El corazón me latía con fuerza contra el pecho y una extraña sensación de vacío en el estómago me invadió. Aflojé mi agarre y me tambaleé al incorporarme, pero no aparté la vista de su rostro.
— ¿D-Dejarás que te ayudé? — tartamudeé intentando sonar tranquila.
Lisa tenía la mirada fija en un punto perdido, pero percibía su atención sobre mí.
— Si dejo que me... — se aclaró la garganta — "ayudes", ¿Me dejarás en paz? — No pude evitar sonreír y dije:
— Prometo intentar no ser tan irritante.
Las comisuras de sus labios se elevaron.
— Suena tentador — se pasó una mano por la barbilla pensativa. Reprimí una sonrisa a pesar de que sabía que no podía verme. — Si no puedes ayudarme, ¿Dejarás de molestarme? — fruncí el entrecejo.
— ¿Por qué no habría de poder ayudarte?, no me subestimes — fanfarroneé.
Una sonrisa sincera se extendió por su rostro. El tipo de sonrisa que le quitaría el aliento a cualquiera; fresca, sincera, joven... le daba un aspecto infantil, sus dientes perfectamente alineados y sus labios gruesos y rojos, la hacían una sonrisa irresistible.
Sonreí como boba un segundo hipnotizada por ella pero luego me recordé que debía seguir firme. Estaba tan cerca de conseguir que dejara ayudarse...
— ¿Entonces... ? — pregunté mordiéndome el labio inferior en un gesto nervioso.
Sacudió la cabeza sin dejar de sonreír.
— Está bien — dijo.
Abrí los ojos con asombro mientras me volvía hacia Dara. Ella tenía lágrimas en los ojos y una sonrisa radiante dibujada en el rostro.
— Pero mañana. — continuó — Por hoy he tenido suficiente de ti. — me volví hacia ella y reí.
— Debes acostumbrarte. Soy muy persistente.
— Creo que lo noté.
— Entonces, te dejo. — dije caminando hacia la puerta.
— ¿Rosé... ? — dijo con voz ronca deteniéndome en la puerta.
Me volví hacia ella y dije: — ¿Sí?
— Hasta mañana. — me dedicó su sonrisa encantadora y me quedé idiotizada mirándola.
— Hasta mañana... — musité.
Salí de la casa de Dara a toda velocidad intentando comprender qué acababa de pasar. Todo había salido completamente diferente a lo que había planeado y habían sido los treinta minutos más extraños e interesantes de mi semana.
Estaba tan aturdida que no pude concentrarme en la tarea. Decidí dejarlo; ya se la pediría a alguien mañana temprano...
— ¿Te encuentras bien? — me preguntó mi mamá mientras cerrábamos el local de la tienda.
Sonreí y dije: — Sí.
— ¿Qué tal fue todo con la hija de Dara?
Suspiré. — Extraño... — admití — no es una niña como yo pensaba. Tiene mi edad.
Mi madre sonrió. — Ya veo...
— ¿En qué piensas? — inquirí entrecerrando los ojos.
Era el tipo de sonrisa que mi madre utilizaba cuando tramaba algo.
— En el destino — dijo sin más.
Bufé rodando los ojos al cielo. — Me voy a la cama — anuncié.
ESTÁS LEYENDO
Though I can't see you (Chaelisa G!P Adaptación)
Fiksi PenggemarDespués de aquel accidente automovilístico, Lalisa Manoban, había pasado de ser una chica fuerte, altanera, arrogante y decidida, a ser una pobre diabla enfadada con el mundo. Una chica huraña y solitaria, que parecía que lo único que quería hacer e...