A veces pienso en lo cursi que sonamos Lisa y yo; pero con el paso del tiempo aprendes a vivir cada minuto como si fuera el último. Para que, pase lo que pase, sepas que has exprimido al máximo casa momento. Sin miedos, porque ya nada es evitable. No sabes dónde está el último beso. El último abrazo. Por eso, he aprendido a soltar todos los "te quiero" que me salen. Aunque a veces parezcan demasiado.
El domingo se me pasó volando.
Me pasé gran parte del día limpiando la casa para después arreglarme.
Cuando Lisa llegó, el corazón me dio un vuelco.
Al principio, mis padres se alteraron al saber que Lisa era mi novia, pero conforme la noche pasó se fueron relajando.
Lisa comió con nosotros la deliciosa lasaña vegetariana que mi madre había preparado para después sentarse en la sala con mi padre mientras charlaban sobre coches y cosas de papá.
Mis padres subieron a su habitación mientras Lisa yo nos quedábamos en la sala viendo una película; bueno, yo lo veía, ella la escuchaba.
Eran apenas las siete de la tarde y Lisa no me estaba dejando poner atención a la película. Se la pasaba besándome el rostro cariñosamente y susurrándome cariños al oído.
— Lisa, no has escuchado para nada la película. — me quejé mientras ponía toda mi atención en ella.
— No quiero que la veas tú tampoco. — susurró con los labios pegados a mi oído.
Su aliento me causó escalofríos y la piel se me puso de gallina. Yo me giré para besarla en los labios y ella buscó mi lengua con la suya en un beso cálido.
Giré mi cuerpo para quedar un poco frente a ella y enredé mis manos en su pelo.
Sus manos se deslizaron por mi cintura hasta instarse a ambos lados de mi cadera.
Me atrajo hacia ella mientras nuestro beso se volvía más urgente.
— ¿P-Puedo? — preguntó contra mis labios.
No entendí su petición hasta que sentí su mano caliente sobre la piel de mi espalda. Había introducido sus manos por debajo del material de mi blusa y solté un jadeo mientras toda la piel de mi espalda se erizaba con su toque.
Sus manos se deslizaron por mi espalda y sus dedos deshicieron el seguro de mi sujetador.
Todo estaba sucediendo tan rápido que no podía creer que estaba pasando. Sus manos recorrieron mi espalda con delicadeza y mi corazón comenzó a latir con fuerza.
Sus labios se separaron de los míos y tomó un aliento antes de susurrar. — Esto... — deslizó su mano por la curva de mi cintura. — me encanta.
Mi corazón comenzó a latir desbocado y entonces, pude sentir cómo sus manos se instaban en mis costados para deslizarse de arriba a abajo.
Contuve el aliento. Estaba reconociendo mi cuerpo. No estaba acariciándome. Estaba conociendo cada curva de mi cuerpo con su toque; y gruñó antes de decir. — Daría lo que fuera por poder verte.
Sus labios se posicionaron sobre los míos y me recostó sobre el mullido sillón.
— ¿Q-Qué haces? — susurré al sentir sus manos delizándose por mi estómago.
— Shh... Pídeme que pare si quieres que lo haga. — susurró con la voz enronquecida mientras su mano se deslizaba entre mi blusa hasta llegar al montículo de uno de mis pechos.
Me acarició por encima de la tela y murmuró. — Debes ser hermosa.
Su mano se ahuecó en mi pecho mientras me acariciaba y me besaba.
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Though I can't see you (Chaelisa G!P Adaptación)
FanficDespués de aquel accidente automovilístico, Lalisa Manoban, había pasado de ser una chica fuerte, altanera, arrogante y decidida, a ser una pobre diabla enfadada con el mundo. Una chica huraña y solitaria, que parecía que lo único que quería hacer e...