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–¿México...?

Su nombre dicho por el más bajo se escuchaba más bonito, pensaba el mexicano.

Cómo casi nunca pasa, saludó algo tímido con la mano.

Toda la tristeza y las dudas del peruano se fueron, solo se concentró en el antes mencionado.

¿Deberían hablar ahora? No sé preparó nada, se regañaba a si mismo por no hacerlo mientras estaban en camino sin hacer absolutamente nada.

Callao estuvo a punto de decir algo para matar la tensión, pero le ganó Bolivia.

–Eh... ¿Alguien quiere jugar a joder a Lima?

Los departamentos que estaban ahí dieron una sonrisa malvada al limeño, que quiso quejarse al principio, pero se dió cuenta que eso era una excusa para dejar a su padre y a México solos.

Solo hizo una nueva de molestia, más no se negó a nada.
Ya le preguntaría al boliviano que pasaba, o a su padre, daba igual.
Pero no iba a fallar como vieja chismosa.

–¡Vamos al cuarto de invitados!

Todos miraron a Tacna y la siguieron, excepto Perú y México.
Ellos quedaron solos en la sala, sin saber cómo iniciar una conversación.

El más bajo tomo la valentía que antes no tuvo y empezó a hablar.

–Pensé que ya te habías ido a tu país. —Evitaba mirarlo a los ojos, no quería estar mucho más nervioso.—

–¿Y quedarme con las ganas de verte? No mijo, aún no. Y aún tengo algunas dudas.

–Ugh, ¿No te bastó lo que hice para ya darte cuenta? —Sabía que él a veces podía ser algo idiota, pero tampoco creyó que tanto.—

–No, no entendí ni verga, ¿Podrías volverlo a hacer? A ver si ahora lo puedo entender mejor.

–No eres idiota, bien vivo te crees ¿No? —Su expresión divertida y algo molesta ocultaba su nerviosismo, quería morir.—

–Fuiste muy rápido, chiquito. Soy bien menso, así que ve lento al menos.

Entendía perfectamente lo que el mexicano quería que hiciera.
La verdad es que también tenía ganas de volver a besarlo.

¿Por qué habría que negarse más?

México creyó que Perú no haría nada, no se hubiese decepcionado ni nada por el estilo, así tal y como es el otro lo amaba.

Pero no esperó volver a sentir los labios del otro juntarse con los suyos.

Aquellos labios tan suaves, que daban ganas de morder.

Se quedó embobado, tanto que tardó en corresponder un poco.
Y si, esta vez no fue solo un beso corto, no, duró más, pero era uno suave y muy tierno.

Ambos cerraron los ojos mientras disfrutaban aquello, sintiéndose en un sueño.
Las estúpidas dudas, las inseguridades y la tristeza se esfumó en aquel momento.

Sin decir ninguna palabra en esos momentos, dijeron lo mucho que se querían.
Y lo mucho que deseaban estar juntos.

🍒

















Re tierno, ah.

Estoy que escribo algo en el libro de Bolivia, pero estoy muy sensible que quiero llorar hasta por las huevas ):

Hasta cuándo estaba viendo AFHS, lloré porque Charito se separó de Raúl csm.

aAAAAAH.

Bueno, pero igual quiero sufrir, así que alv.





🇲🇽||Rumi sunqu||🇵🇪||CountryHumans||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora