Cocinar
Actualidad
Después del show de los antifaces y el discurso de Berlín presentándose, Nairobi se acercó a mí tomándome suavemente del brazo llevándome escaleras arriba.
-Madre mía tía estás loca. Mírate, pelo corto y oscuro, que querías ser como Tokio y yo. -Dice soltando una risa.- Que tu pelo era precioso. que ovarios que tienes hija, el jefe te espera en el despacho. No hagas tonterías que te quiero viva.-Dijo dejándome delante de la puerta. Solté una risa sarcástica.-Mira... pija de los cojones, te hablo enserio.-Me miro muy serio para después besar mí frente y reír un poco.- No tienes remedio chiquilla.
Di unos toques en la gran puerta recibiendo un ronco "pase". Y ahí estaba el sentado en la silla del escritorio mirándome con desaprobación.
-He venido ver al jefazo. Espere a un tío que apenas se pudiera mover, calvo
Y a punto de jubilar. -Dije acercándome a el para después sentarme en el escritorio. El espacio que había entre ambos era muy poco.Sabía que quería sonreír, pero su orgullo y el plan era mayor, ya que lo podría haber cagado en gran manera.
Poniendo una mano en mí muslo comenzó a hablar relajada, pero firmemente. -Creo que no sabes lo que acabas de hacer querida.-
-He venido a ver al hombre que me mueve el piso.
-Más bien el que te mueve las sábanas, pero aquí querida no hay sábanas, tampoco camas.
Toledo
Y ahí estábamos, el Señor Berlín y yo en la cocina como dos niños que les han mandado a castigo. Ambos con los brazos cruzados sin hablar.
-Esto es ridículo.-Fui yo la primera en hablar para llevar mis dedos a mí sien y masajear un poco.
-Tu eres la ridícula.-Dijo acercándose a la nevera pasa sacar unas verduras.
-Si sabes lo que te conviene deberías disculparte. -Dije en su espalda con 0 espacio personal.
Cuándo se dio vuelta me arrepentí de acosarlo de esa forma ya que a él no le molestaba en absoluto, es más lo disfrutaba, ya que me hacía sentir diminuta, claro el con su 1.80 y yo apenas con mis 1.57, tenía mucha ventaja al imponer.
-No.-dijo empujándome con su cuerpo.-Aún sabes cocinar ¿verdad? Es algo que fue remplazandolo con tu nueva vulgaridad.-Dijo ahora el sonriente, sabía cómo irritarme, odiaba que me tratarán de esa forma.
-¿Y a ti aún se te para o eso se fue remplazandolo con tu ancianidad.?-Ahora era yo la que tenía sonrisa victoriosa.-Quizás por eso tuviste 5 divorcios.- Ese golpe era muy bajo.
Me miró tan ofendido que me hacía reír, me iba a responder de la forma tan brutal como era posible pero nos interrumpieron.
-Veo que aún no superan sus diferencias.-Ese era el Profesor acercándose.-Eso podría afectar el plan o la convivencia con sus compañeros, tienen que llevarse bien, desde ahora los podré a ustedes dos a hacer tareas juntos, todos los días.-
-Sabes que realmente no eres un profesor.-Le dije volteado a verlo-Si esperas que aparte de verle la cara todos los días tendré que estar haciendo cosas con el olvídate.
-Es obligación y ahora vamos, a hacer la comida, que cuando cocinaban juntos hacíais-Dijo marchandose, devolviendo muchos recuerdos.
Flashback
Andrés y yo habíamos puesto música mientras cocinamos, estábamos preparando una pizza desde cero. Andrés estaba haciendo su masa y yo la mía.
-Me das más harina.-La mía ya se había acabado entonces le pedí más a él.-
-Olvídalo, tu gastaste la tuya, tu problema.-
-Anda vamos es solo un poco.-Me acerqué para tomar el contenedor donde estaba la harina, pero el fue más rápido, la agarró y la elevó en el aire muy lejos de mí altura.-Es en serio. Andrés de Fonollosa Gonzalves dame la harina.-
El mencionado levantó la ceja al escucharla decir su nombre completo, ya que jamás lo había dicho y reconoció lo bien que sonaba en sus labios. -Si la alcanzas te la paso.-
-Esto no tiene sentido, vamos Andrés.-Como este no iba a ceder empecé a saltar sin conseguir nada. La última vez que salté me desequilibre chocando con su cuerpo, entonces ahí estando tan cerca , se me ocurrió algo. Lo besé distrayendolo, poco a poco empezó a bajar su brazo, iba a alcanzarlo pero el se dio cuenta así que subió la mano pero yo moví su brazo provocando que ambos quedáramos con nuestro cabello lleno de harina.-Muchas gracias por darme la harina Andrés.-Nos miramos unos segundos yo estando un poco molesta. Andrés tomó el el contenedor tomo un poco de harina y me lo tiró el la cara. -Ya verás maldito bastardo.-
Y así fue como corrimos por toda la casa dejándola tan sucia que incluso después de días seguimos encontrando harina por ahí. La cara que se le quedó a Sergio cuando llego y nos vio fue demasiada chistosa.
Fin flashback.
-Te vas a quedar ahí parada sin más.-
-Deberíamos hacer pizza. -dije sacando algunas cosas de la despensa. Ví de reojo como se asomaba por sus labios una sonrisa probablemente recordando lo mismo que yo.
-Tu y yo sabemos lo que pasó la última vez que lo hicimos.-Rodé los ojos molesta otra vez.
-Tenías que arruinar el momento con tu doble sentido de mierda.-
-Tu eres la que piensa mal, se que soy irresistible, pero deberías controlarte.-
-Irresistible mis pelotas.-Me fastidie aún más cuando Berlín miró mí escote y dijo un "Si, irresistibles" no lo aguante más y dejé lo que hacía.-Ahora por gilipollas te las arreglas solo. El iba a protestar pero lo deje hablando solo. La felicidad se me terminó en cuanto iba a subir las escaleras, ya que me encontré al Profesor esperando de brazos cruzados.
-Queen, de vuelta.-
-No quiero.-Dije ahora yo con los brazos cruzados.
-No seas inmadura y anda.-Cuando dije otro no el me tomo suavemente del brazo llevándome nuevamente a la cocina.
-Mejor vayamos a su habitación.
-No Queen.-Amo molestar a este hombre.
Y ahí estaba nuevamente con Berlín cocinando, pero ahora en silencio, ni nos mirábamos, supongo que a ambos nos afectaba un poco (bastante) acordarnos y hablar de nuestro pasado.
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𝒯𝒾 ℴ𝒹𝒾ℴ ℯ 𝓉𝒾 𝒶𝓂ℴ ~𝕭𝖊𝖗𝖑í𝖓~
Teen FictionLos ojos de él como el mar en una noche que te quitaba el aliento. Son oscurros, brillantes y atractivos, diría hasta misteriosos. Pero ten cuidado, que si te acercas mucho el te tomará y antes de que te des cuenta te habrá arrastrado al fondo llevá...