El día amaneció completamente lluvioso.
Odiaba esa clase de clima. Me recordaba a aquel episodio de mi vida que tanto me había traumatizado. Tenía ocho años cuando papá había caído por la calle un día de tormenta. Estaba tan asustada en aquel entonces que no supe qué hacer; había estado a punto de morir de hipotermia porque nos habían encontrado muchas horas después.
Cerré los ojos intentando apartar aquellos horribles recuerdos, así que me levanté y tomé una ducha muy caliente; me puse unos vaqueros entallados, una blusa de manga larga y un abrigo. Me sequé el pelo y lo trencé despeinadamente hacia un lado mientras me ponía un gorro de lana. Me puse mis botines favoritos y, por primera vez en casi dos semanas, me maquillé.
En la universidad, Jisoo me felicitó por haber dado el "gran paso" de arreglarme, pero cuando le conté que vería a Lisa, casi me golpea.
— ¡Maldición, Rosé! ¡¿Vas a dejar que Lisa te diga cuándo quiere verte y cuándo no?!
Suspiré pesadamente mientras decía — Las cosas no son así, Choo. Solo iré a ayudarla, como siempre.
— Porque ella te lo pidió. — bufó.
No me atreví a replicar. Sabía que tenía algo de razón, sin embargo, no quise decir más.
El día pasó increíblemente lento, y cuando por fin salí de clases, tuve que ir a casa a ayudar a mis padres en la tienda.
Alrededor de las seis de la tarde llegué a casa de Lisa.
Toqué el timbre mientras deshacía mi trenza. Por primera vez, mi pelo lucía aceptable. Sabía que, si me quitaba el gorro, luciría desastroso, pero las ondas que la trenza había dejado se veían bien.
— ¡Rosé! — dijo la voz de Jihyo.
Saltó a mis brazos cálidamente y me sorprendí por su gesto.
— ¡Ji-Ji! — dije abrazándola.
Me da gusto que estés aquí, Lisa está de un humor insoportable desde que no venías. — exclamó exasperada.
Sonreí sin saber qué decir y ella me arrastró escaleras arriba mientras gritaba — ¡Lisa! ¡Rosé está aquí!
Estuve a punto de decir algo, pero Jihyo entró corriendo conmigo a la habitación.
Abrí los ojos como platos al verla. Estaba únicamente con un bóxer negro y un top deportivo negro a juego, su cabello caía húmedo y pesado por su cara.
— ¡Jihyo, joder! ¡Toca la puerta! — gruñó Lisa ligeramente ruborizada mientras buscaba algo con qué cubrirse.
No podía apartar mi vista de ella. Era tan insoportablemente perfecta. Su abdomen era plano, pero podían verse las finas líneas que delataban que se ejercitaba con frecuencia. Su cuerpo estaba cubierto por una pequeña y fina capa de agua sin secar. Su espalda era angulosa y ancha, pero terminaba en unas estrechas caderas. Sus piernas lucían poderosas, y sus brazos marcaban con pequeñas líneas de músculos mientras se estiraba torpemente para alcanzar sus vaqueros.
Me llevé las manos a la cara ruborizándome por completo después de haberla examinado con la mirada, y salí torpemente de la habitación, Jihyo salió y canturreó en mi dirección — Ya puedes pasar.
Mi corazón me dio un vuelco y me regañé a mí misma por no mantenerme tranquila.
Entré a la habitación y pude encontrar a una Lisa enfundada en una camisa de manga larga y unos vaqueros negros.
— Hola — murmuró.
¿Era mi imaginación o estaba ruborizada aún?
— Hola — dije en voz baja cruzándome de brazos.
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Though I can't see you (Chaelisa G!P Adaptación)
FanfictionDespués de aquel accidente automovilístico, Lalisa Manoban, había pasado de ser una chica fuerte, altanera, arrogante y decidida, a ser una pobre diabla enfadada con el mundo. Una chica huraña y solitaria, que parecía que lo único que quería hacer e...