Pulmonaria

486 102 17
                                    

"Eres como bálsamo para mí alma."

Habían pasado varios días desde el cornejo. A veces se detenía a pensar en su significado sobre admiración por habilidades sociales. Ella no se consideraba muy ducha en ese aspecto, era lo suficientemente sociable como para poder sobrevivir en el mundo. Aun así, le alegraba saber que alguien la admiraba por algo tan poco reconocido como eso; aunque, por supuesto, era imposible aspirar a tener niveles de sociabilidad como Mirio.

Para hacer honor a esos rasgos que habían llamado su atención, procuraba seguir siendo igual de alegre y entablar conversación con sus amigos; después de todo, seguro que el misterioso remitente estaba entre su círculo de conocidos.

A la hora del almuerzo, como siempre, el comedor de U.A. estaba repleto, pero con suficientes mesas como para albergar a sus numerosos estudiantes. Comía con Hoshimine, quien le pedía consejos para obsequiarle algo a su novia por su cumpleaños. Ambos estaban entre regalarle un set de maquillaje o un juego de bisutería en plata y a precio asequible; sin embargo, (T/N) no pudo evitar reparar en que, unas mesas más allá, estaba Midoriya con sus amigos.

Hablaban con la usual algarabía adolescente, hasta que el joven aspirante a héroe prorrumpió en llanto cuando Todoroki le dijo algo. Era cierto que, desde hacía varios días, el aire entre los Tres Grandes y algunos de sus kohais de primero estaba enrarecido. Sabía que cualquier asunto acerca de Overhaul sería turbio, pero ni siquiera podía imaginar qué se estaba cocinando como para que todos estuvieran a poco de tener un colapso nervioso.

—Hoshi, ¿podemos hablar más tarde?

—¿Eh? Claro, pero... Oh. —La vio ponerse en pie con la vista fija en Midoriya—. Claro, no soy tu prioridad porque no estoy soltero, ¿verdad?

—Hoshi, no seas ridículo. —Le sonrió y él le devolvió el gesto.

Siguió a Midoriya cuando dejó el comedor. Trotó hasta alcanzarlo.

—Midoriya, espera.

—¿Senpai? —se detuvo, frotándose los ojos para borrar el rastro del llanto.

—¿Estás bien?

Midoriya parpadeó varias veces, enrojeciendo y cubriéndose el rostro con las manos, reculando varios pasos.

—¡¿Me viste?! ¡Voy a morir de vergüenza!

—No, no te preocupes por eso. —Le tendió un pañuelo.

—Gracias, pero no lo...

—Es por si lo necesitas luego. —Le sonrió, disfrutando ver cómo se azoraba aún más. Era demasiado adorable—. No sé en qué estás metido junto a Mirio, pero quiero decirte que no está mal dejar que tus sentimientos te ganen cuando estás en algún caso.

—Pero...

—Es que el corazón de los héroes, su carisma, yace en su humanidad... O eso quiero creer. —Se frotó la barbilla—. O quizás esté hablando de más sin saber nada.

—No, no...

—¿Bueno sí? —bromeó, notando cómo a Midoriya le costaba un poco captar la referencia.

Midoriya dejó escapar una suave carcajada, y (T/N) admiró el gesto. Tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no sonrojarse.

—En serio, no. Me hace feliz escuchar tus palabras. Creo que las voy a necesitar después. Gracias, senpai.

Y volvió a sonreírle, y en esa ocasión no pudo evitar sonrojarse. Ambos se despidieron, y (T/N) se sintió flotar un poco por los cálidos sentimientos que hablar con él le había provocado, porque Midoriya era tan dulce...

Cuando regresó al aula, se sorprendió al encontrarse con un pequeño amasijo de flores moradas. Su corazón se llenó de gozo y se apresuró a buscar el significado, a la par que se preguntaba cómo su remitente secreto, en caso de que fuera Midoriya, había sido capaz de estar en dos sitios al mismo tiempo; a menos que hubiera usado a un mensajero.

Eran pulmonarias, y su corazón se detuvo un poco al ver su significado. No se molestó en ocultar su violento sonrojo ni siquiera cuando los Tres Grandes entraron al aula.

"Eres mi vida."

En la mesa también había un nuevo mensaje.

"No sé si es muy apresurado, pero me gustaría intentar que lo seas. Quizás, poco a poco, pueda reunir el valor para decírtelo apropiadamente."

Otro tono de rojo, y Nejire corrió hacia ella, tomando un cuaderno para abanicarla.

—¡Wow! ¡A (T/N)-chan le va a dar una embolia! —exclamó Mirio, uniéndose a Nejire.

Tamaki también se apresuró a darle un poco de agua, que ella bebió a sorbos.

—Gracias, chicos. —Les sonrió, más calmada.

—¿Eh? ¿Qué te escribió? ¿Qué te escribió? —Hado la zarandeó del brazo, emocionada.

—¿Algo sucio? ¿Algo tierno? Pienso más en lo último porque tu admirador parece ser un santo —dijo Mirio, transparentándose cuando ella intentó asestarle un golpe, y, de pura suerte, no perdió la ropa en el proceso.

A pesar de las insistencias de ambos, cubrió el mensaje con su antebrazo.

—No les voy a decir~

—¡¿Eh?! —se quejaron ambos, alegando que quizás no debieron abanicarla.

Los tres estaban riendo, entre bromas y carcajadas dejaron deslizar el asunto. Tamaki vio las flores y, cuando ella retiró el brazo en un descuido, leyó el mensaje. Esbozó una leve sonrisa de alegría por su amiga.

Continuará~

¡Muchas gracias por leer!

N/A: No sé, me siento culpable cada vez que escribo sobre Mirio usando su kosei... Todavía recuerdo cuando lloré por la escena de Midoriya llorando mientras comía katsudon, fue uno de esos momentos en los que reafirmé mi amor por él jajaja

Pronto vamos a llegar a uno de mis capítulos favoritos; hasta eso espero que estén muy bien ^^

¡Plus Ultra! >.<

Flores para días hermosos || BnHA x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora