Hyung.

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Creí que al llegar a casa podría descansar la mente, luego de todo lo sucedido con Chanhee, ser rechazado tan excepcionalmente sin siquiera haberme confesado correctamente. 

Y podría haber sido así, de no ser por esa palabra, esa estúpida, inservible e insulsa palabra.

¿Hyung? ¿En serio? ¿Desde cuando ese enano de pelo rosado tiene intenciones de ser respetuoso? Habíamos dejado las formalidades de lado desde que nos conocimos. Pero no, el tenia que llamar a Juyeon con honoríficos, luego de todo lo que paso. Demonios.

No podía dejar de darle vueltas al asunto, quería tomarlo de prepo y sacudirlo hasta que me responda la razón por la que había dicho eso. Él mismo lo dijo, y cito: "Un año no significa nada para mi." ¿Acaso eso solo regia conmigo? ¿Que diferencia había entre Juyeon y yo? Si vamos al caso a quien debería tratar con respeto es a mi, soy su jefe después de todo, de ambos. 

Que fastidio. Doble fastidio, porque no solo me afectaba lo que dijo, sino que me jodía rotundamente que eso, precisamente, me afecte. Estaba claro que eran celos, no quería sentir celos, no por alguien que no lo merece, ser rechazado no era una razón para enojarme, pero que hiera mi orgullo siempre iba a molestarme. Tal vez lo había hecho para seguir jugando conmigo, aun así no iba a darle la satisfacción de verme jodido esta vez.

Me tire sobre la cama colocándome los auriculares y tome el manga que estaba leyendo de adentro de mi cajón. Necesitaba despejarme, el juego ya no surtía el mismo efecto, y si llenaba mi mente de puras historias misteriosas transportándome a ellas, podría lograrlo al menos por un rato.

No había notado mi cansancio hasta que escuche una risita al mismo tiempo que retiraban el manga de mi cara, divisando a Chanhee con su rostro sobre el mio moviendo sus labios, soltando sandeces que por suerte no podía escuchar. Me senté apartándolo con uno de mis brazos para que se alejara, quitándome los auriculares mientras arrugaba mi nariz algo somnoliento.

-...por eso te recomiendo que leas esos tomos, son mucho mejores que- lo interrumpí elevando una de mis manos cerca de su rostro, un ademan para que pare, aun con mis ojos levemente cerrados.

-No tengo idea de que estas hablando, estaba escuchando música.- murmure con el tono de voz bastante mas bajo de lo normal, y tome sus mejillas apretándolas, con la misma mano que lo habría frenado, girando mi rostro, mirándolo con el ceño fruncido. -Ademas tengo tanto sueño que no entiendo ni en donde estoy sentado. ¿Podrías callarte?

-Lo... Lo siento.- respondió como pudo ya que mi apretón no lo dejaba modular muy bien. -Me estas lastimando ¿Podrías...?- señalo mi mano, algo apenado.

Asentí dándome cuenta y lo solté suspirando. -Perdón, me pone de mal humor que me despierten.

-Me gustaría saber que es lo que no te pone de malhumor.- alego haciendo énfasis en la negativa picando suavemente con su indice, mi frente. -Gigante gruñón.

-No creo que estés en posición de burlarme en este momento.

-¿Crees que te tengo miedo? 

-Claramente no.- me removí levantándome con lentitud mientras sacudía mi ropa pensativo. -Pero deberías.- afirme acercándome a su rostro, rozando ambas narices, fijando mis ojos en los suyos, sople sutilmente sus labios y me aleje colocando ambas manos en mis bolsillos. -Haré café ¿Quieres?

La manera en que se demoro en responder, instantáneamente me hizo sonreír ladino, si esto iba a ser una relación afectiva unilateral quizá, solo quizá, podría optar por invertir el panorama.

Cuando volví de la cocina, luego de llevarle una taza a Juyeon que por cierto casi derrama, me encontré con un Chanhee acostado boca abajo en pijama, sobre mi cama, apoyado en sus codos mientras leía el manga que antes tenia en mis manos, moviendo sus piernas flexionadas de arriba hacia abajo, pataleando suave.

The letter. {그 편지}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora