ENTONCES, obviamente que Circe no aceptó el descabellado plan de James y Sirius. Está consciente de que hay otra manera de solucionarlo, y en esa lista no estaba hacerse novia de Regulus Black solo por unos minutos.
—Mira, este es Oliver.
La sala común de Ravenclaw es el mejor lugar para pasar el viernes por la noche, claro está. Anthony Wood les extiende esa noche una foto de su sobrino, que parece ser la cosa más importante en este momento para él.
—Ese niño es demasiado lindo para ser verdad —Circe opina, tomando la foto entre sus manos.
—¿Puedes obligarle a que me llame tía Anna? Suena bien. Sería algo así como la tía borracha, y piénsalo, sería el consentido porque no tengo hermanos —dice la pelirroja Goldstein sonriendo.
Anthony se ríe.
—También serás tía de mis hijos y los de Circe —Anthony le dice.
—¿Los niños Black-Golightly o los Crouch-Golightly? —cuestiona Anna, ahogando una risa.
Circe frunce su entrecejo, confundida.
—Entiendo lo de Crouch, y es un mal chiste por cierto, ¿pero por qué Black? Sirius no me gust... Oooh, entendí —ella vuelve a fruncir su ceño al comprender el comentario y los otros dos Ravenclaw estallan en risas—. Oigan eso no es divertido. Ni siquiera me gusta Regulus...
—Ah, ya no es Black, ahora es solo Regulus. Me impresionas, deberías alejarte de Sirius —Anna se ríe, guiñándole el ojo.
A decir verdad, Circe prefería no hacer público que Regulus Black, el monarca de Slytherin, se había ofrecido a ayudarle con Pociones, a como tampoco iba a contarles que ella había aceptado sin pensarlo dos veces. Y si no lo pensó fue porque en realidad necesitaba la ayuda de Regulus. Y aquí está la cosa: sabe que si abre la boca para contarles, ellos harán un escándalo y todo Hogwarts se dará cuenta.
Circe no quiere eso.
—Hablando de él, debe estar enojado porque no aceptaste su plan —habla Anthony.
—Es un plan estúpido. A Black junior no le harán cambiar de opinión aunque lo amarren a una silla. Ahora hay un tema más importante: Circe irá con Crouch a Hogsmade mañana.
Circe en serio prefiere no hablar del tema, así que no hace ningún comentario. Pero al ver las profundas miradas de Wood y Goldstein, dice:
—Sólo somos amigos.
Anna responde:
—Sí, y Sirius y yo también lo somos.
—¿Eso fue sarcasmo? —inquiere Anthony con una sonrisa—. ¡Andabas con Sirius en secreto!
La pelirroja frunce su entrecejo.
—Ni siquiera es algo serio.
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