Prímula

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"La llegada de la primavera es inminente, pero no quiero esperar más. Estoy listo."

Las prímulas en acuarela yacían plasmadas en un lienzo diminuto. Era imposible no percatarse del empeño en los detalles y en cada trazo. En el escritorio ponía:

"Creo que ya sé quién eres, y quiero responder a tus sentimientos adecuadamente."

En tinta azul estaba la respuesta:

"Yo también me siento listo. Puedes buscarme cuando quieras, porque yo siempre estaré para ti."

Supuso que era el momento de enfrentar a sus sospechosos, con la esperanza de no equivocarse. A pesar de que eso había comenzado a finales de verano, y que aún faltaban varios días para que acabara el invierno, sentía la primavera brotando en su corazón.

Antes de iniciar clases, se dirigió hacia el salón 1-A, e interceptó a Bakugou en la entrada cuando estaba llegando.

—Buenos días, Bakugou, ¿podrías llamar a Midoriya por mí?

La mandíbula de Katsuki rechinó, y se giró a verla con exasperación ardiendo en sus ojos carmesí.

—Lo menos que quiero escuchar a la maldita primera hora es el asqueroso nombre de Deku —gruñó—. Y tampoco soy tu maldita paloma mensajera.

Dicho eso, entró cual estampida al salón. Ella se quedó parpadeando, anonadada.

—Este sujeto no respeta a nadie...

Una mano se cerró sobre su hombro y no pudo evitar respingar. Ladeó el rostro y se encontró con las taciturnas facciones de Todoroki.

—¿Necesitas que llame a Midoriya?

—Oh, sí. Gracias, Todoroki. Bakugou debería aprender un par de cosas de ti.

—No tengo pruebas, pero tampoco dudas —dijo con tanta seriedad, que (T/N) se quedó petrificada por no saber cómo responder a eso, solo soltó una risita nerviosa.

A los pocos segundos, vio a Midoriya salir con una expresión de lo más alterada, y es que Bakugou emanaba un aura aterradora.

—¡Senpai! ¿Me necesitabas para algo?

—¿Te parece si hablamos en un sitio más privado?

A Izuku no le tardaron los colores en subírsele al rostro. Aun así, asintió, mientras algunos de sus compañeros de clase se apiñaban en la puerta para enterarse qué estaba pasando. (T/N) los miró brevemente y les obsequió una sonrisa aterradora que auguraba malas cosas si se atrevían a espiarlos.

Se decantaron por ir afuera y sentarse en los banquitos que rodeaban los proyectos del club de jardinería. (T/N) se emocionó un poco al reconocer más flores de las que hubiera hecho antaño.

—¿D-de qué quieres hablar?

—No sé si sea presuntuoso de mi parte, pero he estado recibiendo flores desde finales del verano...

—¿Flores?

—Sí, con diferentes significados románticos.

—¿Eh? Eso suena muy bonito.

—¿Verdad que sí? —Sonrió complacida, al recordar cada una de ellas.

—¿Pero por qué me cuentas esto?

—Para ver tu reacción.

—P-Pues... ¿Aquí me tienes? —Desvió la mirada, sintiéndose mareado por el sonrojo en su rostro—. Quiero decir, me parece una buena idea para acercarte a la persona que te gusta; es un detalle especial.

—¿Tienes a alguien que te guste?

Izuku pareció sorprendido, pero se halló asintiendo al recordar a la persona que, en ocasiones, se hallaba pululando por su mente; ambos serían grandes héroes y se ayudaban en esa tarea. (T/N) evaluó su expresión nebulosa y sonrió. Era claro que no era él, y se sentía un poco avergonzada por haberlo creído con tanto ahínco en algún momento.

—¡Entonces, mucha suerte!

—Gracias, pero no entiendo por qué me cuentas esto...

—Uhm... Quería tener otra perspectiva —se decantó por decirle—. Somos amigos, ¿verdad?

—¡Sí! —asintió y esbozó una sonrisa gigantesca.

Ambos regresaron a sus respectivas clases, entre charlas y risas. Solo restaban Mirio y Tamaki, y ya le había pedido a Mirio que se vieran por un mensaje de texto. En mitad de la clase, sopló la nuca de Tamaki, quien se removió en su asiento y giró a verla completamente sonrojado. Se rio un poco cuando se echó hacia adelante y se protegió la nuca con las manos.

Quedaron en verse en la terraza del instituto. El viento soplaba suavemente, trayendo consigo los sabores de primavera y agitando las pequeñas plantas que, en sus macetas, despertaban del letargo del invierno. Mirio la esperaba sentado sobre un poyo de piedra corroído por las tempestades del clima. Miraba el cielo, las nubes desplazándose lentamente formaban criaturas de fantasía. Se paró a su lado, en solemne silencio mientras se unía a su actividad.

Se sorprendió cuando él apoyó la cabeza de su costado. Sumergió sus dedos en sus hebras de oro, acariciándolo suavemente. Estuvieron un tiempo más en calmo silencio.

—Sabes que no soy yo, ¿verdad?

—Sí —admitió—, pero solo que necesitaba asegurarme.

—¿O prolongar el momento en el que finalmente vayas con él? —repuso con una sonrisa bromista.

—Quizás. —Le devolvió el gesto, separándose cuando él se puso en pie y se estiró como un gato al sol.

—Y, antes de que lo preguntes, eres como una hermana para mí. Así que no.

—¡Pero si yo no dije nada! —reclamó con un mohín.

—Esto no es un harem inverso, por mucho que Nejire lo hubiera alegado.

—¿Qué? ¿Cómo rayos...?

—Tengo oídos en todas partes.

—Eso... Eso da miedo...

—En fin, ¿qué piensas de tu querido admirador ya no tan secreto?

—Que no esperaba que fuera él, pero, al percatarme, realmente no puedo imaginar a alguien más que no sea él.

—Entonces, ¡ve por él, tigre! —Ella rio—. ¡Rápido, Rayo McQueen!

—De acuerdo. —Se marchó al trote, y se detuvo en la puerta—. Mirio, hablemos los tres un día de estos.

Mirio le sonrió ampliamente, como solía hacerlo. Y, a pesar de la soledad e incertidumbre que se cernía sobre él, tuvo la ligera impresión de que todo estaría bien porque ambos compartían un mismo pilar.

Continuará~

¡Muchas gracias por leer!

N/A: Me sorprende que nadie sospechara de Mirio... Bueno, tampoco es como si hubiera hecho alguna escena romántica con él. Ya, en este punto, es bastante obvio quién es jajaja Espero haya sido una sorpresa para algunos y una afirmación para muchos otros.

En el siguiente y último capítulo se revelará todo el plan maestro xD

Si les soy sincera, yo me hubiera decantado por la ruta kohai jajaja

¡Tengan un alegre día!

¡Plus Ultra! >.<

Flores para días hermosos || BnHA x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora