Cap. 5|| La Llamada

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Había pasado una semana ya desde que entramos. Me llevaba muchísimo mejor con todos y de hecho éramos una gran familia.

Esta semana me toco cantar con Joan, es súper majo pero me parece que solo se abre con Miki y Alba, aunque no le culpo, yo solo me abro con cierta gente.

Ahora estoy en un box sola, es extraño estarlo porque solemos estar aunque sea dos personas juntas, pero lo necesitaba. Todo está siendo caótico desde el inicio y necesito ir asimilando todo poco a poco.

Miro hacia la sala de ensayos desde el box y veo a Marta llorando. Salgo junto con los demás que la han visto y nos acercamos a ella. Marta nos cuenta que hoy son las llamadas a casa y que por eso esta así, acababa de salir.

Instantáneamente pienso en mi familia, ¿estarán todos bien?

Noe parece entenderme porque me llama para que vaya a la sala. Corro hacia allí y cuando llego me siento en el blanquito que hay.

- ¿Hola?

- ¡Hola, Julia, cariño! - es mi tío Sergio, comienzo a llorar nada más escucharle. - ¿Qué tal todo por allí?

- Aquí todo bien, ¿y por ahí? ¿Qué tal esta mamá?

- Julia... Tu madre se ha tenido que someter a una operación... Estaba un poco mal cuando tú te fuiste a Barcelona para los castings, pero ya sabes como es ella, no quería preocuparte. - lloro aún más de lo que ya lo estaba haciendo, y por lo visto se me escucha. - Ey, pero esta bien, ¿vale? Ayer me dijo el médico que mañana le darán el alta.

- Vale...

Me seco las lágrimas aunque es algo inútil porque salen muchísimas más.

- Tengo que colgar ya, Juls. Pero tranquila, ¿vale? Todo está bien, sigue petandolo como tu sabes. Te queremos muchísimo, Julia y estamos súper orgullosos de ti.

- ¡Y yo a vosotros! - es lo poco que consigo decir, o al menos lo que me permite el nudo en la garganta.

Cuando ya se que han colgado no salgo de allí, me quedo llorando y no es hasta que entran Sabela, Nat y Alba que me doy cuenta de que llevo ahí un rato.

Las tres me acompañan a la terraza y cuando las pido por décima vez que me dejen sola, lo hacen. Antes de que se vayan las doy las gracias y consigo darlas una pequeña y mínima sonrisa. Ellas se van dándome la misma.

Coloco una silla frente a la barandilla y me siento. ¿Soy mala hija? Es una pregunta muy compleja. Siempre he estado ahí para mi madre, pero ahora estaba muy mal, y ni siquiera lo sabía.

Ahora que analizo las llamadas y mensajes de mi madre en los castings si que es verdad que se la notaba rara. ¿Tan ciega estaba para no darme cuenta?

Vuelvo a llorar, y esta vez con mucha más intensidad que antes. Me siento súper culpable por no estar con ella ahora mismo. Soy su hija, debería estar cuidandola.

El sonido de la puerta hace que me sobresalte un poco pero ni siquiera miro quién ha entrado.

Oigo una silla arrastrarse hasta ponerse a mi lado, y seguido de eso, una mano agarra la mía con fuerza. Miro hacia esa persona. Carlos.

- Me lo ha contado Nat. Y en esta semana he podido conocerte un poco. No eres mala hija, es normal que a primera vista no notases nada. No es tu culpa, ni la de nadie. Las cosas pasan porque si.

- Pero Carlos, yo tendría que estar con ella. Ni siquiera se que hago aquí.

Las lágrimas vuelven a formarse en mis ojos y Carlos parece notarlo porque me rodea como puede desde su sitio y me besa la frente repetidamente.

- Tú estás aquí porque eres una artista de pies a cabeza, tu madre va a estar bien y cuando ganes y puedas salir lo comprobarás con tus propios ojitos.

- ¿Ganar yo? Anda exagerao...

- Puede que no, pero eres mi ganadora.

Carlos me guiña el ojo y se va con una sonrisa dibujada en el rostro, la misma que tengo yo supongo.

- Este chico es tan guay.

Lo susurro y suelto una risita. Si no fuese porque tengo novio diría que me está empezando a gustar Carlos, pero eso no es posible, ¿no?

💜

Demasiado Tarde // Julright 🌸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora