CAPÍTULO SIETE.
Encuentra la salida.Bajaron uno por uno, en solo siete lianas, ella esperó a lo último, demasiado tímida para sentir que tenía el derecho de ir antes que los demás, aunque ninguno era más que ella, la adrenalina se había bajado y con ello se fue la sensación de pertenencia.
Además, estaba muy ocupada limpiando su interfaz que apenas se dió cuenta de que todos los demás se habían desaparecido, en una especie de neblina negra que, según su base de datos, estaba hecha con algo parecido a un holograma. Un transplano, tenía por título.
Al bajar, todos habían avanzado, así que nadie la esperó, aunque dudaba que tuvieran razones. Incluso si ella era la chica que no debería estar ahí, que debería hacerles preguntarse cosas, a nadie le importó; no era algo de gran hazaña... pero en la pelea, se había sentido importante, ¿No había matado a uno y clavado una cuchilla a otro?
Eran veinticinco cuando se juntaron con Thomas, Teresa y Chuck. Escuchó alguna conversación mientras se acercaba a través del túnel hasta el único camino que había.
—¡Minho! —gritó Thomas—. ¿Te encuentras bien? ¿Cómo están los otros?
—Perdimos una cantidad de gente… Allá arriba hay mucha sangre… —vió al Encargado de los corredores apoyarse en una pared del costado—. Ustedes lo lograron. No puedo creer que realmente haya funcionado.
—¿Y el resto? —le siguió preguntando. Parecía estar asomando la cabeza disimuladamente, podía ver su coronilla entre la multitud de sobrevivientes.
Calypso estaba siendo cubierta por las espaldas de todos los demás igual de agotados entre sí. Ella también estaba cansada, pero parecía que tenía energías reservadas lo suficiente como para quedarse de pie sin quejarse.
—La mitad de nosotros —contestó Newt. Le escuchó la voz temblorosa. Dolor—. Muertos.
—¿Saben algo? —dijo Minho. Vió su cabeza moverse como si se estuviera quitando de la pared—. Una mitad habrá muerto, pero nosotros, que somos la otra mitad, estamos más vivos que un garlopo. Y, como Thomas creía, nadie recibió ningún pinchazo. Tenemos que salir de aquí.
Calypso notó algo al costado de ellos, que quizá, por el trauma, estaban ignorando los demás. Había un penitente muerto, con dos de las pinzas separadas del cuerpo y la sustancia amarillenta rodeándolo en un charco. Habrían matado a uno mientras ponían el código, tuvo la sensación de que habían estado allí mucho tiempo, viendo su reloj, apenas habían pasado unos cuantos minutos como mucho.
—Vámonos de aquí —escuchó la voz de Newt—. Ahora mismo.
—¿Adonde? —preguntó Minho.
—La puerta que se abrió sonó allá adelante.
—Bueno, vamos.
—Yo voy al final —respondió Thomas.
Todos los habitantes empezaron a ir hacia el lugar que habrían señalado. Calypso empezó a caminar también, viendo que todos pasaban a través de una puerta entre una o dos personas. Ahora, más calmada, notó que la planta de sus pies dolía por estar mucho tiempo parada, en todo caso, por correr y hacer tantas maromas entre los penitentes, lo que, mientras avanzaba, le hizo pensar en qué otras cosas podría hacer de las que no era consciente. Su base de datos tenía muchas cosas, pero no recordaba cómo podía conseguir las cosas.
Hasta ahora, el manual para los penitentes había terminado, sin embargo, ya no le parecía que pudiera servir de algo. Esperaba que todo eso acabara.
—Estás bien —escuchó de pronto. Miró al costado, Thomas se había acercado a ella—. B-bueno, ¿Lo estás? Cuando todos llegaron, creí que tú... Me alegra que lo hayamos logrado.
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SKYFALL, the maze runner
FanfictionCalypso despertó solo sabiendo su nombre, con injertos de metal, cables conectados a través de su piel y un software que reemplazó todos sus pensamientos con avisos en su interfaz. Apareció en el lugar equivocado, en el momento equivocado. Tanto de...