La obra y el artista
ToledoMe encontraba amenamente sentada al lado de Berlín observando como dibujaba la casa y alguno que otro árbol que estaba al rededor, no nos habíamos insultado en todo el día desde ayer que llegamos del club, era bastante extraño, para ambos no pleear en tanto tiempo, bueno era extraño para todo el grupo ya que todos sabían que nos llevábamos mal.
-¿Que te parece? -Dice Mr Elegancia girandose en mí dirección.
-Le falta un poco de color, pero me gusta.-Me incliné para ver mejor el dibujo y le di una pequeña sonrisa. realmente apreciaba el arte y tenía que reconocer que el era bueno.
-Joe' tio como me gustaría tener un móvil para retratar este momento, Berlín y Queen teniendo una conversación normal, como personas civilizadas.-Ambos inmediatamente miramos a Denver con nuestros ceño fruncido.
-¿Que te quieres unir? Tranquilo mí amor vení y así sacamos una foto familiar no te jode. -dije volviendo a mí lugar mirando con diversión a Denver.
-Venga reina que yo me sacó lo que quieras contigo, pero en privado.-levanté una ceja cuando dijo lo último, realmente Denver no tiene ni un poco de pudor.
-Que está celoso-Dijo Río molestandolo.
-Denver que está tía arte del fino. -Nairobi siempre alagando.
-Y tu que dibujas como un crío de cinco años, seguro se fija en ti. -Todos reímos cuando Moscú soltó ese comentario incluso Denver se rió.
-Y el arte solo se completa con un buen artista Denver.-Cuando Berlín dijo aquello quedamos todos en silencio, silencio que solo fue desviado por el profesor quien había llegado para informar lo que habíamos hecho ayer en el club.
No pude sacarme la frase de Berlín de la cabeza en todo el día, así que cuando anocheció decidí darme una ducha para distraer un poco mis pensamientos, al menos eso pensaba, por qué fue un muy grave error.
Estando bajo la lluvia artificial empecé a tener pensamientos indebidos con el. Se me vino a la mente Andrés parado detrás mío pasando la esponja por mí cuerpo y mis pensamientos se vieron interrumpidos por Berlín mismo en persona, estaba parado frente al espejo lavándose los dientes.
-Deberias aprender a cerrar la puerta Dolcezza.- Rodé los ojos dándome vuelta para no tener que mirarlo. Gracias al cielo la ducha tenía una separación por lo que no permitía que los demás vieran tu cuerpo, solo veían tu cabeza, ya que hasta ahí llegaba el pequeño muro.
-Tu deberías aprender a no entrar al baño cuando alguien más lo está ocupando.- Busqué con mí mirada el jabón, pero no había ningún rastro de el en la ducha.- Berlín me pasas el jabón por favor.
-¿Es una invitación?-Respondió con uno de sus típicos gestos.-¿Necesitas ayuda ahí adentro?-Dijo acercándose con el jabón.
-Si necesitará ayuda llamaría a cualquier otro antes que a ti viejo verde.-Berlín se rió sarcásticamente.-Si miras te juro que te parto las piernas.
-Nada que ya lo haya visto antes.-Dijo dejando el jabón en el muro para que yo lo tomara.
-Ya puedes irte, no necesito nada más de ti, bye.
Y así es como se fue el dueño de mis pensamientos en este último día.
Cuando salí de la ducha me lave los dientes, me puse pijama y salí a mí habitación y me acosté, pero no podía dormir, joder andaba con el calentón a tope ¿Será que me va a llegar la regla?No aguanté más y baje a la cocina a tomar un poco de agua, al prender la luz no me esperaba ver Berlín tomándose una copa de vino tranquilamente mientras miraba por la ventana, ya se había tomado casi toda la botella.
-Me cago, que estoy viendo a un demonio.-El mencionado ni se inmutó.
-Supongo que demonio por lo caliente supongo.
prestando toda la atención en mí analizando mí apariencia, joder ahora no tío. Se levantó son una sonrisa y camino para rellenar su copa de vino.
-No he parado de pensar en ti con ese precioso vestido verde, te veías preciosa. Toda una obra de arte.-No me hables así, joder tampoco me mires así.
-¿Te gustó mí vestido o la ropa interior en la que te bailé?-La tensión en el ambiente era tan densa que fácilmente podría cortarse con un cuchillo.
-Con o sin ropa eres una obra de arte.
-¿Y que con el artista que complementa la obra?
Andrés me miró unos segundos analizando mí lenguaje corporal, pero lo que le dio el paso fue cuando me moje los labios con mí lengua, cuando hice ese gesto camino a pasos rápidos y me tomó apoyándome en la mesa besándome ferozmente, ambos estábamos demasiados hambrientos que no pensábamos con claridad, eran nuestros más profundos deseos actuando en ese momento.
-El artista fue despedido.-Dijo al momento de separarse de mí y apoyar su cabeza contra la mía respirando agitadamente.
-Era un mal trabajador.-Dije contraatacando.
Me sonrió dándome un pico para después ofrecerme su mano. Caminamos tomados de la mano hasta su habitación, cuando estuvimos dentro este me lanzó violentamente contra la cama, pero con el gesto se mareo y casi se cae, preocupada me acerqué a verlo.
-¿Estás bien? Mira que no quiero que te mueras y después me echen la culpa.
-Si, solo necesito un momento.-Me reí para después mirar su habitación.
-Ven déjame leerte, como en los viejos tiempos.-dije tomando su mano lo llevé a la cama, se veía pálido.
-En los viejos tiempos lo hacia yo.
-Cállate.
Tomé un libro, me senté al lado de el y empecé a leer, el cómodamente se acostó en mis piernas, no le dije nada solo por qué estaba débil.
En algún punto ambos nos quedamos dormidos, cuando desperté eran las 4 de la mañana y el me tenía abrazada de la cintura me intenté mover para irme pero fue imposible así que me dispuse a seguir durmiendo.
A eso de las 8 desperté nuevamente pero ya no estaba acompañada, ahora estaba sola.-Buenos días dormilona.-Un Andrés muy sonriente entró a la habitación con un vaso de jugo.
-Son las 8, no me llames dormilona.-Me tendió el vaso-Acepto el jugo peroné voy a mí habitación, adiósito. -Como una adolescente que había echo una maldad salí de allí tan rápido como el jugo me lo permitió. Ya encerrada en mí habitación me puse a pensar ¿Cómo había permitido que me besara? Joder, lo peor es que no me arrepentía, es más estaba deseando otro de esos.
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𝒯𝒾 ℴ𝒹𝒾ℴ ℯ 𝓉𝒾 𝒶𝓂ℴ ~𝕭𝖊𝖗𝖑í𝖓~
Teen FictionLos ojos de él como el mar en una noche que te quitaba el aliento. Son oscurros, brillantes y atractivos, diría hasta misteriosos. Pero ten cuidado, que si te acercas mucho el te tomará y antes de que te des cuenta te habrá arrastrado al fondo llevá...