Rebeldía nudista.

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El agarre de Juyeon me freno sin previo aviso, apretando con algo de fuerza mi antebrazo. Me gire desconcertado, hasta hace un segundo parecía que habíamos terminado de hablar, pero aparentemente quería seguir sermoneandome.

-¿Y ahora que Juyi?- lo mire con flaqueza bufando un poco.

-Debes cuidarte, aunque ya estés curado de los golpes, aun debes reposar.

-Y eso hago, acortamos la agenda y trabajo menos tiempo, para poder ir a descansar tempano, hasta que este del todo recuperado. 

-Ir a ver a Hyemin no es descansar temprano.- me miro fijo con el ceño fruncido. -Ademas que es ese interés repentino por ella de nuevo ¿Mh? Hace una semana estabas ebrio por tu corazón roto.

Lo mire de mala gana, tenia razón pero no me interesaba. Suspire calmándome levemente y me acerque colocando ambas manos sobre sus hombros, bajando un poco mi rostro para poder verlo de frente.

-Eres una ternura. Pero ya tengo padres y se meten menos en mi vida que tu y Chanhee juntos.- sonreí sutilmente, con demasiado sarcasmo. -No haré ningún esfuerzo físico, solo veremos una película en su casa, te lo prometo. Soy consciente de que mi cuerpo no es de acero.

-Ya veo, entonces ¿Ahora ya no sera una relación únicamente sexual, sin afecto?- lo mire serio por unos segundos pero rápidamente sonreí ladino, soltando una risita.

-Hay muchas formas de disfrutar sexualmente sin que yo tenga que moverme.- le saque la lengua y lo solté alejándome lentamente, caminando hacia atrás con parsimonia.

-Eres un idiota, Hoon.- negó con el rostro, bajándolo luego y masajeando su tabique al ver como me alejaba.

-Lo se, siempre se ocupan de hacerme recordar que lo soy, gracias.- comente guiñándole un ojo satírico sin dejar de caminar hacia atrás.

Pero choque con algo y no podía negar que me había dolido sentirlo contra mis costillas. Gruñí frunciendo el ceño, la nariz y los labios al unisono, comenzando a girarme con levedad para ver al culpable. 

Su sonora voz, con un deje de susto, disculpándose reiteradas veces me dejo adivinar antes de mirar su cabellera rosada.

-No te disculpes tanto, yo era el que iba mal.- sonreí con algo de ternura y atine a acariciar suavemente su cabello pero en cambio, simplemente lo despeine, distanciando mi mano velozmente. 

Aun me sentía demasiado atraído hacia el, inevitablemente. Pero sabia disimular bastante bien, lo ultimo que quería era que el se sintiera incomodo otra vez.

Elevo su rostro, me miro y asintió para hacerse a un lado y dejarme pasar.

Habia pasado mas de una semana, mi cuerpo funcionaba estable nuevamente, pero las fisuras aun debían terminar de sellarse, sin embargo mi trabajo no podía esperar y al no ejercerme demasiado esfuerzo, se me fue permitido reanudarlo. 

Juyeon no dejaba de andar detrás mio como un perrito guardián, lo comprendía, se preocupaba y no podía estar mas agradecido, pero no era un buen momento en mi vida para que nadie me diga que debía o no hacer con respecto a mis relaciones personales. Era mas que obvio que luego de unas semanas no podían borrarse de mi interior todos esos sentimientos que se vieron envueltos en mi conflicto con Chanhee, pero hacer como si no existieran era mas factible que enfrentarlos, no quería verme débil.

Nuestra relación se volvió Jefe - Empleado, sin mas. Era una especie de amistad donde no se diferenciaba si el respeto venia de la jerarquía en el empleo o del espacio personal, pero era una amistad en fin, su forma de ser conmigo volvió al inicio, y eso me aliviaba demasiado, sus bromas molestas, seguían siendo eso, molestas pero con un trasfondo mas curativo para mi persona.

The letter. {그 편지}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora