Capitulo 9

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           Castaño

         Actualidad

Aunque Nairobi había llegado a interrumpir nuestro momento nos quedamos un poco más ahí, disfrutando de nuestra compañía mientras Berlín se cambiaba la ropa de policía al mono rojo.

-¿Que te has hecho en pelo?-Dice acercándose para tomar un mechón de mí perfecto peinado.

-¿No te gusta el castaño? Te faltó esto.-Dije cerrando el mono ya que se lo había dejado completamente abierto.

-Te ves bien, pero no se compara en la forma que tu cabello rubio hacía billar tu piel, en contraste con esos misteriosos ojos negros.-Le sonreí para avanzar a hacia la puerta desapareciendo y después ser seguida por el. En este preciso momento probablemente ya tenían a todos los rehenes en el hall de la fábrica.

Caminaba a paso lento, ya que mis tacones harían demasiado ruido si lo hacía más rápido.

-Queen, espera.-Dice Berlín alcanzandome y parando mí paso. En ese momento Berlín iba a decirle algo de lo que se arrepintió en el segundo que lo pensó, muy pocas veces era cobarde, pero en ese momento, con los ojos brillantes de Queen su ego se hizo pequeño viendo lo hermosa y gran mujer que le parecía-Esa ropa te queda de maravilla, aunque podrías haberte puesto algo que provocará menos ¿No crees?.-

-Me acabas de parar para hablar de mí vestimenta.-El asiente. Y yo ruedo los ojos.-Yo no me visto para provocarte o provocar a nadie, me visto como lo hago por qué me gusta, y si a ti te provoca pues te aguantas mí cielo.- Aveces me impresionaba como los hombres como el podían ser tan inteligentes y tan tontos a la vez.

Cuando llegamos al hall y efectivamente ahí estaban todos los trabajadores con los antifaces.

-Lo primero buenos días, soy la persona que está al mando. Y antes que nada quiero presentarles mis disculpas, realmente no son formas de terminar la semana. -Su voz me dió escalofríos, pero igualmente reí internamente por lo hipócrita de mí jefe.- pero ustedes están aquí en calidad de rehenes. Si obedecen les garantizo que saldrán con vida.

Mientras Denver y Rio pedían los celulares y los pin Berlín se acercó a una chica en una estado de embarazo bastante avanzado, realmente sentí pena por ella y empatía, que vamos tenía un niño en el útero y estaba pasando por el estrés de su vida que con las hormonas debe sentirse peor.

Cuando Denver le pregunto el pin a Arturo, casi me cago de la risa, que aparte de odioso era gilipollas también. Denver pareció escuchar mí mente, me distraje de ellos cuando volvió a hablar esa voz que me ponía, vamos que me ponía, pero tampoco se lo admitiria.

-Ustedes son nuestro salvoconducto aquí así que yo les voy a proteger.-A quien vas a proteger tu si al único que proteges es a tu propia polla, menudo embustero que está hecho. No pude enviar rodar los ojos cuando se acercó a esa chica y montó otra escenita.- Por favor respiren todos comigo, respiren, suave, suave...-Menudo gilipollas estás hecho Berlín.

Cuando sonó el teléfono y Mónica respondió levanté una ceja con sorpresa, no me imaginé que una chica como ella actuaría de esa forma, pero que yo no soy quien para decir cómo tiene que actuar alguien, vamos que yo cambio de parecer cada 10 minutos. El sonido del teléfono siendo cortado me sacó de mis pensamientos preparándome mentalmente para lo que venía, pero mí mente empezó a divagar con recuerdos.

Flashback

Nos encontramos en la casa tomando vino y comiendo queso, era una celebración, habíamos atracado una joyería con tal excito que parecía increíble. Nada había salido mal y para mí era mí primer atraco, mi juventud hace que lo haga más excitante, más aún teniendo a este monumento de hombre al lado. Miraba las nuevas joyas que ahora adornaban mis dedos y estaba embobada, podría hacer esto siempre.

-Tu primera vez a sido con el mejor, un hombre experimentado y demasiado bueno. -Levanté mí vista con mis mejillas un poco rojas, aún no me acostumbraba del todo al doble sentido que solía usar comigo. El tenía más que claro que me incomodaba, por lo mismo lo usaba aún más.

-Eres muy engreído, tienes que reconocer que también estuve bien.-Dije mirándolo con admiración.

-Demasiado bien para ser amateur. También debo confesar que me hubiera gustado ser el primero en más cosas.-dice acercándose peligrosamente más cerca de mi lado del sofá, cuando ya estaba invadiendo mí esoacio personal toma un mechón de mí cabello y lo huele. Este tío está como una cabra.-A menos que aún seas una flor intacta.-dios, su mirada hace que me estremezca, y su voz se hizo más roca, creo que moriré por mis hormonas.-Pero lo dudo, no tienes cuerpo de una chica virgen.-
Y estaba en lo correcto.

-Que cosas dices.-Aparté mí mirada. Ahora si que estaba como tómate.
Lo que no me espere fue que se entirara para tomar mí mentón y hacer que lo mire para después acercarse lentamente y besar mis labios, un beso tan lento, tan incitador que despertó esa pequeña fiera que llevaba en mí y el sabor a vino en sus labios lo hacia más sensual.

Fin flashback

No pude evitar hacer una mueca al recordar la primera vez que Andrés me besó. Se sintió tan bien, tan embriagador, como cuando el éxtasis entra a tu cuerpo, ampliando todo a otra dimensión, expandiendo tu pupila, sintiendo todo como que fuera lo más exquisito del mundo y el tacto de el se sentía como en el estar en el cielo y bajar a la tierra en un pegaso de emociones con la adrenalina a tope. Se sentía demasiado bien, pero joder, tenían que cagarla y desmontar todo aquel encantador sentir, aunque era una mentira, lo más probable es que el sentía solo por su ego, por qué sabía que podía seducirme y como tenía razón se excitaba al saber y confirmar lo grandioso que era, menudo cabron, como jugaste conmigo.

Pero te agradezco por qué me enseñaste a qué en este mundo muy poca personas son naturales y verdaderas. Y me ayudaste a encontrar mí camino, me impulsaste por medio del dolor, pero aún así, la poderosa mujer que era hoy en día no se le atribuía a nadie más que a mí.

𝒯𝒾  ℴ𝒹𝒾ℴ  ℯ  𝓉𝒾  𝒶𝓂ℴ   ~𝕭𝖊𝖗𝖑í𝖓~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora