✽Capítulo 26✽

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Le acariciaba el cuerpo lentamente, JiMin lo observaba con deseo, con amor.

-Mi Señor...- murmura acercándose a sus labios mientras el pálido le acariciaba su cintura por debajo de su camiseta, se sentía tan cálido, tan real.

Se encontraban en un cuarto oscuro, encima de una cama de dos cuerpos, JiMin al fin pudo reconocer a aquel rostro, era su Señor, su Hyung, Yoongi.

-Shh Jiminie... disfruta- le susurra en el oído el mayor mientras acaricia el pecho de Jimin bajando a su cintura nuevamente evitando su vientre, era algo delicado, prohibido, no podía siquiera rozar esa zona.

Empezaron con pequeños besos tiernos, pero querían más.
Los besos comenzaron a ser más duraderos e intensos, transmitiendo las ganas que se venían teniendo desde hace mucho, esto rompía todas las normas que debían llevar los Dioses para luego poder tomar a su pareja, pero estabamos hablando del Dios del Inframundo, él era alguien sin reglas.

Siguieron con toqueteos y besos intensos hasta que al fin el mayor baja sus besos al cuello del menor, allí comienza a dejarle besos húmedos, mordidas pero sin dejar algún rastro de marca, se suponía era un sueño;un sueño húmedo de Jimin.

- Más~- pide avergonzado el rubio sintiendo la necesidad de más.

Sin oponerse, el peli-negro comienza a despejar sus cuerpos de la ropa, poco a poco fueron quedando desnudos hasta que al fin chocaban piel con piel, JiMin observaba con disimulo el buen cuerpo que tenía su Señor, en cambio, a Yoongi no le importaba verse desesperado mientras admiraba el adorable y hermoso cuerpo de su chico.

Sin esperar consentimiento reparte besos por todo su cuerpo murmurando con cada beso un "eres perfecto", evitando el vientre, Yoongi llega a su parte baja, la evita y empieza a dejarle besos y mordidas en el interior de uno de sus muslos.

-M-Mi Señor... n-necesito más- pide nuevamente el rubio impaciente.

-Yoongi... a partir de ahora me llamas Yoongi- le ordena, los dos sabían el compromiso que conllevaba eso.

Pues a los Dioses siempre se le debe llamar con respeto, el que un Dios te dé la confianza de que lo llames por su nombre era algo sagrado, pues así sólo podían llamarlos o sus padres, sus superiores o sus amantes, pero no simples amantes, parejas que serán de por vida suyas.

-S-si... Yoongi- responde el rubio tragando saliva mientras lo miraba impaciente.

-Jiminie... seguiremos esto luego pero... debes despertar- le dice el pálido acercándose a sus labios y besarlos.

-P-pero... quiero... seguir... entregarme- le protesta correspondiendo sus besos.

-¡JiMin despierta!-se escucha una voz lejana y JiMin abre sus ojos con sorpresa.

-Te juro Yeonjun, todo fue tan real- le dice Jimin aún sorprendido por su sueño, había despertado completamente intacto, sin marcas, sin labios hinchados, sólo una dolorosa erección.

-No lo sé JiMin, tal vez estás exagerando- opina el morocho mientras fruncia el ceño, podía tomar a JiMin como tonto, pero a él no, él conocía bien a su Señor y sabía bien de qué eran capaces sus poderes.

-No creo Yeonjun... siento que... son tan reales- insiste mientras comía el desayuno en su cuarto, pues el menor lo había despertado con el desayuno en la cama.

-Le preguntaré a nuestro Señor, pero por mientras no saquemos conclusiones.

Los dos dejan el tema de lado y conversan sobre otro tema trivial.
Luego de que Yeonjun dejase solo al rubio, éste aprovecha para darse una buena y caliente ducha, se alista para su día y limpio baja al primer piso donde se encontraba Yeonjun y Yoongi recibiendo a los recién llegados; Momo y Taehyung.

Todos lo quedan observando finalizando la conversación bruscamente. Cuando JiMin mira a Yoongi los dos quedan unos segundos admirandose, los dos sabían lo que había sucedido, aunque el pálido debía hacerse el desentendido.
Jimin desvía la vista avergonzado y con un leve sonrojo.

-Jiminie~ que alegría verte- saluda Taehyung con verdadera alegría abrazando al rubio.

-Es un gusto volver a verlo mi Señor- le contesta cortés.

-Oh vamos deja de ser tan formal, llámame Taehyung, de todas formas ya no soy un Dios superior- le pide el castaño para luego entregarle un ramo de rosas- para ti.

-Graci...

- Él debe ser formal contigo, JiMin sólo puede puede nombrar a su amado por su nombre- demanda Yoongi interrumpiendo al rubio.

-Mi Señor disculpe la ignorancia de mi padre él...

-No... Hija no te disculpes- pide el castaño y sonríe amable a su Señor- lo lamento mi Señor... no sabía que JiMin y usted eran... pareja.

-No lo somos- contesta rápidamente JiMin cosa que enojó un poco al mayor.

-Bien... nos iremos a nuestros cuartos- dijo Taehyung sonriendo travieso y llevándose a su hija consigo.

-Bueno... me llevo a JiMin- habla Yeonjun luego de un largo e incómodo silencio.

Agarra la mano de JiMin con algo de incomodidad al sentir una mirada asesina en su nuca, se lleva al rubio fuera del reino para dar una tranquila camina de sabidurías y conocimientos.

-¿Pudiste saber algo?- pregunta JiMin cambiando el tema de las hermosas alfombras del reino que a Yeonjun le encantaban.

-Pues no... pero por lo que sucedió hace un rato demuestra todo- le contesta- ¿Viste como te observó? Los dos tenían una mirada cómplice, parecía que hubieran cometido un crimen, hasta el Dios Taehyung pudo notarlo.

-¿Tan así fue?- cuestiona avergonzado por sus actos del pasado.

Yeonjun sólo asiente en respuesta y retoma nuevamente la conversación de las hermosas alfombras y la decoración que él le había hecho al reino con orgullo.

Al regresar al reino Yoongi los esperaba con la cena que él mismo (con algo de ayuda de parte de Taehyung) había preparado.
Todos se habían sentado y disfrutaban la cena halagando al cocinero.
El rubio y el pálido se miraban mutuamente por pequeños minutos, se sonreían cómplices y eso, Taehyung lo notó perfectamente, era alguien muy observador y no tenías que ser Cupido para saber que esos dos ya estaban flechados uno con el otro.

 ✽Dioses: Los Titanes y el gobierno de los cosmos✽Yoonmin✽Terminada✽  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora