Con el transcurso de los meses, a pesar de no sentir la aprensión en su pecho como cada vez que la veía al principio del año escolar, aún seguía reticente a acortar la distancia. Ella podía abrazarlo, y no le molestaba, pero se preguntaba si sería correcto si él lo hacía, y esa duda lo paralizaba lo suficiente como para perder su oportunidad.
A pesar de que Mirio y Nejire apoyaban su relación tan violentamente que lo apabullaban, había decidido lidiar con eso solo, puesto que los implicaba solo a los dos y nadie debía enterarse del resto. Los consejos en internet no eran muy confiables, pero le daban posibilidades de cosas que sí podría atreverse a hacer. Aunque aquí el problema era que estaba buscando consejos sobre "cómo acercarte a la chica que te gusta", en vez de "cómo acercarte a tu novia", y es que lo último sería muy raro y temía qué clase de acercamiento le propondría el buscador y, si ni siquiera la había besado, no se sentía capaz de pasar a algo más.
Tenía las mejillas coloradas de solo pensarlo y, en parte, agradecía la paciencia que ella siempre le tenía. Poder hacer las cosas a su ritmo le daba paz a su alma y le sumaba años de vida.
La vio cerca de una de las mesitas decorativas de largas piernas curvas de la sala común. Enroscaba el dedo en el cable del teléfono mientras hablaba, probablemente, con alguno de sus padres. Cambiaba el peso de un pie a otro y reponía en voz baja, pero con tono jocoso.
Tamaki estaba consciente de que ella no era tan perfecta como la había descrito a través de las flores, pero, para él, rozaba los lindes de un paraje inexplorado y que él quería aprender a ver. Quizás, lo que más ansiaba, era que ella le permitiera atisbar un poco la maravillosa persona que él era sin él realmente estar consciente de ello.
Seguía hablando. Tamaki extendió la mano para tocar su hombro, con dedos temblorosos y cuestionándose si eso estaba bien o no. Y fue ahí cuando ocurrió el desastre.
(T/N) colgó el teléfono y escuchó un ligero tuc golpeando la pared junto a ella. Ladeó el rostro en dirección al sonido, tocándose el hombro por la sensación de cosquilleo que había sentido de repente. Se sorprendió al encontrarse con Tamaki, apoyando la cabeza de la pared, un poco pálido, y acariciándose la mano con la otra.
—¿Tamaki? ¿Pasó algo? —Se acercó.
Admitía que le parecía cómica su tendencia a buscar las paredes más cercanas y apoyar la frente en estas para lidiar con su vergüenza. Pero, estaba junto a ella, y no sentía correcto permitir que se sintiera incómodo a su alrededor.
Tamaki le dirigió una mirada temblorosa, pero volvió a desviarla. ¿Acaso estaría molesto? ¿Amajiki se recostaba de las paredes también cuando estaba molesto? Esas dudas no la dejarían dormir por las noches.
Sin embargo, la respuesta estalló en su mente. Su mano, el sonido y el cosquilleo en su hombro. Lo había repelido con su kosei y empezaba a enrojecer con vehemencia.
—¡Lo siento! Crust me dijo que debería entrenar cómo activar mi escudo psíquico sin tener que concentrarme en ello para que no me tomaran por sorpresa.
Tamaki la vio a través de sus largos mechones oscuros, sus pupilas brillando impresionados.
—¿Como asimilar tu voluntad y tu kosei? Eso te sería muy útil en combate, y me tranquilizaría porque tendría la certeza de que estarás a salvo.
—Algo así, es solo que mis reflejos todavía no están lo suficientemente afinados como para detener cosas rápidas. Supongo que intentaste tocarme a una velocidad muy lenta... —susurró, inclinándose para poder tener contacto visual—. ¿Te lastimaste?
Tomó su mano e inspeccionó cada dedo, ignorando el arrebol en las mejillas ajenas. Le acarició la mano para amainar cualquier rastro de dolor como si se tratara de un infante, aunque la verdad era que no veía ningún daño importante.
—Como recompensa, puedes abrazarme.
Tamaki alzó ambas cejas, sorprendido. Sin embargo, al ver cómo extendía los brazos, curvó ligeramente los labios. A pesar de sentirse reacio, de cuestionarse si eso estaba bien o si la incomodaba, quiso dejarse llevar por las emociones burbujeando en su vientre. Sin esperar demasiado, la abrazó con dulzura, rodeando su cuerpo y hundió la nariz en su cuello, extasiándose en su sutil fragancia.
Sintió cómo rodeó sus hombros y lo apretó con fuerza, ahogando una risa traviesa contra su suéter. Tamaki se preguntó qué capacidad tenía para siempre hacerla sonreír y, sobre todo, si sería capaz de conseguirlo por el resto de sus días. Se odiaría a sí mismo si alguna vez era la razón de sus lágrimas, pero esperaba no hacerlo, se esforzaría para que jamás sucediera.
—Te quiero, Tamaki —susurró al separarse, dirigiéndole una mirada brillante.
—... —El rubor no tardó en acrecentarse hasta llegarle a las orejas y calentarle la nuca—. Yo... Yo también —musitó.
Sin embargo, más que pensar en el futuro, Tamaki quería disfrutar ese instante y convertirlo en una buena memoria. No sabía cuánto tiempo estarían juntos, pero se aseguraría de bañarla en nimios detalles y obsequiarle todo lo que alguien como él podía ofrecerle.
¡Muchas gracias por leer!
N/A: Y después de un eternidad, traigo el último extra que estaba en borradores y había olvidado publicar jajaja
Este sí es el final finaloso xD Necesitaba escribir cuál era su kosei y aproveché para que saliera esto; también quería imaginar cómo Tamaki podría ser en una relación después de semejante confesión jaja
Espero que les haya gustado este experimento; creo que ya me di el gusto probando este tipo de historias. No sé si en el futuro escribiría algo igual...
¡Cuídense mucho y tengan un gran día!
¡Plus Ultra! >.<
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Flores para días hermosos || BnHA x Reader
FanficA él le cuesta hablar con palabras, pero descubre que el lenguaje de las flores se le da bastante bien para expresar sus sentimientos por ti. 𝐃𝐢𝐬𝐜𝐥𝐚𝐢𝐦𝐞𝐫: Boku no Hero Academia es propiedad de Horikoshi Kohei. Fecha de inicio: 27 de mayo de...