasiados poemas
Sobre todo de amor.

Y no porque el amor sea de esos temas
Que al cabo no merecen los desvelos,
Sino porque el desvelo que procura
Debería ser, al fin, vigilia de la vida,
Nunca simples palabras
Arrancadas al vuelo de una vana ilusión.

Comprenderás, entonces,
Que hoy no pueda cantarte
Con versos semejantes
A los que ayer usé,
Palabras ya cansadas de tanto imaginarte,
De tanto confundirte en noches de pasión.

Hoy quisiera enfrentarme con la página blanca
Como se enfrenta un joven con su primer amor,
Y hacer de este poema un punto de partida,
Un punto sin retorno, un lugar que recoja
Los poemas posibles,
Aquellos que hace tiempo escribí sin mesura
Y todos los que quiero no tener que escribirte,
Olvidando esos versos fugitivos del tiempo
-Napies al aire hoy, ayer vanos castillos-,
En donde siempre, siempre, con cruel insistencia,
El eslabón más débil
Ha resultado ser el corazón.

(Juana de ibarbourou)

-Nunca pensé que podría ser tan profundo- murmura Yeonjun al finalizar su lectura.

-¿Quién?- pregunta JiMin viendo a Yeonjun confundido, pues la carta no tenía autor escrito, sólo el poema.

-Pues... quien lo haya escrito ¡digo! Es muy profundo...- murmura lo último con una extraña facción indefinida.

-Pues... sí, muy profundo ¿Quién lo habrá enviado?

-Pues... tal ves nuestro Señor- sugiere mordiendo su labio inferior.

-No... no creo, ¿tan repentinamente enviando poemas? Lo dudo.

-¿Entonces quién crees que fue?

En eso JiMin no responde y sólo vuelve a releer el poema sonriendo leve, le había gustado mucho, tan profundo, único y especial, perfecto para la situación que pasaba con su hyung. ¿Y si...? No, no podía haber sido él, su Señor ni siquiera sabía lo que sentía hacia su persona, debía sólo ignorar al autor y admirar el hermoso poema.

 ✽Dioses: Los Titanes y el gobierno de los cosmos✽Yoonmin✽Terminada✽  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora