—¡Debes de dejarlo ir Xavier!— Hank respiraba de forma agitada mientras le enseñaba un papel a Charles—¡Erik te dejó, se fue con alguien más, no le importó dejar tu corazón con el hanahaki!
—¡Eso no es verdad! ¡Erik me ama y yo lo amo a él, nos juramos amor eterno en el altar!— Charles tenía las mejillas llenas de lágrimas, las manos le temblaban y su frente tenía algo de sudor—Él no es capaz de dejarme.
—Se fue, te dejó con la enfermedad y con un hijo en camino— Hank aventó un jarrón—¿Por qué no lo entiendes? Debes de dejarlo ir, someterte a la operación para olvidar a Lehnsherr y poder vivir tranquilo con tu hijo, porque ahora son solo unos cuantos pétalos, pero después van a ser flores enteras dañando tus pulmones ¿Qué vas a hacer cuando sea demasiado tarde? ¿Vas a dejar a tu hijo solamente por tu negativa?
—Entiende, en los ojos de Erik yo no vi odio, asco o cualquier otro sentimiento de repulsión, yo vi amor, e incluso perdón— Charles se dejó caer en el asiento—Nos amamos sin importar nada, yo lo sé.
—Si estuvieras tan seguro de lo que dices, estas flores no estarían saliendo de tu pecho— Hank se apretó el puente de la nariz— No estarías llorado y gritando el nombre de Erik cada noche, esas ojeras no estarían y sobretodo, estarías feliz con la noticia de un bebé.
Charles aguantó las ganas de llorar hasta que Hank salió de aquella habitación.
Sabía que las palabras de su amigo no podían ser ciertas, Erik lo amaba, sus anillos, las palabras de amor que se decían cada mañana, los besos, las caricias y el bebé que ahora llevaba en su vientre, eran las pruebas de sus afirmaciones.
Si Erik lo dejó debía de haber un motivo más fuerte que solo "otra persona".
Sorbió sus lágrimas y tomó su chaqueta, tendría que ir a buscar a Erik, se lo había prometido hacia mucho tiempo.
»Sin importar el tiempo, la distancia y quiénes quieran separarnos; yo siempre te voy a buscar y no descansaré hasta estar de nuevo entre tus brazos «
*
Erik tenía apretada sus manos alrededor de los barrotes, miraba fijamente a Shaw y a sus hijos, quienes estaban en otra habitación, acostados en su cama debido a los sedantes.
—Debes dejarme ir con Wanda y Pietro ,ya hice lo que me pediste ¡Me aleje de Charles! ¿Qué es lo que más quieres de mí?— gruñó pegando a la pared.
—No vengo a decir poemas ni a contar mis traumas contigo— gruñó— pero creo que después de dejar al amor de tu vida en peligro de muerte, te mereces una explicación.
Erik solamente pensaba en sus hijos y la vida que tendría con Charles cuando todo terminara, porque si no se imagina un futuro con ellos, seguramente acabaría matando al hombre enfrente suyo, eso o suicidándose en aquella celda.
—Tu esposa, tú adorada esposa Magda era el amor de mi vida, aunque nunca fue el tuyo— gruñó haciendo que el color se fuera de las mejillas de Erik— ella se embarazó de ti cuando yo estaba a punto de decirle lo que sentía...
—No es mi culpa que fueras demasiado lento, mientras tú imaginabas una vida a su lado, ella y yo ya estábamos cogiendo.
Shaw apretó sus manos—Oh vamos, tienes mejores palabras que esas— murmuró— pero no importa de todos modos tus burlas no sirven de nada si yo tengo el control.
Erik le gruñó.
—Esto es por ella, a Magda le arrebataste la felicidad y la posibilidad de ver crecer a sus hijos, así que ahora te va a tocar pagar con creces.
—Si yo hubiera sabido de mis hijos...
—El hubiera no existe mi querido Erik, esos niños sin prácticamente mis hijos y si yo quiero ellos pueden odiarte. Así que es mejor que cuides tus palabras de ahora en adelante— soltó una risa— después de todo, nosotros seremos la familia que no fuiste con Magda y que nunca vas a poder ser con Charles.
