Tercer capítulo

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El corazón me latía con fuerza contra el pecho y una extraña sensación de vacío en el estómago me invadió. Aflojé mi agarre y me tambaleé al incorporarme, pero no aparté la vista de su rostro.

— ¿D-Dejarás que te ayudé? — tartamudeé intentando sonar tranquila.

Lisa tenía la mirada fija en un punto perdido, pero percibía su atención sobre mí.

— Si dejo que me... — se aclaró la garganta — "ayudes", ¿Me dejarás en paz? — No pude evitar sonreír y dije:

— Prometo intentar no ser tan irritante.

Las comisuras de sus labios se elevaron.

— Suena tentador — se pasó una mano por la barbilla pensativa. Reprimí una sonrisa a pesar de que sabía que no podía verme. — Si no puedes ayudarme, ¿Dejarás de molestarme? — fruncí el entrecejo.

— ¿Por qué no habría de poder ayudarte?, no me subestimes — fanfarroneé.

Una sonrisa sincera se extendió por su rostro. El tipo de sonrisa que le quitaría el aliento a cualquiera; fresca, sincera, joven... le daba un aspecto infantil, sus dientes perfectamente alineados y sus labios gruesos y rojos, la hacían una sonrisa irresistible.

Sonreí como boba un segundo hipnotizada por ella pero luego me recordé que debía seguir firme. Estaba tan cerca de conseguir que dejara ayudarse...

— ¿Entonces... ? — pregunté mordiéndome el labio inferior en un gesto nervioso.

Sacudió la cabeza sin dejar de sonreír.

— Está bien — dijo.

Abrí los ojos con asombro mientras me volvía hacia Dara. Ella tenía lágrimas en los ojos y una sonrisa radiante dibujada en el rostro.

— Pero mañana. — continuó — Por hoy he tenido suficiente de ti. — me volví hacia ella y reí.

— Debes acostumbrarte. Soy muy persistente.

— Creo que lo noté.

— Entonces, te dejo. — dije caminando hacia la puerta.

— ¿Rosé... ? — dijo con voz ronca deteniéndome en la puerta.

Me volví hacia ella y dije: — ¿Sí?

— Hasta mañana. — me dedicó su sonrisa encantadora y me quedé idiotizada mirándola.

— Hasta mañana... — musité.

Salí de la casa de Dara a toda velocidad intentando comprender qué acababa de pasar. Todo había salido completamente diferente a lo que había planeado y habían sido los treinta minutos más extraños e interesantes de mi semana.

Estaba tan aturdida que no pude concentrarme en la tarea. Decidí dejarlo; ya se la pediría a alguien mañana temprano...

— ¿Te encuentras bien? — me preguntó mi mamá mientras cerrábamos el local de la tienda.

Sonreí y dije: — Sí.

— ¿Qué tal fue todo con la hija de Dara?

Suspiré. — Extraño... — admití — no es una niña como yo pensaba. Tiene mi edad.

Mi madre sonrió. — Ya veo...

— ¿En qué piensas? — inquirí entrecerrando los ojos.

Era el tipo de sonrisa que mi madre utilizaba cuando tramaba algo.

— En el destino — dijo sin más.

Bufé rodando los ojos al cielo. — Me voy a la cama — anuncié.

Though I can't see you (Chaelisa G!P Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora