Capitulo 8

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           Pinturas

          Actualidad

En el momento que pise la fábrica ese día supe que había sido un error, sabía que algo pasaría, tenía un instinto que casi nunca fallaba, pero no podía dar marcha atrás, habían demasiadas personas que me importaban aquí adentro, no podía dejar mis compañeros y si tenía que dar mí propia vida lo haría.

Me encontraba en la oficina improvisada de Berlín preguntadome por qué cojones había conocido al par de hermanos, si no fuera por ellos no estaría aquí jugando a la ruleta rusa con mis compañeros y el destino. Me cago diez mil veces el día en el que decidí dejar mí amado continente para venir a Europa. Pero ya no había marcha atrás aquí estaba sentada al frente de uno de los hombres culpables de mí miseria por años. Si cara estaba sería mirándome, no sabría decir si era fascinación o odio total, había que admitirlo estaba tan guapo con su mono rojo, claro jamás se lo diría pero era la verdad. Su mano aún seguía en mí muslo haciendo que el tacto queme.

-Sabes que debo castigarte verdad.-Dice acercando más su silla su cara quedando a milímetros de mí abdomen.-Y no se cómo hacerlo sin que se vuelva excitante.-Dice acortando toda distancia dándole un beso a mí abdomen por encima de la ropa.-Y Debo decirle a Sergio.-Era difícil prestar atención a lo que decía ya que sus besos habían empezado a subir.-Y muy probablemente le de un ataque, has sido una niña muy mala.-Ahora puesto de pie su altura sigue sin intimidarme del todo.

-¿Me vais a castigar ambos?-Le sonreí coquetamente.

-Es que acaso tienes fantasías con el Señor Berlín y el Profesor.-Creo que lo he encontrado de buen humor, siempre que hablo de su hermano me manda a tomar por culo.-Mira que si es por ti... -Deja la frase en el aire ya que entra Nairobi diciendo que ya era hora.

           Toledo

Salí al exterior a tomar un poco de aire, me sorprendió el hecho de que estaba todo tan tranquilo, podía jurar que algunos de mis compañeros estarían afuera tomando el té, pero no lo único que encontré de evidencia de que hubo vida humana afuera fue el cuaderno que usaba Berlín para pintar, lo pasé por algo de primeras, pero soy demasiado curiosa, tomé el cuaderno y me lo llevé a un árbol cercano, me senté y lo abrí, era un cuaderno nuevo, podía notarlo por qué no estaba lleno, probablemente empezó a pintar aquí o un poco antes de llegar, habían algunos de mis compañeros, otros de paisajes y nada más o eso creía yo, ya que en un momento se me cayó el cuaderno haciendo que una hoja de cayera, esa hoja era un trozo de dibujo que reconocía bien, era uno de los que me había hecho en Italia, pero que yo lo destruí, como todos los que había hecho míos, apenas se alcanzaba a distinguir mí silueta tapada con una fina sábana, trayendo nuevamente recuerdos del pasado que quiero olvidar. Si tenía ese dibujo probablemente tenía más, el apreciaba demasiado su arte, así que deduciendo que tenía más empecé a ojear el cuaderno completo hasta llegar a la última parte y ¡Bingo! Encontré más dibujos pero estaban al revés, así que di vuelta el cuaderno y efectivamente eran pinturas mías, pero lo que me sorprendió es que no eran dibujos antiguos eran nuevos, de aquí de Toledo, eran preciosos, muchos más detallados que los otros dibujos que tenía en este cuaderno.

-Supongo que nadie nunca te enseño a qué no debes tomar lo que no te pertenece.-Pegué un salto del susto que me había dado.-Vamos, se que no soy feo, no hay motivo para asustarte tanto.

-Con vuelvas a hacer eso te saco los huevos con un tenedor.-Dije exagerando con una mano en el corazón, bueno que me ha dado un susto de esos que te cagas.-Aparte soy yo, técnicamente también son míos.-Dije mirándolo hacia arriba ya que el estaba apoyado en el árbol muy galantemente con sus manos en los bolsillos de su pantalón de vestir.-Eres un jodido sicópata, ni me he dado cuenta.

-Podría entras a tu habitación y pintarte por horas y tampoco te darías cuenta, cuando te enfocas en algo olvidas lo que hay al rededor y esas son en las veces en las que te he dibujado.-Se movió de su lugar y me ofreció su mano para que me levantara, la acepto ya que me caía mal, pero no era tonta.-Ahora dámelo.-Ahora me extendía su mano para que le diera el cuaderno pero en vez de eso le tomé la mano y le pasé mí lengua provocando una mueca de asco de su parte.-Ave María purísima, madre de Dios, dame paciencia y no fuerza que con fuerza no se que le haría. Todo eso lo dijo mirando al cielo, y yo soy la dramática. Aprovechando su pequeña distracción me escabullo y me voy adentro de la casa, subo las escaleras y dejo el cuaderno en el escritorio que tenía en mí habitación, amaba complementar el arte de otro, así que tome unos lápices y pinté encima de un dibujo donde estaba con los ojos cerrados y la cabeza hacia atrás, ¿en que momento pasó eso?. El resultado final fue majestuoso, ya que al combinarse con las líneas gruesas de sus pinceles quedaba un contraste de puta madre.
Ay Dios... Andrés y Sergio ¿Por qué tuvieron que engañarme de esa forma? Tendríamos una muy linda amistad si no hubiera sido por ello. Pero todo en esta vida es por y para algo y como dice El dicho "Lo que no te mata te hace más fuerte"

Ya no era la niña que ellos conocían, es verdad que siempre en mí estuvo el sabor latino, ese sabroso picor que tenemos, pero antes, antes era una chica extremadamente dulce, muy inocente, creía que en las personas aún había humanidad y estaba obsesionada con la moda. Pero obviamente me equivoque la humanidad es una mierda y esa chica fue remplazada por una versión más realista y madurar, que ya no le daba vergüenza decir groserías ni chistes en doble sentido, lo único que quedó de mí antigua yo fue el gusto por la moda, pero no era ni cercana a lo que era ahora, una elegante mujer, independiente que no le tiene miedo a nada.

𝒯𝒾  ℴ𝒹𝒾ℴ  ℯ  𝓉𝒾  𝒶𝓂ℴ   ~𝕭𝖊𝖗𝖑í𝖓~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora